El aur¨ªfero sevillano
La experiencia de visitar la II Bienal de Arte Contempor¨¢neo de Sevilla no tiene pr¨¢cticamente nada que ver con la ret¨®rica de sublimidad contemplativa del museo, y menos con el ardor de esos amores provechosos que inspiran dichos eventos, a pesar de que los 400 trabajos de los 91 artistas seleccionados por Okwui Enwezor se han distribuido por los pasillos del Centro Andaluz de Arte Contempor¨¢neo (CAAC) y en el escenario posindustrial de las Reales Atarazanas. En esta ocasi¨®n, la contemplaci¨®n resulta una actitud demasiado tradicional para el total desamor, aborrecimiento y desapego a que invita la Biacs2.
En su primera visita a Sevilla, Enwezor adelant¨® su intenci¨®n de construir un evento individuado, que creara relaciones con los colectivos de la ciudad, adem¨¢s de explorar la conexi¨®n entre el norte de ?frica y Europa. No ha sido as¨ª. La originalidad de esta bienal, titulada Lo desacogedor, se parece m¨¢s al fastidio de una gripe en verano, o a una tort¨ªcolis justo antes de coger el volante. Nada memorable, nada que insufle vida en la reseca imagen dejada por el desaparecido Harald Szeemann en la edici¨®n de 2004. ?Se merece Sevilla estos guarnicioneros del arte? ?Deber¨ªan los artistas andaluces -suficientemente buenos- sentirse cr¨ªas de cisne nadando entre los patitos del estanque del parque de Mar¨ªa Luisa?
La contemplaci¨®n resulta una actitud demasiado tradicional para el total desamor, aborrecimiento y desapego a que invita la Biacs2
Lo desacogedor. Escenas fantasmas en la sociedad global es un esputo al cielo, una burla inc¨®moda, que le ha costado al erario p¨²blico 2,5 millones de euros (menos de la mitad es aportaci¨®n privada). A los que hay que sumar los 100.000 euros que se embolsa Enwezor, que para eso fue el director de la Documenta XI.
M¨¢s all¨¢ de preocupaciones por la relajaci¨®n del monedero de la administraci¨®n y la libertad interior de todo curador, el visitante de esta bienal se interroga acerca de un concepto que pone su acento m¨¢s severo en la cuesti¨®n de "c¨®mo puede el arte desempe?ar un papel integral y no s¨®lo perif¨¦rico con respecto al reto global que afecta tanto a la producci¨®n art¨ªstica como a su recepci¨®n, especialmente a la luz de los efectos de las pol¨ªticas reaccionarias y fundamentalistas en todas las estructuras sociales del mundo de hoy". A lo que Enwezor responde con el argumento heideggeriano de los "espacios-problema", que evidencian los diferentes m¨¦todos que "la gobernaci¨®n global utiliza para diezmar y desgastar las interconexiones personales, redirigir la subjetividad o intensificar ciertas pasiones ligadas a la identidad".
Toda esta elevada ret¨®rica, descrita mediante pinturas, fotograf¨ªas, esculturas, instalaciones y v¨ªdeos, resulta absolutamente ir¨®nica en el desalentador marco en el que se exhibe, y desazona a¨²n m¨¢s despu¨¦s de leer, no sin fruici¨®n, los ensayos del colectivo californiano Retort (Todo en calma en el frente oriental), Achilles Mbembe (Necropol¨ªtica), Terry Smith (Crear peligrosamente, entonces y ahora) y Judith Butler (Detenci¨®n indefinida), publicados en el cat¨¢logo de la bienal, el ¨²nico manual de supervivencia intelectual que sujeta nuestra atenci¨®n en este naufragio que nos arrastra hacia lo artificioso y vacuo de la Isla M¨¢gica sevillana.
Ahora bien, interesa tan poco convertir a Enwezor en adalid de las legiones de los Estudios Culturales como justificar su terca propensi¨®n a explotar su condici¨®n de curador-explorador proveniente del mundo antes colonizado. M¨¢s importante es comprobar sobre qu¨¦ bases se construyen las nuevas identidades y comprender con qu¨¦ parsimonia e inc¨®moda relaci¨®n con el capital ¨¦stas adquieren autoridad y poder. La vigilancia y autocr¨ªtica son esenciales, sin ellas toda resistencia es dogmatismo, todo activismo, asentimiento.
Ejemplos del inter¨¦s de Enwezor por el arte "local" son los trabajos de Tet¨¦ ?lvarez, Jacobo Castellano, el colectivo El Perro, Miki Leal y los gemelos MP Rosado. La obra del desaparecido Pepe Espali¨² pone una nota de calidad en medio de toda esa ant¨ªfona de voces. El grueso de los artistas, sin contar a los museados Thomas Ruff, Thomas Sch¨¹tte, Andreas Slominski, Gerhard Richter, Steve McQueen, Chris Marker, Fabian Marcaccio, Mike Kelley, Alfredo Jaar, Thomas Hirschhorn o Absalon, son autores pr¨¢cticamente desconocidos, de ?frica y Asia; sus trabajos -muchos son instalaciones costos¨ªsimas y de una absoluta inhibici¨®n formal y conceptual- reproducen un imaginario de guerras, destrucci¨®n y poes¨ªa suburbana muy familiar, a la manera de los informativos televisivos. ?La cenenizaci¨®n del arte?
"Mi bienal no va a ser una exhibici¨®n para entretener a nadie, no tendr¨¢ juegos, ni obras interactivas, porque estamos viviendo momentos de extrema seriedad". ?Es la conciencia de Enwezor su propio sentimiento de culpa? Y como guinda, el lema acu?ado por los colectivos art¨ªsticos de la ciudad desde su plataforma antibienal, que condensa la nulidad del fen¨®meno art¨ªstico y el provecho del comisario-estrella: "Biacs2. Lo de$acoged'OR".
Lo desacogedor. Escenas fantasmas en la sociedad global. II Bienal Internacional de Arte Contempor¨¢neo de Sevilla, BIACS. Monasterio de la Cartuja/Reales Atarazanas. Sevilla. Del 25 de octubre al 8 de enero de 2007.
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