Cuando la pobreza frena la riqueza
La pobreza frena el crecimiento. No es una conjetura sino la conclusi¨®n central, basada en datos emp¨ªricos, del informe de referencia de este a?o del Banco Mundial -Reducci¨®n de la pobreza y crecimiento: c¨ªrculos virtuosos y c¨ªrculos viciosos- que ha presentado en Par¨ªs y Madrid la semana pasada Guillermo Perry, economista jefe para la zona de esta instituci¨®n. Aunque se refieren esencialmente a Am¨¦rica Latina, estas ideas se pueden aplicar a otras partes del mundo, o incluso a escala global. As¨ª, cabe plantear si no va a ser justamente ¨¦se el problema central de un pa¨ªs como India, y que como China puede describirse como "un pa¨ªs desarrollado dentro de un pa¨ªs subdesarrollado". ?Ser¨ªa sostenible dentro de unos a?os, seg¨²n apuntan las tendencias, una India con una clase media y baja de 400 a 600 millones de personas, inmersa en otros 800 millones en estado de pobreza o de miseria?
El Banco Mundial diferencia claramente entre desigualdad (objeto de un anterior informe) y pobreza. Am¨¦rica Latina es el continente m¨¢s desigual (tras el ?frica subsahariana), no el m¨¢s pobre. Hay efectos que no se derivan tanto de la pobreza como de la desigualdad, como el de la inseguridad ciudadana y la violencia callejera, como record¨® Perry en un debate en la OCDE en Par¨ªs. Ah¨ª est¨¢ el ejemplo de un pa¨ªs rico pero desigual, como es EE UU. Hace unos a?os, el Banco Interamericano de Desarrollo calcul¨® que el coste de la criminalidad era superior al 14% del PIB. Los efectos de la desigualdad se comen, pues, una parte de la riqueza.
La pobreza ya no es algo relativo, sino absoluto: 25 millones de personas viven en Am¨¦rica Latina con menos de dos d¨®lares al d¨ªa. Al centrarse en la pobreza en Am¨¦rica Latina, el Banco Mundial no lo hace por razones primordialmente humanitarias, sino porque aqu¨¦lla disuade la inversi¨®n y el crecimiento. Los pobres reciben menos cr¨¦ditos y sacan menos de la educaci¨®n y de la sanidad. Las menores tasas de analfabetismo esconden otra realidad. Como se?al¨® Pamela Cox, vicepresidenta para Am¨¦rica Latina del Banco Mundial, un 40% de los escolarizados en Per¨² no es capaz de superar la marca que se considera m¨ªnima: leer 60 palabras por minuto. Es decir, que no basta haber aprendido si no se practica.
La alerta contra la pobreza llega en un momento adecuado. Es esta pobreza, incluso m¨¢s que la desigualdad, la que est¨¢ detr¨¢s de muchos resultados electorales de estos tiempos en una Am¨¦rica Latina que estaba a la par o por encima de Espa?a en 1950. Este sentir de los votantes coincide con otra conclusi¨®n: el crecimiento por s¨ª s¨®lo no lograr¨¢ reducir la pobreza. No hay automatismo, y son, pues, necesarias pol¨ªticas activas en favor de los pobres. Incluso con lo poco que tiene, en general Am¨¦rica Latina hace una pol¨ªtica menos progresiva que Europa. Y aqu¨ª comienza un problema: dada la falta de medios que supone (con la excepci¨®n de Brasil) la escasa recaudaci¨®n de impuestos, es dif¨ªcil financiar esas pol¨ªticas y habr¨¢ que establecer prioridades. La pol¨ªtica social no la va a hacer el sector privado; las infraestructuras, en parte s¨ª.
Am¨¦rica Latina no tiene todo el tiempo del mundo. Como indica el informe, se le ha abierto una "ventana de oportunidad demogr¨¢fica" que se cerrar¨¢ en dos o tres d¨¦cadas a lo sumo. Actualmente el n¨²mero de dependientes sobre los que est¨¢n en edad de trabajar es de los m¨¢s bajos del mundo. Pero las tasas de fertilidad caen. Am¨¦rica Latina debe aprovechar este momento o quedarse en el c¨ªrculo vicioso de la pobreza que tira hacia abajo de la riqueza. Henry Ford lo comprendi¨® bien: hab¨ªa que dar cr¨¦ditos a sus empleados para que compraran los propios coches que fabricaban. El mundo desarrollado, no. Los peque?os grandes intereses frenan una liberalizaci¨®n comercial en la Ronda de Doha de la que se beneficiar¨ªan en primer lugar Am¨¦rica Latina y ?frica.
aortega@elpais.es
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