Animaci¨®n de molde

Conscientes de que la animaci¨®n infantil es casi un seguro de vida en el actual panorama de la producci¨®n estadounidense, la multinacional Sony (heredera financiera de Columbia) ha decidido ponerse manos a la obra en el mundo de las tres dimensiones animadas y producir su primera cinta de dibujos: Colegas en el bosque, pel¨ªcula que bebe de la inagotable fuente de Pixar, productora que revolucion¨® la animaci¨®n a finales del siglo pasado con filmes como Toy story o Bichos, y que, de momento, parece ser modelo unidireccional de la gran mayor¨ªa de sus competidores.

Desde luego los tiempos no andan como para darle un abrazo a la capacidad de riesgo. Se sabe lo que funciona en la mente del ni?o y del adulto, y hasta ese terreno hay que trasladarse, tanto en el tipo de dise?o como en las caracter¨ªsticas de los guiones. La consecuencia es que, al menos en Estados Unidos, la apuesta por una nueva copia del molde ha sido satisfactoria econ¨®micamente: 80 millones de d¨®lares de recaudaci¨®n y subiendo cada semana.

Con una t¨¦cnica irreprochable, sobre todo en el siempre dif¨ªcil terreno del dibujo de los seres humanos, Colegas en el bosque se alimenta tambi¨¦n (como la reciente Vecinos invasores) de un ecologismo de l¨ªnea blanda que parece encantar a ni?os y mayores, as¨ª como de una banda sonora en la misma onda de buen rollo a base de cancioncitas pop para todos los p¨²blicos. Aunque la mejor aportaci¨®n de la pel¨ªcula, y donde los creadores parecen haber puesto m¨¢s sa?a y menos galanter¨ªa con su p¨²blico, es en el cruel retrato de esa parte de la ciudadan¨ªa contempor¨¢nea que trata a sus animales de compa?¨ªa como a seres humanos y al resto de seres humanos como a animales, y no precisamente de compa?¨ªa.