Una m¨²sica mestiza y bastarda
La cantante Mar¨ªa Lavalle y el pianista argentino Osvaldo Berlinghieri presentan en Madrid su espect¨¢culo de tangos y fados
Nunca hab¨ªa recalado Osvaldo Berlinghieri en Madrid y por eso su leyenda se agrandaba. As¨ª que la cantante argentina Mar¨ªa Lavalle ha querido invitarle para que le acompa?e en ese viaje rico y sin puerto fijo de su espect¨¢culo La pena golfa, que lleva dos a?os paseando por Europa y Am¨¦rica y que vuelve ma?ana al lugar donde empez¨®, al Clamores Bar, en Madrid. Los dos tratar¨¢n de purificar un g¨¦nero de por s¨ª mestizo y bastardo, que no se aprende en las escuelas ni en los conservatorios, sino que se debe mamar en la calle y de noche mejor que de d¨ªa.
?sas son las esencias del tango y del fado, los dos g¨¦neros sufrientes y llenos de vida que Lavalle mezcl¨® con sus m¨²sicos de lujo en La pena golfa. Pero el espect¨¢culo ha ido creciendo y enriqueci¨¦ndose, con m¨²sicos de ac¨¢ y de all¨¢. Ahora ambos quieren rendir un homenaje a lo que en los a?os cincuenta hicieron Edith Piaf y Atahualpa Yupanqui en Par¨ªs. "Yupanqui hab¨ªa llegado a Francia sin un peso ni un traje y Piaf, que le escuch¨® cantar en casa de Paul ?luard, lo invit¨® a actuar con ella", cuenta Lavalle. El p¨²blico se volvi¨® loco pese a que sus estilos no ten¨ªan nada que ver aparentemente. "Una cantaba al amor y el otro a la solidaridad. Una era la voz de la ciudad, el otro, la del campo y la tierra. Daba igual, porque ambos eran buen¨ªsimos en lo suyo y cualquier cosa que se haga bien, aunque sea diferente, triunfa", afirma Lavalle.
Ella no es tan distinta de Berlinghieri. Ambos se han envuelto en la cruzada de purificar un g¨¦nero que necesita su h¨¦roe en cada generaci¨®n y no malas copias de los que han abierto caminos antes. Al pianista, que ha acompa?ado a figuras m¨ªticas como H¨¦ctor Maur¨¦, Anibal Troilo y particip¨® con entusiasmo de las renovaciones que hicieron en su d¨ªa Horacio Salg¨¢n y el gran Astor Piazzolla, no le importa que se le echen encima por hablar claro, as¨ª que empieza: "El tango de hoy no tiene calle, los chicos estudian, pero no saben aplicar su experiencia", comenta.
Tampoco acepta copias malas, ni formas que le espantan: "Hoy todos est¨¢n obsesionados con copiar a Piazzolla, pero no se puede, hay que estudiar mucho. ?Por qu¨¦ copiarlo, adem¨¢s? ?No pueden hacer algo que salga de ellos? El tango electr¨®nico, por ejemplo. Que no lo hagan m¨¢s. Ya lo prob¨® Astor y basta, que no lo repitan".
El problema, seg¨²n Berlinghieri, es que se han destruido los c¨®digos que exist¨ªan en los a?os cuarenta, "la edad dorada del tango", dice ¨¦l. ?Cu¨¢les eran? "Seriedad, estudio y cumplimiento. Hoy los chicos no estudian, son incumplidores y, por supuesto, no son serios. Lo hacen como un mal rock, suben al escenario con jeans y el pelo sucio. No me importa que se dejen el pelo largo, pero, por Dios, l¨¢venselo".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.