Los peritos de Legan¨¦s ignoraron datos clave de los pacientes en las sedaciones "contraindicadas"
Los historiales m¨¦dicos de los cuatro casos "m¨¢s serios" avalan la atenci¨®n ofrecida en el hospital
Los peritos del Colegio de M¨¦dicos ignoraron varios datos clave de los historiales cl¨ªnicos de los cuatro pacientes del hospital de Legan¨¦s cuyas sedaciones terminales calificaron de "contraindicadas" y que investiga el juez. Los informes m¨¦dicos entregados al juez, a los que ha tenido acceso este peri¨®dico, revelan graves errores de interpretaci¨®n en aspectos que luego sirvieron de base a los peritos para argumentar que estos enfermos fueron sedados cuando sufr¨ªan enfermedades que pod¨ªan ser tratables. En un caso los peritos confundieron la hora de ingreso -creyeron que fue a las once de la ma?ana en lugar de las once de la noche- y acusaron a los m¨¦dicos de haber dejado deteriorar la salud del enfermo durante ese tiempo.
Los peritos dicen por error que un paciente no fue atendido en 14 horas antes de ser sedado
Expertos, fiscales y jueces han reducido los casos 'sospechosos' de 400 a 15
La crisis del hospital Severo Ochoa de Legan¨¦s se origin¨® hace 19 meses, cuando el consejero madrile?o de Sanidad, Manuel Lamela, decidi¨® dar credibilidad a una denuncia an¨®nima que acusaba a su jefe de Urgencias, Luis Montes, y a otros m¨¦dicos de haber cometido 400 "homicidios" en el centro. Los supuestos homicidios resultaron ser sedaciones de enfermos terminales, y el caso Legan¨¦s revel¨® as¨ª su verdadera naturaleza: un pulso entre el conservadurismo religioso, con el que se alinea Lamela, y los m¨¦dicos que alivian el dolor de los agonizantes, con el apoyo de las sociedades cient¨ªficas y los organismos internacionales. Desde el inicio de la crisis, las 400 sedaciones sospechosas se han quedado reducidas a 15 tras los sucesivos descartes hechos por expertos, peritos, forenses, fiscales y jueces que han visto el caso hasta hoy. De ellas, 11 corresponden a enfermos agonizantes e inconscientes que ya "se encontraban al final de la vida", seg¨²n los peritos del Colegio de M¨¦dicos de Madrid que las analizaron por orden del juez. Los peritos critican las dosis y f¨¢rmacos usados por los m¨¦dicos y consideran innecesarias las sedaciones porque dicen que se trataba de enfermos en coma que no sufr¨ªan. Pero no cuestionan que la muerte de los enfermos era inminente, lo que descarta la responsabilidad penal de los m¨¦dicos, seg¨²n dos catedr¨¢ticos de Derecho Penal consultados.
La principal base de la acusaci¨®n contra los m¨¦dicos queda reducida as¨ª a las cuatro sedaciones que los peritos han calificado como contraindicadas. El juez que instruye el caso se refiri¨® a ellas como "los casos m¨¢s serios" durante la declaraci¨®n de los peritos. Uno de ellos los resumi¨® como "pacientes que aunque ten¨ªan una enfermedad grave, pod¨ªan tener alguna posibilidad que fue limitada totalmente por las sedaciones".
Los 11 peritos del Colegio de M¨¦dicos de Madrid cometieron, sin embargo, errores al interpretar las historias cl¨ªnicas. As¨ª se desprende de los informes m¨¦dicos y las declaraciones de los peritos ante el juez, a los que ha tenido acceso EL PA?S.
El primer caso corresponde a un hombre de 78 a?os que muri¨® el 2 de febrero de 2004, un d¨ªa despu¨¦s de ingresar en el hospital por m¨²ltiples patolog¨ªas. Los peritos afirman ante el juez que el enfermo ingresa a las 11 de la ma?ana del d¨ªa 1 de febrero y que no es sometido a ninguna prueba diagn¨®stica ni tratamiento hasta ser sedado a las 2 de la madrugada del d¨ªa siguiente. Muri¨® seis horas despu¨¦s.
"La sedaci¨®n se inicia 14 horas y 15 minutos despu¨¦s de que el enfermo ingrese en urgencias", destaca un perito, "y en ese tiempo su salud se deteriora sin que se inicie ning¨²n estudio que permita hacer un diagn¨®stico e iniciar un tratamiento", critica. El perito, sin embargo, confunde la hora de ingreso, que no es las 11 de la ma?ana sino a las 11 de la noche. Se equivoca porque se fija en una anotaci¨®n manuscrita de una m¨¦dica residente -escribe 11.45, en lugar de 23.45- y no tiene en cuenta la hoja de ingreso impresa en ordenador, donde figuran los datos del paciente, la fecha y hora -con el d¨ªa dividido en 24 horas- de llegada a urgencias.
En el segundo caso, la paciente ingresa, entre otras dolencias, con oliguria (no orinaba), hinchaz¨®n o distorsi¨®n abdominal, taquipnea (respiraci¨®n acelerada), taquicardia, az¨²car en sangre alto y leucocitosis (gl¨®bulos blancos elevados, signo de infecci¨®n). El perito insisti¨® ante el juez en que la enferma es sedada sin que se le hubiera hecho un diagn¨®stico que permitiera tratarla. Censura especialmente que no se le realizara una ecograf¨ªa abdominal. "La distorsi¨®n abdominal puede deberse a una infecci¨®n, a una obstrucci¨®n o muchas otras causas. En cambio, le sedan porque creen que sufre una infecci¨®n que no ha quedado acreditada".
En la historia cl¨ªnica, sin embargo, consta la anotaci¨®n "no valorable" en referencia a la ecograf¨ªa abdominal. De sus declaraciones ante el juez se desprende que el perito la interpreta como la negativa de los m¨¦dicos a hac¨¦rsela, cuando en realidad es la anotaci¨®n del radi¨®logo que realiz¨® la prueba que, ante la cantidad de gas acumulado en el abdomen -signo de infecci¨®n y muerte de tejidos-, se ve incapaz de obtener un diagn¨®stico.
Adem¨¢s, el m¨¦dico que sed¨® a la paciente mostr¨® al magistrado que, seg¨²n los protocolos m¨¦dicos, la enferma s¨ª sufr¨ªa de sepsis. Los protocolos -ejemplificados por el m¨¦dico con un manual para residentes- dicen que si un paciente con hinchaz¨®n abdominal presenta dos o m¨¢s de los siguientes cuatro s¨ªntomas -taquicardia, taquipnea, leucocitosis y fiebre-, el diagn¨®stico es de sepsis. La enferma, seg¨²n la historia cl¨ªnica, presentaba los tres primeros. En la historia tambi¨¦n figura una anotaci¨®n escrita media hora antes del inicio de la sedaci¨®n terminal: "Aumento distorsi¨®n abdominal, paciente estuporoso y agitado, la familia pide no realizar medidas agresivas e iniciar tratamiento paliativo".
El tercer caso se refiere a una mujer de 91 a?os diab¨¦tica y que sufre sepsis, posiblemente de origen urinario. El perito considera que el coma hipogluc¨¦mico (por falta de az¨²car) que sufr¨ªa era reversible con la administraci¨®n de glucosa y la sepsis tratable con antibi¨®ticos. Y critica con dureza que la paciente fuera "sedada cuando a¨²n estaba en coma hipogluc¨¦mico". En la historia cl¨ªnica y en las hojas de enfermer¨ªa, sin embargo, consta que la paciente recibi¨® dos tipos de glucosa y que el coma hipogluc¨¦mico hab¨ªa sido remontado (alcanz¨® un nivel de 200 de az¨²car en sangre, considerado alto).
La cuarta y ¨²ltima "sedaci¨®n contraindicada" es uno de los casos m¨¢s confusos. Se trata de una paciente de 83 a?os que ingresa con m¨²ltiples patolog¨ªas -entre ellas una infecci¨®n generalizada y un infarto cerebral extenso- a la que en las primeras horas se le realizan "pruebas diagn¨®sticas y tratamientos adecuados", afirman los peritos. En los dos d¨ªas siguientes, sin embargo, sucesivos turnos de m¨¦dicos en urgencias le aplican morfina, se la retiran, inician tratamiento con antibi¨®ticos o la sedan.
El caso denota discrepancias entre los propios m¨¦dicos de Legan¨¦s. Algunos la consideraron una enferma terminal y que deb¨ªa ser sedada. Pero la facultativa del segundo turno opt¨® por administrarle antibi¨®ticos y retirarle la morfina. Ante el juez, los peritos alabaron esta decisi¨®n, mientras los m¨¦dicos de Legan¨¦s la criticaron con dureza. "Fue una decisi¨®n equivocada. La paciente ten¨ªa todos los puntos en la escala de mortalidad tras haber sufrido un infarto masivo. Si la m¨¦dica quer¨ªa tratar la sepsis, que lo hubiera hecho bien, con un tratamiento de rehidrataci¨®n, monitorizaci¨®n y soporte vital. Hacerlo s¨®lo con antibi¨®ticos s¨ª que es mala praxis m¨¦dica", afirman los m¨¦dicos imputados.
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