Ecuador asiste al duelo entre el magnate Noboa y el populista Correa
La re?ida segunda vuelta de las presidenciales se disputa el domingo
La incertidumbre se palpa en Ecuador con vistas a la segunda vuelta de las presidenciales que se celebra este domingo. Los dos candidatos son el conservador y magnate bananero ?lvaro Noboa y el izquierdista y "cristiano", como se define a s¨ª mismo, Rafael Correa. Noboa gan¨® la primera vuelta del 15 de octubre con casi cuatro puntos de ventaja, pero su rival ha acortado distancias. Al menos eso indica el nerviosismo del sector financiero.
En todo caso, se anticipa una batalla electoral re?ida. Ninguno de los dos candidatos convence a los ecuatorianos, que desde hace 10 a?os vienen eligiendo al menos malo y no creen que esta vez sea diferente.
Se dice de Noboa que es prepotente, que hizo declarar a su padre demente para quedarse con un imperio de m¨¢s de cien empresas, que en sus plantaciones bananeras incumple todas las normas existentes para proteger los derechos laborales y que explota a ni?os. ?stos son sus "puntos d¨¦biles", pol¨ªticamente hablando, aunque a sus adeptos s¨®lo les gusta enfatizar que es un empresario exitoso y pragm¨¢tico que puede sacar la maltrecha econom¨ªa ecuatoriana.
El domingo ser¨¢ la tercera vez que este hombre de 56 a?os dispute la presidencia del pa¨ªs andino y, como dice el dicho, ¨¦l espera que a la tercera sea la vencida. La propuesta del Partido Renovador Institucional de Acci¨®n Nacional (Prian), de Noboa, es entre populista y algo que podr¨ªamos definir como liberal. Promete miles de viviendas, menos impuestos, control del gasto y un acuerdo de libre comercio con EE UU. Hace unos d¨ªas, en Esmeraldas, dijo que convertir¨ªa a Ecuador en "un nuevo Disneylandia".
14 millones de ecuatorianos
Contra Correa no faltan piropos: malhumorado, caprichoso, improvisado y aventurero; pero esto ¨²ltimo en el mal sentido, teniendo en cuenta que lo que pretende es dirigir el destino de 14 millones de ecuatorianos. Cre¨® su partido, Alianza Pa¨ªs, hace apenas un a?o y la ¨²nica experiencia pol¨ªtica de este economista de 43 a?os, con maestr¨ªas en EE UU y B¨¦lgica, es haber estado al frente de la cartera de Econom¨ªa durante s¨®lo cuatro meses en el actual Gobierno de Alfredo Palacio, quien lleg¨® a la presidencia tras el derrocamiento de Lucio Guti¨¦rrez en abril de 2005.
El discurso de Correa es nacionalista y para muchos demasiado pr¨®ximo al del presidente venezolano Hugo Ch¨¢vez. No quiere pagar la deuda externa, no quiere un tratado comercial con EE UU, pretende renegociar los contratos con las empresas extranjeras y, sobre todo, quiere reformar la Constituci¨®n para acabar con lo que ¨¦l llama el "clientelismo" pol¨ªtico. El nacionalismo de Correa tambi¨¦n tiene una pizca de populismo: el fin de semana entreg¨® una casa a una mujer y prometi¨® muchas viviendas m¨¢s financiadas con fondos p¨²blicos.
"Gane quien gane, lo tiene dif¨ªcil", explica el profesor Alexei P¨¢ez, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. "Noboa, si vence, lograr¨¢ la mayor¨ªa en el Congreso ali¨¢ndose, en principio, con el partido de Guti¨¦rrez, tercero en la primera vuelta. Pero su modo autoritario de conducirse, su tendencia a manejar todo como si fuese su finca particular, causar¨¢ un fuerte rechazo social", dice P¨¢ez. "Correa no tiene apoyo parlamentario; si gana apenas podr¨¢ contar con seis o siete diputados de un total de cien. No podr¨¢ hacer ninguna reforma, y menos la constitucional, a menos que, echando mano del apoyo popular, fuerce al Parlamento a sancionar algunas de las leyes que ¨¦l proponga desde el Ejecutivo", concluye.
El candidato izquierdista ya cuenta con el respaldo de la Confederaci¨®n de Naciones Ind¨ªgenas del Ecuador (Conaie). Los ind¨ªgenas son cerca del 20% de la poblaci¨®n. "Los sindicatos de las grandes empresas p¨²blicas tambi¨¦n apoyan a Correa por oposici¨®n a Noboa, partidario de privatizar los servicios p¨²blicos", explica el analista Walter Spurrier.
En Ecuador existe lo que se conoce como "burocracia dorada", conformada por los representantes de los trabajadores del petr¨®leo y los servicios de electricidad, gas y tel¨¦fono. No son muchos pero s¨ª muy poderosos. Los sindicatos y los ind¨ªgenas estuvieron a la cabeza de la protesta social que acab¨® con la presidencia de Guti¨¦rrez. Aunque las encuestas est¨¢n prohibidas para esta segunda vuelta, las informaciones de los diarios nacionales sugieren que Correa tambi¨¦n ha ganado adeptos entre los campesinos gracias a su oposici¨®n al tratado de libre comercio con EE UU. Este aparente repunte del candidato de Alianza Pa¨ªs ha puesto nervioso al sector financiero local y for¨¢neo y se ha reflejado en un aumento del ¨ªndice del riesgo crediticio del pa¨ªs. "El proyecto de reforma constitucional de Correa huele a chavismo, y eso asusta a todos, no s¨®lo a los mercados", comenta Spurrier.
"Tenemos que elegir entre una alternativa cierta y una de alto riesgo. Noboa es la primera. Sabemos que es un pol¨ªtico autoritario que jam¨¢s ha entendido la diferencia entre lo p¨²blico y lo privado. Correa tiene un discurso un poco trasnochado, comete muchos errores y propone cosas inviables", explica Fernando Bustamante, catedr¨¢tico de Ciencias Pol¨ªticas de la Universidad San Francisco de Quito.
Ocho presidentes en 10 a?os
El sufragio en Ecuador parece una apuesta a caballo perdedor y lo peor es que el pa¨ªs lleva a?os votando as¨ª. Se suele decir que la crisis permanente que vive este pa¨ªs comenz¨® con el derrocamiento de Abdal¨¢ Bucaram en 1997, que continu¨® con el golpe de Estado contra Jamil Mahuad en 2000 y se agudiz¨® con la salida forzada de Guti¨¦rrez hace un a?o y medio.
No obstante, si se mira la historia de Ecuador, se ve que la democracia ha estado en jaque desde el mismo d¨ªa en que se acab¨® la dictadura militar hace 28 a?os. En 1978, Asad Bucaram, t¨ªo de Abdal¨¢, allan¨® el camino a la presidencia de su sobrino pol¨ªtico, Jaime Rold¨®s. Poco tiempo despu¨¦s, fue el propio Bucaram el mayor opositor de Rold¨®s, quien muri¨® en un accidente de aviaci¨®n antes de acabar su mandato. A partir de ah¨ª, todos los presidentes que se sucedieron (Le¨®n Febres-Cordero, Rodrigo Borja y Sixto Dur¨¢n Ball¨¦n) llegaron al poder con alianzas que se rompieron y complicaron el cumplimiento de los plazos de los mandatos. A partir de aqu¨ª no duraron ni las uniones pol¨ªticas ni los presidentes. Ha habido ocho mandatarios en los ¨²ltimos 10 a?os.
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