?Qu¨¦ ciudadana fatiga!
Dudas. ?Me ahorro el art¨ªculo y as¨ª no caigo en la tentaci¨®n de tom¨¢rmelos en serio?, ?me travisto de Empar Moliner y hago uso de su inteligente iron¨ªa para cachondearme de la cuesti¨®n?, ?me pongo sesuda, alarmista, catastrofista cual Vendrell cualquiera, y anuncio el final de la patria catalana? ?Y si hago de analista y reflexiono sobre una de las verdades de la campa?a electoral, que la derrota de Pepe Montilla se llama Albert Rivera? En fin, dudas sin resolver que me llevan, inexorablemente, a esa tendencia m¨ªa a complicarme la vida, incluso cuando no me apetece. Hacer amigos cada d¨ªa, que se dice. Porque, sea en plan ir¨®nico, ninguneador, tragic¨®mico o sesudo, lo cierto es que me parecen necesarias algunas reflexiones sobre la entrada de Ciutadans en el Parlament. Pero avanzo una previa: el fen¨®meno me parece relevante, pero no tr¨¢gico. Y puestos a lo teatral, hasta puede ser c¨®mico.
Lo peor es que despu¨¦s de tres a?os hablando de cuestiones esenciales, hartos del debate estatutario, de cuestiones ret¨®ricas, del ser o no ser catal¨¢n, llegar¨¢n ahora estos pesados de Ciutadans y volver¨¢n a abrir el debate identitario
Bien. Hablemos de este chico que se desnuda en los carteles, llena el T¨ªvoli, tiene pasta gansa para enviarnos su papeleta a casa, chulea a M¨°nica Terribas en su primer directo, amenaza con hacer pedagog¨ªa entre los pol¨ªticos cuando Josep Cun¨ª le somete a su implacable interrogatorio y finalmente nos vende ciudadan¨ªa an¨®nima, despu¨¦s de hacerse la v¨ªctima porque no ha salido en TV-3. Desde luego, agallas no le faltan, aunque sean esas agallas un poco infantiles de los ¨¦xitos primaverales. Y aunque se ha aprendido algunos spots publicitarios con notable eficacia, no parece de momento que el chico tenga mucho discurso. Pero como se han disparado algunas alarmas, y algunas se han disparado antes de tiempo, me gustar¨ªa aportar algunos elementos para la reflexi¨®n. El primero, el ¨¦xito de Ciutadans est¨¢ directamente relacionado con el hosti¨®n que se ha dado Pepe Montilla en sus feudos tradicionales, esos mismos que dec¨ªa movilizar gracias a sus or¨ªgenes y su apellido. Al final han resultado dos cosas. Una, que miles de ciudadanos se han ido a casa, porque lo que les motiva no es un apellido, sino un buen candidato, y no lo ve¨ªan por ning¨²n lado. Y dos, que los hiperideologizados con el tema catal¨¢n y etc¨¦tera han preferido una opci¨®n m¨¢s desacomplejada y radical que la que representaba Montilla, demasiado timorato en la cuesti¨®n. Es lo que tiene abrir la caja de los truenos y luego esperar que no te d¨¦ en plena cara. Como adem¨¢s Montilla pertenece a la familia pol¨ªtica de siempre y este chico no s¨®lo es un producto nuevo, sino que mezcla a la perfecci¨®n un perfil antisistema con aires de chico aplicado de familia bien -lo ideal, entre okupa y pijo-, a¨²n parece m¨¢s atractivo. Algo o mucho de voto antisistema se ha llevado la gente de Ciutadans. Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de los an¨¢lisis, necesariamente especulativos sobre los resultados electorales, Ciutadans dice lo que dice, y lo que dice, le¨ªdo en los art¨ªculos de nuestros colegas articulistas, o¨ªdo en las decenas de entrevistas que les ha regalado la COPE ora pro nobis, machacado en el peri¨®dico de Pedro J., reescrito en todas las webs que les dan apoyo y finalmente escuchado en las entrevistas de ¨²ltima hora del propio Rivera, lo que dice es muy antiguo, muy cansino y va a ser muy, pero que muy pesado. Veamos. Paso por alto el victimismo que gastan asegurando, los pobres, que nadie les ha hecho caso. Pues debe de ser el partido extraparlamentario de la historia de la democracia mundial que m¨¢s ruido period¨ªstico ha conseguido. Ya habr¨ªan querido para ellos, los buenos chicos del Partido Antitaurino -que conectan con la sensibilidad de miles de ciudadanos catalanes- haber tenido un 0,1% de la repercusi¨®n de Rivera. O los del Partido Azul. O los del POSI, etc¨¦tera. Estos chicos han sido muy mimados por la prensa, y no s¨®lo por toda la Brunete medi¨¢tica, sino especialmente la que gasta un poco de mala conciencia progre.
Vayamos al tema. Paso por alto los gritos de "?libertad"! de la noche electoral -?tienen a alguien preso?-, los v¨ªtores a la Guardia Civil cuando se cruz¨® una patrulla entre el festejo -?les gustar¨¢ el tricornio?- y algunos comentarios a¨²n m¨¢s jocosos. Lo cierto es que Rivera amenaza, cual plaga de Egipto, con que va a hablar castellano en el Parlament, con que va a cambiar el lenguaje pol¨ªtico (bien, ya no llamar¨¢n terrorista a Carod por ser independentista), con que va a poner en la picota la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica y, en fin, con que se ha acabado el oasis patrio. ?Saben lo peor, desde mi punto de vista? Lo peor no es tener una nueva versi¨®n del lerrouxismo en el Parlament, porque eso ya lo conocemos hist¨®ricamente y nunca ha funcionado demasiado. Que hable castellano en el hemiciclo me importa tres pepinos, como si quiere hacer el pino. Que intente crear heridas ling¨¹¨ªsticas en una sociedad que vive tranquilamente su biling¨¹ismo no es simp¨¢tico, ciertamente, pero estoy segura de que ser¨¢ capeable. A lo mejor, tan sensible como es para las lenguas, hasta se preocupa el chico de los problemas del catal¨¢n para su supervivencia. No. Lo peor es que despu¨¦s de tres a?os largu¨ªsimos hablando cada d¨ªa de cuestiones esenciales, hartos hasta la hartura del debate estatutario, de cuestiones ret¨®ricas, del ser o no ser catal¨¢n, y con las heridas de la sociedad abiertas en canal en las llagas de la vivienda, la inseguridad, la inmigraci¨®n, etc¨¦tera, sin que nadie las resuelva, llegar¨¢n ahora estos pesados y volver¨¢n a abrir el debate identitario. Es decir, van a ser los m¨¢s ultranacionalistas de la C¨¢mara, y eso en una legislatura en la que muchos aspir¨¢bamos a un poco de tranquilidad ret¨®rica. Es decir, son tan antinacionalistas catalanes que van a ser los culpables de contaminar nuevamente la pol¨ªtica con debates est¨¦riles. ?S¨®lo nos faltaban tres obsesos de las cuestiones identitarias para acabar de tener un hemiciclo divertido!
?Peligrosos? Nadie es peligroso en democracia, si es dem¨®crata, y ello no lo dudo. En su caso, adem¨¢s, me parecen bastante ingenuos, muy pagados de s¨ª mismos y sin otro debate que el susodicho, con lo cual van a quedar descolgados de casi todo. No. Yo no soy de los que temen la llegada de la marabunta. S¨®lo soy una ciudadana que est¨¢ a hasta el cogote de todos estos pesados que s¨®lo saben hablar de la lengua, la identidad y la naci¨®n, cuando la gente no puede ni comprarse una casa. ?Qu¨¦ pena, estos de Ciutadans! Venden ser muy nuevos y quiz¨¢ son los m¨¢s viejos de la C¨¢mara.
www.pilarrahola.com
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