Burocracia contra la convivencia cultural

"Es imposible que ustedes sean una compa?¨ªa teatral. No hay compa?¨ªas de 25 personas". M¨¢s o menos ¨¦ste fue el peregrino argumento que escucharon los integrantes de la iran¨ª Theater Comite of Amir Kabir University cuando iniciaron los tr¨¢mites para su viaje a Tortosa, en el marco de su participaci¨®n en la tercera edici¨®n del Festival Internacional de Teatro Entrecultures, que se celebra hasta el pr¨®ximo domingo. No hubo manera de que los responsables de la Embajada espa?ola en su pa¨ªs entraran en raz¨®n. Finalmente, s¨®lo tres miembros del grupo consiguieron los premisos necesarios. El suyo es un ejemplo representativo, pero no el ¨²nico, de las enormes dificultades organizativas del festival, que, sin embargo, no consiguen mermar su firme apuesta por reflejar la diversidad y la convivencia cultural.

El director del encuentro ha tenido que certificar que todos los participantes volver¨¢n a sus pa¨ªses

El actor Albert Vidal, que el pr¨®ximo s¨¢bado estrenar¨¢ en Tortosa su espect¨¢culo Islam, producido por el festival, relata otra muestra de las tortuosas peripecias a las que est¨¢n sometidos los artistas participantes. Los miembros de los grupos de m¨²sica suf¨ª y andalus¨ª procedentes de Marruecos que le acompa?ar¨¢n en el escenario, han debido presentarse siete veces ante los funcionarios encargados de sus papeles, cuya sede se encuentra a 80 kil¨®metros de distancia de su lugar de residencia. "Todos los a?os tenemos dificultades para mantener la programaci¨®n, pero ¨¦ste ha sido el m¨¢s duro en este sentido", confiesa el director de Entrecultures, Ricard Salvat, que quiere destacar, sin embargo, la gran cooperaci¨®n obtenida en el Ministerio de Asuntos Exteriores, con intervenci¨®n directa de su titular, Miguel ?ngel Moratinos, "que sigue con inter¨¦s el festival" y cuyas gestiones consiguen amortiguar los efectos de las trabas burocr¨¢ticas. Pero tanto ¨¦l como las autoridades de Tortosa han tenido que firmar un documento en el que se comprometen al regreso de todos los participantes a sus pa¨ªses de origen.

"Hemos viajado a muchos pa¨ªses y nunca hemos tenido la tentaci¨®n de quedarnos en ninguno. No se preocupe, todos volveremos a casa", le tranquiliza Moulay El Hassan El Idrissi, director del marroqu¨ª Th¨¦?tre Achouaa de Taroudant, cultivador de un teatro "pol¨ªtico" en cuyo montaje Touichiat Almouhrrije conviven cinco personajes, entre ellos un preso por razones ideol¨®gicas y otro violado por un hombre religioso.

Dificultades log¨ªsticas al margen, el festival consigue un a?o m¨¢s su reto de convertirse en una ventana abierta a realidades esc¨¦nicas muy poco o nada conocidas a este lado del Mediterr¨¢neo. La presencia de grupos de Libia, Dubai, T¨²nez, Afganist¨¢n y Marruecos es ilustrativa por su trabajo, y tambi¨¦n por lo que cuentan o por lo que callan sus integrantes.

As¨ª, los componentes del libio Groupe des Fils des Martyrs pour les Arts se entretienen explicando a la prensa la singularidad de un sistema pol¨ªtico que gobierna su pa¨ªs a partir de la participaci¨®n, "en plano de igualdad", de todos los ciudadanos. Pero cuando se intenta profundizar en otras cuestiones de ¨ªndole pol¨ªtica y social se cierran en banda, y alegan que s¨®lo les interesa hablar de su espect¨¢culo, una obra "experimental" en la que los actores encarnan a marionetas de cuyos hilos quieren liberarse. "La obra refleja la situaci¨®n de los pa¨ªses que, a diferencia del nuestro, est¨¢n sometidos al poder de alguien dominante. Queremos decirles que nadie debe decidir por el pueblo", dice Hazim Daoud, uno de los actores de Kouyoud Al-Hakawati. "Quien desee conocer Libia un poco m¨¢s que lea El libro verde de Gaddafi", sugiere.

El director del Al Ahli Dubai Theater, Naji Alhai Abdulla, explica que su pa¨ªs es una plasmaci¨®n clara de la plena convivencia intercultural. La revoluci¨®n del petr¨®leo atrajo hasta Dubai a personas de m¨²ltiples nacionalidades hasta rebajar al 18% el porcentaje de poblaci¨®n aut¨®ctona. Asegura que la integraci¨®n es plena y pac¨ªfica, aunque acaba confesando que los matrimonios mixtos entre originarios e inmigrados no son habituales. "El 18% debe aumentar", dice en un tono exquisitamente educado que no resta profundidad a sus palabras.

Entrecultures es un festival excepcional por su capacidad para estimular el di¨¢logo. En su potencial conf¨ªa Hamadi Louhaibi, director del Festival Internacional de la Primavera, que se celebra en T¨²nez desde hace 13 a?os. "Me molesta que desde Europa se generalice al hablar de los pa¨ªses ¨¢rabes. Hay muchas diferencias entre nosotros. En T¨²nez tenemos m¨¢s actividad cultural que en algunos pa¨ªses europeos", asegura, pero cree que el trabajo pendiente para la verdadera convivencia cultural es enorme. "No partimos de dos culturas en plano de igualdad, sino de una cultura dominante que se quiere imponer a los dem¨¢s. Los artistas solos no podemos tender puentes entre las culturas, el papel de los pol¨ªticos es b¨¢sico".