El hombre del calcet¨ªn rojo
El FAD rindi¨® ayer un divertido y concurrido homenaje al arquitecto Oriol Bohigas
?Su flor preferida? "Prefiero las artificiales". ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s detesta? "Los arquitectos posmodernos". ?Qu¨¦ ciudad le gusta m¨¢s? "Barcelona, eso seguro". ?Cu¨¢l es su lema? "No hay nada peor que la gente de bien cuando se equivoca". Es ¨¦l, no hay duda. Oriol Bohigas cumplir¨¢ 81 a?os el pr¨®ximo 20 de diciembre y sigue siendo el Bohigas polemista, brillante y a veces impertinente de siempre. Las preguntas, procedentes del Cuestionario Proust, se las hizo Llu¨ªs Perm¨¤nyer por tercera vez (las anteriores fueron en 1964 y 1999) y la escenificada entrevista sirvi¨® de colof¨®n al homenaje que ayer se le ofreci¨® al arquitecto, pol¨ªtico y escritor en el FAD, dentro del denominado ciclo Mestre. La cadena del FAD. Un acto en el que hubo muchas caras conocidas, en su mayor¨ªa arquitectos, y, entre ellas, la del a¨²n presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, acompa?ado de su esposa, Diana Garrigosa.
Puede decirse que, pese a que de forma escalonada se fue llenando por completo el sal¨®n de actos, en el fondo se trataba de una reuni¨®n en familia. Y nunca mejor dicho. La presidenta del FAD, la arquitecta Beth Gal¨ª, rehus¨® conducir el acto "por motivos conyugales", como dijo Juli Capella que asumi¨® con su mejor desparpajo la funci¨®n de conductor del acto. El hijo de Bohigas, Josep, tambi¨¦n arquitecto, se jug¨® la paz familiar en una "divertida" carta (parte del homenaje consist¨ªa en que diferentes personas le¨ªan cartas al homenajeado) en la que le cantaba las cuarenta a un hombre acostumbrado a ser siempre ¨¦l quien lleva la voz cantante: "Nunca nadie te ha visto jugar ni cinco minutos con ningun nieto, ni ninguno de tus hijos recuerda haber estado un rato contigo construyendo un castillo de arena, ni haciendo un dibujo [...]. Y no es que no estuvieras, o que te desentendieras, es simplemente que a ti este rollo no te va. [..] Y es que como buen noucentista que eres, te gustan m¨¢s las instituciones que sus miembros".
Risas de la audiencia, aplausos finales y beso paternal posterior. Bohigas jr. hab¨ªa aclarado antes que se supon¨ªa que estas cartas deb¨ªan ser pol¨¦micas, es decir, tener un apartado cr¨ªtico y otro elogioso, pero ya advirti¨® cuando le toc¨® el turno que s¨®lo ¨¦l y la escritora Rosa Reg¨¤s hab¨ªan entendido el mensaje. Reg¨¤s le elogi¨® su pasi¨®n y vehemencia, y le reproch¨® su intransigencia, pero la mayor¨ªa de las intervenciones sirvieron para elogiarlo y, sobre todo, para reafirma el ideario com¨²n de los que escrib¨ªan.
Fue brillante, por ejemplo, la carta de Manuel de Sol¨¤-Morales, que convirti¨® en un alegato a favor de la modernidad: "La explotaci¨®n del mercado inmobiliario no comienza por los especuladores ni por Marbella. Comienza por la falsa conciencia de que el compromiso social de la arquitectura est¨¢ superado, y de que las luchas ideol¨®gicas en la arquitectura estan anticuadas". En un l¨ªnea cr¨ªtica similar se posicion¨® otro arquitecto, Josep Quetglas, en una carta en la que comenz¨® recordando la plaza barcelonesa que durante el franquismo se llamaba Calvo Sotelo y despu¨¦s Francesc Maci¨¤: "Ahora las cosas han cambiado. [...] Ahora el franquismo se ha hecho constitucional.[...] ?Crees que algun d¨ªa a la plaza la llamar¨¢n por su nombre natural? el nombre que le puso su padre, Rubi¨® i Tudur¨ª, pla?a del comte d'Urgell, el dissortat". Hubo m¨¢s palabras -las de Josep Martorell, Federico Correa, antoni Mar¨¬, Rafael Moneo-, pero la que en el fondo todos esperaban era la de Pasqual Maragall. En forma tambi¨¦n, el presidente record¨® los inicios de la Barcelona democr¨¢tica, elogi¨® el papel de Bohigas en su transformaci¨®n urban¨ªstica y, sobre todo, reivindic¨® la pol¨¦mica: "Para algunos debe sorprender que, no habiendo coincidido en tantas cosas, nos hayamos entendido siempre, en un pa¨ªs mal acostumbrado a creer que s¨®lo el asentimiento hace avanzar. Cuando es al rev¨¦s: si no hay fricci¨®n -si no hay pasi¨®n- no hay combusti¨®n ni energ¨ªa para mover nada".
Al principio Capella hab¨ªa recorrido, acompa?ado por fotos familiares (incluida la de la comuni¨®n) la trayector¨ªa del arquitecto y, como no pod¨ªa ser de otra manera, fue ¨¦l, Bohigas, el arqutiecto de los calcetines rojos, quien cerr¨® el acto. Lo hizo con un parlamento dedicado a la historia del FAD en la que se?al¨® cuatro etapas entre las que enfatiz¨® la ¨²ltima. ?sta empez¨®, dijo, en 2003 "cuando las izquierdas ganaron las elecciones en lo que fue una fecha clave de cuya importancia a¨²n no somos conscientes". Y sigui¨®: "Las izquierdas nunca hab¨ªan gobernado en Catalu?a m¨¢s de dos a?os seguidos y puede decirse que Maragall es el primer presidente de Catalu?a que no ha estado en la prisi¨®n, ni ha sido asesinado o sufrido exilio". Estamos entrandio, dijo, en una ¨¦poca de normalidad.
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