Ces¨¢reo Rodr¨ªguez-Aguilera, la pasi¨®n por la justicia y las artes
Cr¨ªtico de arte, fue uno de los fundadores de la clandestina Justicia Democr¨¢tica
Ces¨¢reo Rodr¨ªguez-Aguilera era, para unos, el jurista, el hombre comprometido con la justicia y con el cambio de progreso de nuestra sociedad, compromiso que le llevar¨ªa a la pol¨ªtica. Para otros, el cr¨ªtico de arte, el escritor o el poeta. Ahora, cuando ¨¦l ya no est¨¢ -su fallecimiento se ha producido en Barcelona, el pasado d¨ªa 11-, se nos presenta en su amplia y rica personalidad y comprobamos que sus distintas facetas se fund¨ªan, se funden, en un ¨²nico af¨¢n, id¨¦ntica pasi¨®n. La de un hombre extraordinariamente inquieto, afable, buen ciudadano, abierto a todo y a todos, alguien entra?able, gran amigo de sus muchos amigos.
Naci¨® el 18 de mayo de 1916, en Quesada (provincia de Ja¨¦n), que con la obra de su paisano y amigo el gran pintor Rafael Zabaleta ser¨¢n dos referencias fundamentales en su vida. Fue voluntario en el ej¨¦rcito republicano, donde se despert¨® su inter¨¦s por la poes¨ªa, que no le abandonar¨ªa nunca. Una vez concluida la guerra curs¨® la carrera de Derecho. Fue juez en Marruecos, durante cuatro a?os, y, ya en Barcelona, adonde lleg¨® mediados los a?os cuarenta, actu¨® como juez de primera instancia y inici¨® su dedicacion a la cr¨ªtica de arte. Fue importante en este sentido su amistad con Eugeni D'Ors, de cuya Academia del Faro de San Crist¨®bal formar¨ªa parte, y, as¨ªmismo, su participaci¨®n en la renovaci¨®n del arte catal¨¢n iniciada en la segunda mitad de los a?os cuarenta. En momentos de falta de apoyo a la cultura por parte del r¨¦gimen de Franco, Rodr¨ªguez-Aguilera colabora como cr¨ªtico de arte, en distintas etapas, en el semanario Revista, que trata de establecer relaci¨®n entre los intelectuales de Catalu?a y el resto de Espa?a, Dau al Set, dirije la Comisi¨®n de Cultura del Colegio de Catalu?a y Baleares y, en momentos de inoperancia cultural por parte de las instituciones oficiales, es, con Alexandre Cirici como presidente, cocreador del Museo de Arte Contempor¨¢neo del FAD. De su abundante bibliograf¨ªa sobre arte destacar¨¦ Arte moderno en Catalu?a (1986). Supo ver la realidad de Catalu?a (le ser¨ªa concedida, con el tiempo, la Creu de Sant Jordi) y tuvo relaci¨®n con figuras de la cultura catalana como Carles Riba y J. V. Foix, con quienes coincidi¨® en el III Congreso Internacional de Poes¨ªa celebrado en Salamanca. Pasi¨®n que quedar¨ªa un tanto relegada, por su intensa dedicaci¨®n a la justicia y al arte, alienta en el fondo de todo lo que hac¨ªa. Dispersa en revistas y otras publicaciones ha sido afortunada y oportunamente recogida en el volumen Antolog¨ªa breve (1986), que fue prologada por ?ngel Crespo.
Como jurista dio durante la dictadura numeros¨ªsimas muestras de su inequ¨ªvoco esp¨ªritu y comportamiento democr¨¢ticos -fue uno de los fundadores de la clandestina Justicia Democr¨¢tica- y vio por ello relegado su reconocimiento profesional en este ¨¢mbito. La llegada de la democracia reparar¨ªa aquella injusta, con los sucesivos nombramientos de presidente de las audiencias de Baleares (1978) y Barcelona (1983), miembro del Consejo del Poder Judicial (1985) y magistrado del Tribunal Supremo. Se confiaba en ¨¦l, y tuvo la oportunidad de intervenir en casos tan delicados como comprometidos, dando muestra de la amplitud de su visi¨®n y estricto entendimiento de la justicia. Muestra m¨¢s reciente de la confianza que inspiraba su personalidad fue su ¨²ltima misi¨®n: la de defensor del cliente de las Caixes de Catalunya. Todas estas actividades las sinti¨® Ces¨¢reo Rodr¨ªguez-Aguilera con ilusi¨®n y verdadera pasi¨®n. La justicia, la pol¨ªtica, el progreso -social, pol¨ªtico, art¨ªstico, cient¨ªfico-, el arte, la literatura, no los ve¨ªa como actuaci¨®n intelectual y profesional, sino que, como la amistad, eran vividas de manera profundamente sentida.
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