CiU reclama la presidencia del Parlament para N¨²ria de Gispert

Perdida la presidencia de la Generalitat, Converg¨¨ncia i Uni¨® piensa batallar, aunque sea de forma simb¨®lica, para que no se les escape tan f¨¢cilmente la presidencia del Parlament. Por este motivo, la federaci¨®n nacionalista presentar¨¢ formalmente el pr¨®ximo viernes la candidatura de la democristiana N¨²ria de Gispert para presidir la C¨¢mara, una candidatura que competir¨¢ con la de Ernest Benach, avalada por los tres grupos de la izquierda. Aunque los nacionalistas saben que poco o nada podr¨¢n hacer sus 48 votos frente a los 70 que suma el tripartito, el portavoz parlamentario de CiU, Felip Puig, reclam¨® ayer la presidencia del Parlament para su formaci¨®n por una cuesti¨®n de "decencia democr¨¢tica".

Puig defendi¨® que el Parlament, como C¨¢mara de representaci¨®n de los ciudadanos catalanes, "debe representar la opini¨®n mayoritaria" y, consecuentemente, "la presidencia debe ser para la formaci¨®n m¨¢s votada". Por este motivo inst¨® al resto de las fuerzas pol¨ªtica a que "si les queda alguna migaja de decencia democr¨¢tica, entiendan que, configurada ya la mayor¨ªa de gobierno, el Parlament debe presidirlo la primera fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs".

De haberse seguido este criterio en anteriores legislaturas, el democristiano Joan Rigol no habr¨ªa sido presidente de la C¨¢mara entre 1999 y 2003, cuando el PSC se qued¨® en la oposici¨®n pese a ser la fuerza m¨¢s votada. Tampoco el socialista Joan Revent¨®s lo habr¨ªa sido en 1995, pues Converg¨¨ncia i Uni¨® gan¨® los comicios en votos y esca?os.

Si finalmente se confirmase a Benach como presidente del Parlament, CiU se tendr¨ªa que conformar con una vicepresidencia segunda de la C¨¢mara, que ser¨ªa para Ramon Camp, y una secretar¨ªa segunda de la Mesa del Parlament, para Antoni Castell¨¤.

El enfado de CiU ha motivado que los nacionalistas, en su reestrenado papel opositor, recuperen f¨®rmulas ya utilizadas para combatir la figura de Pasqual Maragall, a quien el a?o pasado no pararon de repetir que carec¨ªa de "capacidad moral" para dirigir la Generalitat y la negociaci¨®n estatutaria. Ayer Felip Puig volvi¨® a utilizar este t¨¦rmino para referirse a Jos¨¦ Montilla y para decir que el "l¨ªder moral" de Catalu?a no es otro que Artur Mas.