El Gobierno italiano reconoce que el caso del espionaje telef¨®nico fue una exageraci¨®n
Las supuestas grabaciones de unas 100.000 personalidades, entre ellas Prodi, nunca existieron
El Gobierno italiano vivi¨® ayer uno de sus momentos menos sublimes. En septiembre denunci¨® que desde Telecom Italia hab¨ªan sido espiados decenas de miles de ciudadanos, entre ellos Romano Prodi, y aprob¨® con la m¨¢xima urgencia un decreto para contrarrestar lo que el primer ministro calific¨® de "chantaje contra Italia". Ayer, reconoci¨® que no exist¨ªan grabaciones comprometedoras para nadie, que todo hab¨ªa sido una reacci¨®n "emotiva", y dej¨® morir en comisi¨®n parlamentaria el decreto que estaba destinado a salvar el pa¨ªs.
El asunto estall¨® el 21 de septiembre. La polic¨ªa anunci¨® la desarticulaci¨®n de una trama delictiva organizada por el director operativo del Sismi (servicio de espionaje militar), el jefe de seguridad de Telecom Italia y un detective de Florencia. Seg¨²n el ministro de Justicia, Clemente Mastella, los detenidos contaban con informes y grabaciones clandestinas de "m¨¢s de 100.000 personas", entre ellas pol¨ªticos, empresarios y personajes populares. El ministro de Exteriores, Massimo d'Alema, habl¨® de "amenaza a la democracia".
La situaci¨®n parec¨ªa tan cr¨ªtica que el Consejo de Ministros celebr¨® al d¨ªa siguiente una reuni¨®n extraordinaria con el ¨²nico fin de aprobar un decreto destinado a atajar el esc¨¢ndalo. El decreto no s¨®lo establec¨ªa reglas contra las grabaciones ilegales: ordenaba que el material acumulado por la trama del caso Telecom fuera destruido de inmediato, porque se consideraba tan comprometedor que no deb¨ªa ser ni siquiera incorporado al sumario judicial.
"Fue un decreto nacido sobre la emoci¨®n del momento", explic¨® el martes Luigi Ligotti, subsecretario de Justicia, al Corriere della Sera. Ligotti intentaba justificar un acuerdo con la oposici¨®n para suspender la tramitaci¨®n del decreto. "No se trata de un desastre", a?adi¨®, "visto que la Fiscal¨ªa de Mil¨¢n nos ha informado de que no existen grabaciones ilegales". Ni grabaciones, ni urgencia, ni esc¨¢ndalo. "Ha sido una farsa", dijo Roberto Castelli, titular de Justicia con Silvio Berlusconi.
El caso Telecom no parece el ¨²nico globo deshinchado. Semanas atr¨¢s aflor¨® otro presunto espionaje realizado desde los ordenadores del Ministerio de Hacienda: los datos sobre la situaci¨®n patrimonial de Prodi y otros pol¨ªticos y celebridades locales hab¨ªan sido espiados numerosas veces de forma no autorizada. Y volvi¨® a hablarse de "conspiraci¨®n" y de "tramas oscuras", mientras Berlusconi, que figuraba entre los espiados, clamaba contra la "en¨¦sima trola" gubernamental. El ministro de Justicia, Clemente Mastella, y el de Infraestructuras, Antonio di Pietro (antiguo fiscal de Manos Limpias), admitieron al poco tiempo que el asunto pudo ser provocado por la curiosidad de un grupo de funcionarios desleales. Esta semana, concluida la investigaci¨®n policial, qued¨® claro que no hab¨ªa m¨¢s que fisgoneo por parte de funcionarios con demasiado tiempo libre.
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