Suic¨ªdate
Qu¨¦ fuerte, pensareis, qu¨¦ dram¨¢tico imperativo se ha elegido este a?o contra la violencia machista: "Suic¨ªdate antes de matarla", exigir¨¢ ma?ana la pancarta de cabecera en la manifestaci¨®n de Valencia. Pero qui¨¦n no ha pensado y comentado lo mismo, aunque s¨®lo sea en la intimidad, cuando alg¨²n otelo de pacotilla se lleva a la compa?era, o ex compa?era, por delante. C¨®mo no preguntarnos por qu¨¦ no apuntaron primero a su propia sien, si "tanto las quer¨ªan" y tan incapaces se encontraban de seguir viviendo sin ellas, sin su compa?¨ªa, sin sus servicios, sin su adoraci¨®n y sumisi¨®n. Hay mucho mito en esto del suicidio del agresor, y ya sabemos que s¨®lo una peque?a parte de los que cometen el crimen intenta o consigue "en serio" quitarse la vida (El anciano de Segorbe, ayer mismo, s¨®lo result¨® con rasgu?os, aunque s¨®lo nos falta decir que la acuchill¨® por razones humanitarias)
Sin embargo, las v¨ªctimas no encuentran salida, y muchas sue?an desesperadamente con alejarse del foco que consume sus ya esquilmados recursos "en un salto al vac¨ªo desde la altura, la anticipaci¨®n de un final que aparece como liberador". As¨ª lo constata un libro que presentar¨¢ Mujeres Progresistas el 29, y que analiza la decisi¨®n de muchas de escapar a la violencia de g¨¦nero quit¨¢ndose de en medio. En ¨¦l afirman Miguel Lorente, Cruz S¨¢nchez y Covadonga Naredo que cerca del 82% de las maltratadas han intentado matarse o piensan que es una opci¨®n v¨¢lida. De las estudiadas, un 63% hab¨ªan llevado a cabo una conducta suicida que requiri¨® asistencia m¨¦dica. La forma m¨¢s habitual de llevar a cabo el intento coincide con el mecanismo m¨¢s frecuente de los consumados: la intoxicaci¨®n, fundamentalmente por medicamentos. Hay que saber que gran parte de las agredidas est¨¢n recibiendo medicaci¨®n contra las alteraciones psicol¨®gicas y que las valencianas seguimos sin centro de recuperaci¨®n integral, con recursos insuficientes y sin calidad, m¨²ltiples barreras... como hoy denunciar¨¢ en su informe Amnist¨ªa Internacional.
Hablando de m¨¦dicos, hace poco se reun¨ªa aqu¨ª la Sociedad Espa?ola de Medicina de Familia, preocupada precisamente por c¨®mo detectar en las consultas, cuanto antes, el sufrimiento relacionado con la violencia de g¨¦nero
Y es f¨¢cil, pero tambi¨¦n dif¨ªcil, porque ni siquiera han logrado esos 10 miserables minutos por paciente, aspiraci¨®n diminuta que al menos permitir¨ªa escuchar cuatro palabras y decir algo m¨¢s que abra la boca. Sanidad todav¨ªa no incorpora en sus estudios de salud los indicadores relativos a la violencia contra las mujeres, siendo como se trata de una enfermedad social. Poco m¨¢s la ha analizado la OMS, con resultados publicados en la prestigiosa revista The Lancet: una encuesta reciente realizada a 1.500 mujeres dice que entre el 20% y el 25% de las europeas y norteamericanas sufre alg¨²n tipo de agresi¨®n machista. Y es muy grave tambi¨¦n que hasta dos tercios reconozcan que es la primera vez (durante la encuesta) que hablan del asunto. Es decir, que no se lo han contado ni a su madre, ni a su mejor amiga, ni a su confesor si lo tuviesen, ni a su m¨¦dico.
Otra cuesti¨®n es la de la formaci¨®n del personal sanitario para que sintonice sus antenas con esa camuflada frecuencia que utilizan las apaleadas para decir socorro. O el entrenamiento de los cuerpos de seguridad, el funcionariado de Justicia, los servicios sociales. Hace unos d¨ªas se hac¨ªa p¨²blico un informe elaborado por Olga Campos y la letrada, escritora y activista feminista Lidia Falc¨®n. Que muchas cosas no funcionan a la hora de aplicar la ley viene demostrado por el relato de casos verdaderamente tr¨¢gicos en los que intervienen a partes iguales la lentitud, la falta de medios, la ignorancia, la ineficacia, la ausencia de sensibilidad... y hasta la mala fe, incluyendo a algunos medios de comunicaci¨®n.
En el incompleto recuento de v¨ªctimas que haremos ma?ana (25 de noviembre, d¨ªa contra la violencia de g¨¦nero) aparecer¨¢n 60 espa?olas, 6 valencianas muertas, muchos buenos prop¨®sitos y la triste constataci¨®n de que esta es una pelea que nos va a llevar generaciones. As¨ª que m¨¢s vale que empecemos, de una pu?etera vez, a tomarnos las cosas en serio.
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