Los jueces desoyen a los fiscales
La decisi¨®n del Tribunal Supremo de anular la absoluci¨®n de Atutxa constituye otra muestra de la divergencia de criterios entre la Judicatura y la Fiscal¨ªa en los avatares del proceso de paz. Mientras ayer la Fiscal¨ªa ped¨ªa la confirmaci¨®n de la absoluci¨®n de Atutxa, Kn?rr y Bilbao, en aplicaci¨®n de la inviolabilidad, el Supremo apunt¨® en la direcci¨®n contraria y ordenaba al Tribunal Superior determinar si los tres acusados incurrieron en delito de desobediencia.
Otro de los m¨¢s recientes encontronazos lo protagoniz¨® el tribunal de la Audiencia Nacional que juzg¨® al etarra I?aki Bilbao, que en su sentencia se quej¨® abiertamente de que la Fiscal¨ªa redujese a dos a?os los 12 que ped¨ªa inicialmente.
Tampoco gust¨® a los jueces de la Audiencia Nacional que la Fiscal¨ªa alcanzase un pacto con la defensa de los acusados en un proceso por kale borroka que, en sentencia de conformidad, redujo a dos a?os por cabeza los 400 que se aprestaba a imponer el tribunal.
Los desencuentros, agudizados a medida que avanza el proceso, tuvieron su punto cr¨ªtico cuando el juez Fernando Grande-Marlaska ocupaba accidentalmente el juzgado de Baltasar Garz¨®n. Marlaska encarcel¨®, en contra del criterio del fiscal, a los dirigentes de Batasuna Juan Maria Olano y Juan Jos¨¦ Petrikorena y fij¨® fianza para Rafael D¨ªaz Usabiaga y Pernando Barrena. En cambio, deneg¨® la prisi¨®n incondicional de Otegi cuando el fiscal la pidi¨® y posteriormente el fiscal no la propuso, y el juez tuvo que limitarse a decretar una fianza de 250.000 euros, aunque Otegi acab¨® ingresando en prisi¨®n temporalmente.
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