Condenado un cura a dos a?os de c¨¢rcel por abusar de un menor
Un tribunal declara que el reo, de 74 a?os, abus¨® del ni?o en una vicar¨ªa
La Secci¨®n 5? de la Audiencia de Madrid ha condenado a dos a?os de c¨¢rcel a un sacerdote, que hoy tiene 74 a?os, por haber abusado sexualmente de un menor entre los a?os 1999 y 2001. Seg¨²n el tribunal, que preside el juez Arturo Beltr¨¢n, los abusos se cometieron en la casa del ni?o y en la vicar¨ªa de la parroquia de Madrid en la que el reo ejerc¨ªa el sacerdocio.
El tribunal declara como hechos probados los siguientes: Rafael S. N., sin antecedentes penales, en el periodo de tiempo comprendido entre el a?o 1958 y e1 2001 trabaj¨® como secretario de la vicaria de la parroquia de Santo Domingo Guzm¨¢n, en Madrid. En esa situaci¨®n, "entr¨® en relaci¨®n de amistad con la familia" de la v¨ªctima, un menor de edad. Seg¨²n la sentencia, el cura acud¨ªa "con asiduidad" a la casa de esta familia "para el cuidado de los hijos, formaci¨®n religiosa y refuerzo para los deberes escolares" de ¨¦stos.
"Con af¨¢n de satisfacer sus instintos libidinosos, primero en la casa de 1a familia y despu¨¦s en la vicar¨ªa, [el acusado] llev¨® a cabo tocamientos a un menor [de esta familia] y oblig¨® a ¨¦ste a que le tocara a ¨¦l". Esos hechos, seg¨²n el relato del tribunal, "se repitieron en un n¨²mero de ocasiones no determinado entre finales de 1999 y 2001, utilizando para ello la excusa de que ello era bueno y sano para el desarrollo corporal".
El tribunal tambi¨¦n ha condenado al sacerdote a que indemnice al menor con 30.000 euros por los da?os materiales y morales causados. Si ¨¦ste no paga, deber¨¢ hacerlo por ¨¦l el Arzobispado de Madrid. Para la condena, el tribunal ha dado credibilidad al relato del menor en el juicio. En ese momento, la v¨ªctima ya ten¨ªa m¨¢s de 18 a?os, mayor¨ªa de edad. El tribunal tambi¨¦n ha valorado "otros datos" proporcionados por testigos y peritos en la vista. La sala estima que los hechos "tienen encaje" en la figura penal del delito continuado de abusos sexuales, ya que "el acusado es un sacerdote que instruye al grupo de monaguillos de la parroquia, del que forma parte la v¨ªctima", a quien da clases en su casa "para mejorar su rendimiento asiduamente". Seg¨²n el tribunal, el acusado "convirti¨® un acto cotidiano en un instrumento de satisfacci¨®n de sus instintos sexuales", lo que obliga a considerar los hechos como "delito continuado".
La sentencia es recurrible ante el Tribunal Supremo.
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