Perdida de 'glamour' del capitalismo catal¨¢n
Dado que hoy es d¨ªa de reflexi¨®n y la convenci¨®n establece no hablar de pol¨ªtica catalana, aprovechemos para hablar del capitalismo catal¨¢n, de su evoluci¨®n reciente, de su tono vital y de su influencia en la sociedad espa?ola.
En los ¨²ltimos a?os, coincidiendo con el aumento del poder pol¨ªtico, hemos asistido a una p¨¦rdida importante de poder econ¨®mico catal¨¢n. Dicho de otra forma, se ha perdido parte del glamour que desde la mitad del siglo XIX hab¨ªa tenido la burgues¨ªa manufacturera barcelonesa, cuando la industrializaci¨®n la transform¨®, junto a la burgues¨ªa ferratera bilba¨ªna, en la nueva aristocracia econ¨®mica de Espa?a. Esta p¨¦rdida merece alguna atenci¨®n, a la vista de lo que ha ocurrido en el resto de Espa?a.
Los ¨²ltimos 20 a?os, coincidiendo con la entrada en la CEE, han sido una ¨¦poca de espectacular transformaci¨®n del capitalismo espa?ol. Espa?a, que hace 20 a?os era un pa¨ªs que no ten¨ªa ninguna empresa propia situada en la lista de las m¨¢s poderosas de Europa y del mundo, tiene ahora un ramillete de empresas multinacionales -financieras, energ¨¦ticas, de servicios, comerciales, inmobiliarias y manufactureras- que est¨¢n entre las primeras de la UE y, en alg¨²n caso, como el de la gallega Inditex-Zara, del mundo. Esto es en s¨ª mismo una transformaci¨®n extraordinaria, aun cuando falta por ver si se consolida a largo plazo.
Esa transformaci¨®n empresarial ha venido acompa?ada de un fuerte proceso de acumulaci¨®n de capital en un n¨²mero reducido pero importante de personas o familias, algunas de ellas nuevos ricos, que han renovado la vieja y anquilosada oligarqu¨ªa empresarial espa?ola. Esta acumulaci¨®n ha hecho que por vez primera aparezcan nombres espa?oles en las listas de grandes fortunas del mundo. Todo un hecho nuevo, econ¨®mica y socialmente significativo, que ha dado un nuevo glamour al capitalismo espa?ol.
Esa aparici¨®n de una nueva clase empresarial en Espa?a, con gran poder econ¨®mico y ambici¨®n para emprender grandes iniciativas, nos ha tra¨ªdo una sorpresa: Catalu?a ha estado ausente de este proceso. La que fue primera f¨¢brica de Espa?a y cuna de la primera burgues¨ªa y clase media de signo capitalista, ha estado ahora, con muy escasas excepciones, al margen de esta nueva fase de transformaci¨®n y acumulaci¨®n. En casi todas las dem¨¢s comunidades han aparecido algunas nuevas fortunas y focos de poder econ¨®mico. En Catalu?a no.
Hablo de p¨¦rdida de poder econ¨®mico, no de PIB. Recuerdo una reuni¨®n hace a?os del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, con la junta del C¨ªrculo de Econom¨ªa en el Palau. El motivo fue la publicaci¨®n de un documento en el que el C¨ªrculo se?alaba esta disminuci¨®n de poder, opini¨®n que no cay¨® bien en el Gobierno catal¨¢n. Durante la reuni¨®n, el entonces consejero de Econom¨ªa cuestion¨® esa p¨¦rdida de poder se?alando que la econom¨ªa catalana segu¨ªa manteniendo intacta su participaci¨®n en el PIB espa?ol. Pero r¨¢pidamente fue interrumpido por Pujol para decir: "Deje, deje, estos se?ores est¨¢n hablando de poder, no de porcentajes del PIB". Y de eso se trata, de poder, de glamour.
La ausencia de grandes nuevos ricos catalanes es en s¨ª misma un hecho singular y significativo, que merece atenci¨®n. Entre otras razones porque posiblemente influye en el actual tono vital depresivo del alma colectiva catalana. (Suerte que nos queda el Bar?a, si no la autoestima estar¨ªa por los suelos).
Esa p¨¦rdida de poder econ¨®mico catal¨¢n se podr¨ªa atribuir a la din¨¢mica centralizadora de las privatizaciones emprendidas en la ¨²ltima fase del Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez y rematada con los gobiernos de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Algo de eso ha habido, pero debe existir algo m¨¢s porque nuevos ricos han aparecido en muchas partes de Espa?a, no s¨®lo en Madrid.
Fij¨¦monos en una cosa. Los nuevos ricos que han surgido por Espa?a adelante, en la construcci¨®n y en otros negocios, han utilizado la Bolsa para hacer crecer sus empresas y, a la vez, hacer plusval¨ªas con las que aumentar su patrimonio personal, patrimonio que despu¨¦s han empleado para diversificar y entrar en nuevas actividades.
Sin embargo, han sido muy escasas las empresas catalanes que han utilizado la Bolsa para crecer, aunque alguna hay, como el Banco Sabadell. En general, ante la disyuntiva de tener que aliarse o ir a la Bolsa, se ha optado por vender directamente la empresa, hacer caja y abandonar la actividad. Ejemplos reciente son Panrico, Chupa-Chups y Cementos Uniland. Nada que objetar. Pero este comportamiento diferencial necesita alguna explicaci¨®n.
Posiblemente, el perfil del buen empresariado familiar catal¨¢n no es propicio al nuevo capitalismo global. Las virtudes que en el pasado forjaron su poder, hoy son una r¨¦mora para ganar dimensi¨®n y poder en una econom¨ªa abierta. Su propensi¨®n a no compartir el control de su empresa, su tradicional aversi¨®n al endeudamiento y su gusto por el crecimiento interno hoy casan mal con una econom¨ªa global que necesita de alianzas y del mercado de capitales para crecer. Lo que tenemos funciona bien, pero no surgen las nuevas iniciativas a la escala del nuevo capitalismo. Lo peque?o y familiar es hermoso, pero necesitamos tambi¨¦n algo grande y corporativo.
El poder pol¨ªtico ha sido consciente de esta limitaci¨®n, y ha intentado apoyar iniciativas orientadas a ganar tama?o y poder. Primero fue Pujol alentando a Javier de la Rosa. Pasqual Maragall ha hecho tambi¨¦n llamamientos en ese mismo sentido, y ha animado a La Caixa a desempe?ar el papel de gran empresario corporativo. Pero lo de Javier de la Rosa acab¨® como acab¨® y La Caixa parece estar replante¨¢ndose su estrategia empresarial.
Hubo tambi¨¦n alg¨²n intento espec¨ªficamente empresarial para formar una gran corporaci¨®n financiero-industrial catalana, capaz de entrar en grandes proyectos. Se trat¨® de reunir a La Caixa y a las cuatro o cinco mayores fortunas de Barcelona, al modo como hizo Mediobanca en el norte de Italia. Pero la cosa no fue adelante.
Y en estas estamos.
Pero alguna lecci¨®n podemos extraer de los intentos, tanto de los fallidos como de los exitosos, para ganar dimensi¨®n y poder: la empresa catalana tiene que apoyarse en alianzas en el mercado espa?ol. No hay atajos para ir a lo grande hacia la econom¨ªa global.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la Universidad de Barcelona.
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