Francia recupera la siesta
La actual admiraci¨®n francesa por Espa?a no tiene l¨ªmites. El primer ministro Dominique de Villepin y su ministro de Trabajo se lanzaron ayer a un elogio de las virtudes de la siesta como momento de recuperaci¨®n de energ¨ªas. La idea de unas cabezadas reparadoras, de 15 a 25 minutos, propuesta para paliar la baja productividad de la industria francesa, no puede dejar de sorprender y m¨¢s a¨²n en boca de ministros que hablan de la siesta casi como de materia a legislar. Porque eso s¨ª, en Francia todo sigue haci¨¦ndose a trav¨¦s de la ley, desde la fecha de la poda de los ¨¢rboles hasta la duraci¨®n de la siesta. De momento, Nicolas Sarkozy a¨²n no se ha pronunciado al respecto pero hay que confiar en que, si Villepin est¨¢ a favor, ¨¦l estar¨¢ en contra. En el caso del primero influye sin duda el que, de peque?o, viviera durante varios a?os en Venezuela, en un contexto de costumbres hispanas de las que no s¨®lo parece haber guardado un excelente dominio de la lengua. Tras un tercer trimestre de crecimiento cero, penalizada la econom¨ªa por la crisis exportadora de una industria a la que le cuesta adaptarse a todos los par¨¢metros de la globalizaci¨®n: salarios m¨¢s bajos, menor protecci¨®n social, horarios laborales m¨¢s largos, facilidades para el despido, etc¨¦tera. Francia conf¨ªa, pues, en la siesta para que sus trabajadores se olviden de todos los males que les acechan, incluido el cierre de las f¨¢bricas para llevarlas a pa¨ªses en los que -con o sin siesta- se trabaja m¨¢s y se cobra menos. Lo que los ministros no han explicado es c¨®mo esperan conseguir que el personal concilie el sue?o cuando se sabe que Francia es el pa¨ªs de Europa que consume mayor cantidad de tranquilizantes.
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