Mi esca?o por un PAI
Cualquier candidato/a a las municipales que se precie va por todas, es decir, va por la Concejal¨ªa de Urbanismo, que las otras son ornato y ventanilla de registro. La Concejal¨ªa de Urbanismo, si el que la desempe?a la decora a las ¨®rdenes de quien paga, manda, es como aquellos salones aristocr¨¢ticos del siglo XVIII, s¨®lo que en lugar de m¨²sicos, fil¨®sofos, marquesas y galanteos, se alterna con especuladores, constructores, promotores, ediles y sorprendentes bolsas de basura y confeti. A la porcelana de S¨¨vres la desplaza el ladrillo de nueve canutos, y el clavicordio tiene la caja de cemento armado, para que s¨®lo se dispare a dos manos. El cronista acudi¨® recientemente a una cita en La Romana, despu¨¦s de tantos a?os, invitado por una treintena de j¨®venes de la mejor ley, que le tocaron la muixaranga, en la Cova de Pep¨ªn, del pianista Jos¨¦ Mira Figueroa, en plena sierra, frente a las canteras de m¨¢rmol rojo y un paisaje de vi?edos y evocaciones. Luego, supo que all¨ª, en medio de Els Valls del Vinalop¨® tambi¨¦n hab¨ªa llegado el virus del PAI, y los j¨®venes y el cronista se encomendaron a la luz de la raz¨®n y de un mediod¨ªa de arroz con caracoles. Y hasta escrutaron la "doctrina Parcent", porque la LUV no entraba ni con un trago del vigoroso vino de la cooperativa local. "?ste es el contagio de los patriotas vendepatrias". Contagio que no respeta ni paisaje, ni patrimonio, ni vecindario, ni oposici¨®n, ni PGOU. Parcent, con un censo de unos mil habitantes, es la osad¨ªa o la codicia asomada al pozo de la temeridad. Percet, la alcaldesa popular de Parcent, pretende construir 1496 viviendas, al margen de la planificaci¨®n general y de un desarrollo urbano sostenible. Afortunadamente, El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) ha paralizado el disparatado proyecto, aunque la alcaldesa recurrir¨¢ el correspondiente auto. Est¨¢ en su derecho, aunque atente contra los derechos de los ciudadanos y de la oposici¨®n. El cronista ignora si la alcaldesa de Parcent pretende un pelotazo o un cabezazo. All¨¢ ella. Pero no ignora, porque es una evidencia, que este pa¨ªs no puede continuar siendo objeto de tanta voracidad, ni de unos destrozos probablemente irreversibles. Contra eso est¨¢ la mayor¨ªa de los valencianos. Una mayor¨ªa harta ya de que algunos cargos municipales, en cuya supuesta decencia han delegado su voto, no sean m¨¢s que pat¨¦ticas marionetas, en manos de unos cuantos empresarios de la construcci¨®n, con pocos escr¨²pulos y demasiado est¨®mago. Esta depredaci¨®n ha desbordado l¨ªmites y paciencia. Hay que ponerle fin. Y para eso cuentan la ciudadan¨ªa y determinados partidos pol¨ªticos. Eugenio Burriel, secretario de Territorio del PSPV, ha calificado el modelo urban¨ªstico del Consell de desastroso y especulador, y ha instado a Esteban Gonz¨¢lez Pons a dejar los malabarismos con las plusval¨ªas y a exigirle a Luis D¨ªaz Alperi, alcalde de Alicante, que retire de una vez el pol¨¦mico Plan Rabassa. Ah, y el Gobierno de Israel contin¨²a asesinando palestinos...
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