M¨²sic@s
La imagen de la semana que qued¨® grabada en mi disco duro la coment¨® aqu¨ª Sergi P¨¤mies: Julio Iglesias impartiendo un master class en la Academia de Operaci¨®n Triunfo. Tambi¨¦n estoy de acuerdo con el an¨¢lisis materialista del estupendo escritor. Es que ya no hay espacios en la tele del prime time para promocionar nuevos discos y las grandes estrellas aprovechan cualquier hueco audiovisual para colocar su mercanc¨ªa. Basta echar un vistazo a esos res¨²menes del aniversario de TVE para comprobar que antes, y durante medio siglo, no fue as¨ª, y que la industria espa?ola de la nostalgia televisiva, no tan potente como se pensaba, estaba fundamentalmente basada en las sucesivas promociones discogr¨¢ficas.
Y as¨ª est¨¢n las cosas de la m¨²sica en nuestras pantallas. La televisi¨®n espa?ola celebra su aniversario cincuent¨®n sin apenas programas musicales, y la cadena tem¨¢tica MTV, que al mismo tiempo celebra su 25? cumplea?os, entra por vez primera en profunda e irreversible crisis de audiencia porque las j¨®venes generaciones actuales ya no consumen los decibelios en la pantalla del televisor sino en la pantalla de Internet y a trav¨¦s de las descargas legales o ilegales del iPod. La doble prueba est¨¢ en que Julio Iglesias tuvo que impartir un m¨¢ster desesperado en OT y que uno de los mayores fracasos del a?o en la web fue ese sitio puntocom que MTV cre¨® a su imagen y semejanza (MTV Overdrive) para adaptarse a los nuevos tiempos musicales de esos adolescentes permanentemente enganchados al Mp3, YouTube, MySpace, Yahoo?, MSN, Eudora y compa?¨ªa.
Lo entend¨ª todo cuando Tele 5 propuso ese ins¨®lito master class. All¨ª estaban reunidas las tres generaciones dominantes. La baby-boomer de Julio Iglesias, la tambi¨¦n famosa X de la MTV y los peque?itos de la nueva generaci¨®n Y, o del iPod, como tambi¨¦n les dicen. Nuestro problema, el problema de OT, es que ning¨²n boomer del planeta trina as¨ª, que se notaba mucho que los ya maduros de la generaci¨®n X hab¨ªan tragado poca MTV y que los adolescentes de la Y todav¨ªa no ten¨ªan las orejas perforadas por el iPod.
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