?Alguien tiene un plan?
Estados Unidos invadi¨® Irak con m¨ªnimo apoyo internacional, a partir de informaciones incorrectas y con una planificaci¨®n militar equivocada. Thomas E. Ricks, autor de Fiasco. La aventura militar americana en Irak, arranca con este an¨¢lisis su libro, que constituye una lectura imprescindible para entender el barrizal sangriento en el que se han hundido los neocons con su descabellada idea de llevar la democracia a Oriente Pr¨®ximo con la punta de los fusiles.
Pero hay otros errores m¨¢s de fondo, intelectuales y morales, de comprensi¨®n racional y de valoraci¨®n ¨¦tica, propios de la ideolog¨ªa neocon. El principal es la idea bolchevique de que un buen agregado de medios militares, tecnol¨®gicos y financieros -el mejor y m¨¢s eficaz del mundo-, bajo la direcci¨®n de una vanguardia de dirigentes pol¨ªticos, dotados de una s¨®lida idea moral y de suficiente determinaci¨®n, basta para vencer a quien sea. Bush concibi¨® la democratizaci¨®n de Irak como punto de partida para transformar la regi¨®n, derrocar las dictaduras y alcanzar incluso la paz entre Israel y Palestina.
Israel ha tenido, durante este tiempo, una amplia oportunidad para optar, a su vez, por agarrarse a id¨¦nticos errores. El viejo Sharon supo elaborar un sofisticado plan de segregaci¨®n que implicaba la salida de Gaza y parte de Cisjordania, la construcci¨®n de un muro de separaci¨®n y la instalaci¨®n de una entidad palestina, m¨¢s pr¨®xima a un batust¨¢n que a un Estado, en el territorio residual. Era un sustitutivo unilateral de la paz, para comprar tiempo mientras se abr¨ªan paso los planes norteamericanos. Momento hubo en que el conflicto israelo-palestino parec¨ªa encapsularse en un cuarto oscuro al abrigo de las miradas exteriores.
La realidad ha hecho un terrible trabajo de demolici¨®n. No queda en pie ni uno solo de los planes conocidos para alcanzar algo similar a la paz en Oriente Pr¨®ximo, si se hace abstracci¨®n de los que yacen en los archivos. EE UU se encuentra desarbolado en Irak entre tres escenarios, a cual peor: la retirada s¨²bita, que deja atr¨¢s una guerra civil abierta; la retirada escalonada, que le seguir¨¢ proporcionando disgustos sin garantizar resultados, y una dudosa apertura hacia Ir¨¢n y Siria. Pero Teher¨¢n se burla del Consejo de Seguridad, mientras anuncia que en primavera ya ser¨¢ una potencia nuclear. Damasco deja notar su influencia en L¨ªbano, con las sangrientas consecuencias de todos conocidas. Y ambos le toman la delantera a Washington y convocan ya para este fin de semana una cumbre regional con el Gobierno de Bagdad.
La desolaci¨®n no es menor por parte israel¨ª, donde s¨®lo se conoce un plan, despu¨¦s del fracaso de L¨ªbano y del regreso militar a Gaza. Es el de Avigdor Lieberman, dirigente de Nuestra Casa Israel, el partido de extrema derecha de la minor¨ªa rusa, que acaba de entrar en el Gobierno de Ehud Olmert. Es muy sencillo: controlar militarmente las fronteras de Gaza, incluyendo el paso con Egipto; asesinar a los dirigentes de Ham¨¢s; ignorar a la Autoridad Palestina; y atacar a Teher¨¢n. Lieberman es el ministro de las Amenazas Estrat¨¦gicas y est¨¢ deseoso de asumir todas las competencias de su ministerio. La ministra de Exteriores, Tzipi Livni, desea asimismo tomar la iniciativa para evitar que el vac¨ªo de ideas sea llenado por otros. Por Francia, Italia y Espa?a, por ejemplo, que han querido dotar de contenido pol¨ªtico su presencia militar en la FINUL, en el sur del L¨ªbano, con la idea de una hipot¨¦tica misi¨®n de interposici¨®n en Gaza, tal como ya sugiri¨® hace mucho tiempo el ex ministro de Exteriores israel¨ª Shlomo Ben Ami.
Fracasada la idea de empezar por Bagdad para alcanzar la paz en Jerusal¨¦n, quiz¨¢s ha llegado la hora de regresar a la casilla de partida y volver a buscar la paz en Jerusal¨¦n para que luego un d¨ªa se pueda alcanzar en toda la regi¨®n. No hay relaci¨®n de causa a efecto, est¨¢ claro, pero este plan est¨¢ todav¨ªa por ensayar.
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