Palabras
El terrorismo es sin duda algo imperdonable. Me repugna el fanatismo de quienes est¨¢n dispuestos a destripar a la gente para sostener sus ciegas creencias (ninguna idea vale la vida de una sola persona), y casi siento la misma repugnancia por aquellos que dicen condenar la violencia pero luego justifican a los asesinos diciendo que est¨¢n oprimidos, que son combatientes por la independencia o cualquier t¨®pico viscoso parecido.
Pero tambi¨¦n me desespera que, desde el otro extremo ideol¨®gico, se est¨¦ utilizando el terrorismo como palabra m¨¢gica con la que justificar todo tipo de tropel¨ªas y barbaries. Hace unos d¨ªas se public¨® que la CIA intentaba vetar las denuncias de torturas en su contra convirtiendo los interrogatorios de los prisioneros en secretos de Estado, con el asombroso argumento de que, si se conoc¨ªan los m¨¦todos con los que interrogaban, el enemigo terrorista podr¨ªa prepararse para resistirlos. Semejante descaro en la maldad y la ilegalidad parece incre¨ªble, pero hasta estos extremos estamos llegando por el miedo a las bombas y por la manipulaci¨®n que se hace de ese miedo.
Un ejemplo m¨¢s, especialmente irritante: el rey de Marruecos acaba de declarar que un S¨¢hara independiente ser¨ªa un foco de terrorismo. Lo que nos faltaba: que, tras incumplir los acuerdos de la ONU y reprimir salvajemente a los saharauis, este decepcionante rey echara mano ahora del ogro del terrorismo. Lo cual es una completa insensatez, dado que, durante sus 30 a?os de lucha y destierro, los saharauis, en condiciones dur¨ªsimas, han tenido la serenidad, el coraje moral y la cordura de no recurrir al terrorismo, y eso que sin duda hubiera sido m¨¢s f¨¢cil, porque vivimos en un mundo en el que parece que s¨®lo se hace caso a los que matan. Si en la peor de las situaciones ya han demostrado que no hacen eso, ?c¨®mo vamos a poder creer que la independencia les cambiar¨ªa? Al contrario, un S¨¢hara libre ser¨ªa un ejemplo de islamismo moderno y tolerante. El verdadero foco de terrorismo es Marruecos, con su desigualdad y su frustraci¨®n social, su atraso pol¨ªtico, sus carencias democr¨¢ticas. Eso s¨ª que es el caldo de cultivo de los fan¨¢ticos, por m¨¢s que Mohamed VI intente manipular el miedo y las palabras.
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