Las virtudes de la Mamacoca
Es una hoja peque?a, oblicua, de un color verde oscuro, algo ins¨ªpida y con regusto amargo. Sus m¨¢s fervientes defensores descubren a los ne¨®fitos, entre los que me incluyo, que esta hoja, aparentemente insignificante y con un nombre que arrastra muy mala fama, tiene un raudal de virtudes y que nada tiene que ver con la coca¨ªna. La hoja de coca cura, alimenta y estimula, aseguran los organizadores de Mamacoca. I Feria ?bera del Akhuliku Andino. Ayer y hoy, el auditorio de la Facultad de Filosof¨ªa y Letras de la Aut¨®noma es un desfile continuo de ind¨ªgenas bolivianos, pol¨ªticos, psic¨®logos, antrop¨®logos y cient¨ªficos que abogan por la despenalizaci¨®n de la hoja de coca. Quieren que se pueda vender en cualquier lugar del mundo. A quien no necesitan convencer es al presidente de Bolivia, Evo Morales. ?l no titubea y lanza, en una carta de apoyo a los organizadores del evento, la siguiente pregunta: "?Qu¨¦ es lo que tiene el ginseng que no tenga la coca?". Morales enumera en la carta una inacabable retah¨ªla de virtudes: es digestiva y desinflamatoria, calma el dolor de cabeza y de muelas, previene la diabetes, la utilizan los comunicadores para la afon¨ªa... En definitiva, la coca puede con todo. El Grup Associat pels Serveis de Salut (Gass) llevaba dos a?os preparando la feria. Su portavoz, Eduard Casas, es un ferviente defensor de la utilizaci¨®n de la hoja para combatir la adicci¨®n a la coca¨ªna. "Estamos en el pa¨ªs con m¨¢s cocain¨®manos de Europa, el uso tradicional de la coca podr¨ªa acabar con la epidemia", sostiene
La feria de la coca no pod¨ªa empezar sin un ritual. Ram¨®n ?lvarez, un callahuallasal de La Paz, descendiente de una estirpe de hombres medicina, es el encargado de pedir permiso a la Pachamama (Madre Tierra) de Barcelona. ?lvarez explica que toda ciudad tiene su Pachamama, incluida la capital catalana. En la mesa, un feto de llama -no se asusten, los organizadores aseguran que en ¨¦poca de lluvias estos animales abortan f¨¢cilmente y que no se ha realizado ning¨²n tipo de sacrificio-, plumas, cerveza, una concha, lanas multicolores y hojas de coca. Al acabar la ceremonia, suben al escenario las autoridades: el alcalde de Cerdanyola, el ecosocialista Antoni Morral; la vicerrectora de relaciones institucionales de la universidad, Montse Unzeta, y el diputado boliviano Asterio Romero. ?lvarez insiste en darles una hoja de coca y les persuade con el argumento de que la coca no hace da?o a nadie. Algunos ponen caras de circunstancias, dudan: la cojo, no la cojo, y al final optan por meterla en el bolsillo de la americana.
No todo han sido apoyos. Los organizadores critican a la Agencia Espa?ola del Medicamento y Producto Sanitarios porque no les ha dejado traer hojas de Bolivia para una exposici¨®n. Tampoco la Diputaci¨®n, aseguran, ha querido saber nada del asunto. Pero s¨ª han recibido dinero del Departamento de Salud de la Generalitat. ?Ser¨¢ que Geli es m¨¢s progre que Corbacho?
Uno de los invitados m¨¢s activistas se pasea con una bolsa de pl¨¢stico, de color verde, llena a rebosar de hojas de coca. Es Silvia Rivera, profesora de Sociolog¨ªa de la Universidad Mayor de San Andr¨¦s, en La Paz. Ha hecho feliz a un hombre que ha venido desde la Floresta para comprar hojas de coca. No se pod¨ªan poner a la venta, pero Silvia le ha regalado unas cuantas para infusiones. Silvia va repartiendo hojas de la planta que cultivan los ind¨ªgenas de su pa¨ªs. Previamente echa su aliento a la hoja, tres veces. Es parte del ritual. Despu¨¦s explica c¨®mo hay que "saborearla". Se tienen que colocar unas cuatro hojas al lado derecho de la boca y mantenerlas ah¨ª, como si fueran un caramelo, durante una media hora. Despu¨¦s hay que escupirlas. Silvia aconseja que la expectoraci¨®n se efect¨²e sobre la tierra o al mar, y no en una basura cualquiera. Esta cronista se atreve con el experimento, aunque reduce la dosis de cuatro a dos hojas. La hoja es un poco ins¨ªpida, algo amarga, y le doy la raz¨®n a Morales, los efectos son los de un caf¨¦... Afortunadamente, no hay ning¨²n paseo acu¨¢tico por las cloacas, como el de Ewan McGregor en Trainspotting. Pero discrepo en que la coca mata el hambre, tras la experiencia me entra mucho apetito.
Sus defensores insisten que es el mejor alimento. Tiene m¨¢s calcio que la leche, m¨¢s hierro que las espinacas e igual de f¨®sforo que el pescado. De hecho, Bolivia ha empezado a exportar harina de coca a Cuba y Venezuela para combatir el hambre. Hay mate de coca, galletas de coca, jab¨®n y champ¨² de coca... y un sinf¨ªn de recetas: apio con coca, lasa?a de coca, pastel de zanahoria y coca, turr¨®n de coca, barritas energ¨¦ticas de coca... todo un mundo para descubrir. Y ah¨ª va la advertencia de uno de los invitados de la feira: en cuanto se consiga la despenalizaci¨®n de la coca, Coca-Cola se va a la ruina.
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