El 'efecto Estatuto' apacigua IU
El trabajo de la reforma permite a IU alcanzar un razonable equilibrio interno despu¨¦s de una d¨¦cada de conflictos
La reforma del Estatuto de Autonom¨ªa ha ocupado la mayor parte del escenario pol¨ªtico en el ¨²ltimo a?o y medio. No hay tema que no haya pasado por su tamiz, ha marcado la pauta de t¨¢cticas y estrategias, y desde su prisma se han librado las sempiternas batallas entre los partidos. Tambi¨¦n se ha colado en el interior de las formaciones pol¨ªticas: a algunas las ha zarandeado hasta hacer saltar sus contradicciones, y en otras ha sido el factor de uni¨®n, la p¨®cima apaciguadora, el b¨¢lsamo.
Este ¨²ltimo es el caso de Izquierda Unida de Andaluc¨ªa. Es preciso remontarse una d¨¦cada exacta para poder comparar el estado de gracia que vive ahora la organizaci¨®n. Desde 1996, IU ha ido encadenando derrotas electorales y despu¨¦s del ¨²ltimo naufragio de las elecciones europeas de junio de 2004, la discordia entre sus cuadros dirigentes (cr¨ªticos y oficialistas) lleg¨® a asentarse de tal forma que se convirti¨® en una especie de hecho diferencial, una se?a de identidad que la colocaba al borde de la escisi¨®n. Hace solo dos a?os, el coordinador andaluz, Diego Valderas, abri¨® expediente y amonest¨® a tres miembros de la corriente cr¨ªtica para "ejemplarizar a la organizaci¨®n". El bloque d¨ªscolo pidi¨® una asamblea extraordinaria para forzar la salida de Valderas, pero a la vuelta del verano sobrevino el trabajo de la reforma del Estatuto.
El prop¨®sito de la direcci¨®n andaluza es presentar en 2008 a Diego Valderas por Sevilla, la circunscripci¨®n de Concha Caballero
Antiguos miembros de la corriente cr¨ªtica Convocatoria por Andaluc¨ªa dicen que ya no funciona como tal y casi se ha disuelto
Tras superar la primera fase de contactos, enseguida el tenaz trabajo de IU se convirti¨® en decisivo para sacar el texto adelante. La portavoz parlamentaria, Concha Caballero, referente del movimiento cr¨ªtico, asumi¨® el mayor peso y el reparto de equilibrios internos empez¨® a nivelarse, empujado por la camarader¨ªa que suele generar el esfuerzo com¨²n. El buen clima tuvo su primer reflejo oficial en una conferencia de prensa conjunta entre Valderas y Caballero, en el que ambos comparecieron animosos, entusiastas, y entre piropos mutuos e invocaciones a la ilusi¨®n, proclamaron que las relaciones entre cr¨ªticos y oficialistas hab¨ªan entrado en un ciclo de notable serenidad. El tiempo evidenci¨® que no se trataba de un lapso. Adem¨¢s, la polarizaci¨®n de la crisis en la direcci¨®n federal y las diferencias entre ¨¦sta y Andaluc¨ªa por la pol¨¦mica territorial, y el apoyo de Gaspar Llamazares a la primera propuesta de financiaci¨®n auton¨®mica del Estatuto catal¨¢n y a los Presupuestos Generales, contribuyeron a derrumbar el muro que separaba a los dos sectores. "Es cierto que el Estatuto ha abierto una nueva etapa, ha propiciado la oportunidad de ser generosos y exigentes", opina Valderas, quien no tiene la menor duda de que la unidad y la primac¨ªa del trabajo ser¨¢n premiadas en las urnas. "Siempre habr¨¢ opiniones distintas porque es consustancial a una formaci¨®n como IU", matiza.
El coordinador admite que evitar que las rencillas personales -despu¨¦s de tanto tiempo de conflictos hab¨ªan terminado por condicionar el reparto de responsabilidades- pesaran en la designaci¨®n de cargos, ha sido una pr¨¢ctica saludable con un resultado incuestionable. "Es evidente que el trabajo de Concha y el grupo parlamentario es excelente, y el que haya representado ese papel, un acierto". Antiguos miembros de la corriente Convocatoria por Andaluc¨ªa reconocen que ¨¦sta ya ni siquiera funciona como tal y que, si no se tuercen las cosas, se podr¨ªa hablar incluso de que la correlaci¨®n de fuerzas en virtud de la antigua divisi¨®n es historia.
Sin embargo, a¨²n queda por resolver un espinoso asunto que puede acarrear m¨¢s de un problema. Tras dos intentos fallidos de sacar por Huelva un esca?o en el Parlamento (2000 y 2004), el prop¨®sito de la de la direcci¨®n es presentar a Valderas por Sevilla en 2008, circunscripci¨®n de Concha Caballero. El temor a quebrar la reconciliaci¨®n interna -junto con la buena proyecci¨®n y evaluaci¨®n p¨²blica que atesora la portavoz, sin duda un valor en IU- dejan un margen escaso a la probabilidad de que Concha Caballero sea apartada de un plumazo, y la nominaci¨®n de Valderas se resuelva por decreto, pese a que pudiera haber alg¨²n dirigente aislado al que tal salida le parezca una idea colosal.
El entorno del coordinador le est¨¢ dando vuelta a la ubicaci¨®n de Caballero, sin que ella se haya pronunciado en ning¨²n sentido. De momento, se barajan varias posibilidades: que vaya de n¨²mero dos en Sevilla (en IU existe la certeza de que obtendr¨¢ dos diputados en esta plaza), trasladar su candidatura al Congreso de los Diputados (que ha ocupado en los ¨²ltimos a?os Felipe Alcaraz), el Senado, o alg¨²n cargo de responsabilidad que IU estuviera en disposici¨®n de asumir en el caso de que la aritm¨¦tica parlamentaria se lo permita.
Habr¨¢ que esperar a que pasen las elecciones municipales para que se den los primeros pasos. Si la federaci¨®n no anda con ojo, el efecto Estatuto puede ser flor de un d¨ªa.
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