Tom regala a Katie un gato, una perola y un peine en su boda

Tom Cruise entreg¨® ayer a Katie Holmes un gato, una perola y un peine. Despu¨¦s de cumplido el rito ante 250 invitados, la Iglesia de la Cienciolog¨ªa declar¨® felizmente casados a los dos actores. La boda del a?o se celebr¨® en el castillo Odescalchi de Bracciano, alquilado para la ocasi¨®n por 1,5 millones de euros, y atrajo la atenci¨®n de centenares de periodistas y de miles de curiosos. Bracciano, una localidad cercana a Roma y c¨¦lebre por su lago, fue un hervidero durante toda la jornada, aunque no se presentaran en el lugar las multitudes que se esperaban.

Tom y Katie vest¨ªan rigurosamente de Armani. Su hija, Suri, que ayer cumpl¨ªa siete meses, tambi¨¦n. La ceremonia fue altamente lujosa, con un decorado en el que dominaban los colores rojo, blanco y oro en homenaje al escudo de los Odescalchi. Las salas del castillo, cubiertas de raso, se iluminaron con candelabros y velas arom¨¢ticas, y en el momento de cortar la tarta nupcial, importada de Estados Unidos, hubo efectos especiales: una lluvia de p¨¦talos de rosa cay¨® sobre los novios.

A la ceremonia asisti¨® la hija de la pareja, suri, que cumpl¨ªa siete meses

Andrea Boccelli no cant¨® el Ave Mar¨ªa, como estaba inicialmente previsto, porque no quiso implicarse, como cat¨®lico, en un rito cienciol¨®gico. Cant¨® despu¨¦s, durante la fiesta, rematada por fuegos artificiales y una cascada de fuego que se desliz¨® por las murallas del castillo, cerca de los dos francotiradores de los carabinieri que permanecieron todo el d¨ªa apostados en las almenas. La privacidad del evento fue asegurada por m¨¢s de 200 vigilantes privados.

Entre los invitados se contaron Will Smith, Jim Carrey, Brooke Shields, Victoria Beckham -el esposo, David, tuvo que volver a Madrid antes de la boda-, Jennifer L¨®pez con su pareja, el cantante Marc Anthony; el modisto Valentino y el alcalde de Roma, Walter Veltroni. Adem¨¢s, obviamente, de los dos hijos adoptivos de Cruise y Nicole Kidman y dem¨¢s familiares de los novios.

La presencia del alcalde romano pareci¨® molestar a la alcaldesa de Bracciano, Patrizia Riccioni, a la que no invitaron a nada. La alcaldesa lament¨® tambi¨¦n que Cruise y Holmes no se hubieran acercado a saludar a los lugare?os que se agolpaban a la puerta del castillo.

S¨ª salud¨® Jim Carrey, porque su ch¨®fer se extravi¨® y acab¨® en medio del gent¨ªo. Las estrellas invitadas no llegaron al castillo en las limusinas alquiladas para tal fin, porque los veh¨ªculos eran demasiado grandes y no cab¨ªan en las callejuelas de Bracciano. La organizaci¨®n tuvo que recurrir a una flotilla de monovol¨²menes.

Muchos paparazzi sufrieron igualmente una cierta frustraci¨®n, porque no les sirvi¨® de gran cosa alquilar helic¨®pteros, balcones y ventanas supuestamente privilegiadas: la boda se retras¨® hasta pasadas las siete de la tarde, cuando ya era noche cerrada y los teleobjetivos no captaban m¨¢s que sombras.