Motero desde la cuna
A sus 19 a?os, Jorge Lorenzo se convierte en el segundo campe¨®n del mundo m¨¢s joven de 250cc, tras Dani Pedrosa
Aprendi¨® Jorge Lorenzo la lecci¨®n que recibi¨® hace quince d¨ªas en Estoril. Con todo organizado en Palma para recibir al campe¨®n, a Lorenzo le invadieron los fantasmas. Ayer los desterr¨® el mallorqu¨ªn, el nuevo campe¨®n del mundo de 250cc. Escoltado por una coraza de motos Aprilia y con su compa?ero Alex Deb¨®n taponando a Dovizioso, Lorenzo fue cuarto, por delante del piloto de Honda, que fue s¨¦ptimo. A sus 19 a?os y 178 d¨ªas, este rebelde mallorqu¨ªn amante del punk de Blink 182 y cuyo ¨ªdolo es Max Biaggi, enemigo ¨ªntimo de Rossi, se convierte en el segundo piloto m¨¢s joven de la historia en alzar el t¨ªtulo mundial del cuarto de litro. Lo supera otro espa?ol, Dani Pedrosa, que lo consigui¨® hace dos a?os siendo cinco meses menor que Giorgio.
Su padre, mec¨¢nico, le acomod¨® a los tres a?os en un artilugio casero ensamblando unos hierros
"En el cole estaba en su mundo y si perd¨ªa jugando chillaba como un loco", dice un amigo
Con el que consigui¨® ayer en Cheste, ante una hinchada (129.446 asistentes) que lo jale¨® hasta la extenuaci¨®n, Lorenzo personifica el trig¨¦simo t¨ªtulo para el motociclismo espa?ol e inscribe su nombre junto a los de Pedrosa y Sito Pons, bicampeones en esta categor¨ªa y a los que emular¨¢ el a?o pr¨®ximo dejando para otra ocasi¨®n su aventura en MotoGP.
Cuando Lorenzo descabalg¨® de su moto, arque¨® los hombros. Le ocurre desde peque?o, debido a las seis fracturas de clav¨ªcula que arrastra, todas ellas tras despe?arse desde una moto. Su padre, Chicho, mec¨¢nico, lo acomod¨® con tres a?os en un artilugio casero que ensambl¨® juntando unos hierros en un motor Puch. Si bien la devoci¨®n que siente por la velocidad viene incrustada en su ADN -su madre Mar¨ªa ejerc¨ªa de mensajera en Palma de Mallorca-, Chicho se esforz¨® en inculcarle el gusanillo de motero. Aunque el proceso de aprendizaje, en ocasiones, llev¨® al barbilampi?o corredor a darse de bruces con el asfalto.
Poco m¨¢s de media hora aguant¨® el proyecto de piloto cuando, a los diez a?os, estren¨® una Honda de motocross en un complejo de karting en Palma. Un treinta?ero le adelant¨® de mala manera, seg¨²n Lorenzo, que se encendi¨® y se fue tras ¨¦l. Resultado: la primera fractura de su vida y un enfado de varios d¨ªas. De ello da buena fe Dani Palau, su mejor amigo desde que compartieron pupitre en el parvulario del colegio la Milagrosa de Palma. "En el cole ten¨ªa un comportamiento extra?o porque no hablaba. Estaba en su mundo y cuando jug¨¢bamos y perd¨ªa, se pon¨ªa a chillar como un loco", recuerda Palau, de 19 a?os. A los trece, Lorenzo se march¨® de la isla sin avisar rumbo a Barcelona. "No dijo nada. Al cabo de un a?o, me llam¨®". Y desde entonces, sus lazos se han intensificado al extremo de que, en dos semanas, Dani y Jorge ser¨¢n compa?eros de piso. "El a?o pasado me vine a Barcelona porque estaba estudiando bachillerato art¨ªstico y, como a ¨¦l le gustan mucho las p¨¢ginas web, hice un master en dise?o", comenta Palau, el webmaster del piloto y su dise?ador personal. ?l ide¨® el emblema del corredor, X Fuera, pensado a partir de una de las maniobras m¨¢s espectaculares: los adelantamientos por el exterior de un viraje. Cuando los lleva a cabo, a Dani Amatriain, su m¨¢nager, los nervios le carcomen. El ex corredor lo llev¨® de su mano a Derbi.
"La primera vez que lo vi est¨¢bamos en Jerez. Hab¨ªa una serie de chicos y al fondo, un chaval de unos diez a?os con la cabeza rapada, una cresta y tres estrellas a cada lado de la cabeza. Pens¨¦: '?D¨®nde va ¨¦ste as¨ª?'. Luego me pasaron unos v¨ªdeos de ¨¦l en la pista, y me convenc¨ª de que estaba delante de una fiera", recuerda Amatriain. Una fiera dentro pero tambi¨¦n fuera de los circuitos. "Alguna vez me he arrepentido de cosas que he dicho, pero ahora me contengo. Reservo fuerzas para la pista y para entrenarme", argumenta el piloto, que casi disfruta tanto trazando curvas como maltrat¨¢ndose en el gimnasio. "Si de ¨¦l dependiera se machacar¨ªa diez horas diarias". A veces tengo que decirle que pare porque tampoco es bueno darse tanta ca?a", conviene Marcos Hirsch, preparador f¨ªsico. Ayer, cuando Lorenzo enfil¨® el corralito vio a Marcos, disfrazado de Lorenzo, con casco y todo.
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