La otra temporada alta de Palma
La ciudad balear invita a vivir un vibrante y c¨¢lido invierno cultural
Munch, Warhol, Gary Hill, Gottlieb. Entregada al bienestar de una temperatura deliciosa, la capital balear, adem¨¢s de consolidarse como im¨¢n tur¨ªstico, se erige esencial en lo que hace a las artes pl¨¢sticas. Los turistas la eligen por culta y ella le pone al oto?o-invierno su mejor cara. El resto de las islas Baleares, punteras en verano, no puede por menos que inclinar la cerviz ante la pluralidad y dinamismo por el que atraviese la ciudad. S¨²mese un entorno de hoteles en edificios singulares, tiendas, animados locales de copas; sin hablar de hornos, cafeter¨ªas con encanto, y el Palma Aquarium, que se inaugurar¨¢ en primavera. La capital reina fuera de temporada, y pasajes en avi¨®n desde la Pen¨ªnsula por 80 euros, en aerol¨ªnea convencional, acaban por espolear al m¨¢s remiso.
Miquel Barcel¨® ha a?adido su nombre al de Gaud¨ª en la catedral. Y ya se especula con la gran fiesta art¨ªstica que tendr¨¢ lugar previsiblemente en febrero, cuando caiga el negro tel¨®n que oculta la capilla del Sant¨ªssim
El mar adquiere en oto?o tonos sugerentes, cuando no rebeldes. Cuando sopla el poniente, nada como dirigirse a Ca'n Pastilla para ver a los windsurfistas
1 El taller de Mir¨®
Por razones no tanto de luminosidad cuanto de espacio, Mir¨®, tan vinculado a la isla de la calma desde su ni?ez, siempre so?¨® con "un gran atelier". A su amigo Josep Llu¨ªs Sert, el arquitecto espa?ol m¨¢s influyente despu¨¦s de Gaud¨ª, le encomend¨® el prodigio de arquitectura bipolar que hoy constituye su estudio, en el que conviven el blanco y las l¨ªneas rectas del movimiento moderno con las piedras y baldosas que atribuye la tradici¨®n. El atelier, situado dentro de la Fundaci¨® Pilar i Joan Mir¨®, acaba de cumplir 50 a?os, lo que se convierte en trasunto tem¨¢tico de la exposici¨®n Mir¨®-Sert: la construcci¨®n de una amistad, que abrir¨¢ sus puertas el 16 de diciembre. Hasta el d¨ªa 10 cuelgan de los muros del soberbio edificio expositivo, proyectado por Rafael Moneo, esculturas de Adolph Gottlieb.
2 Bellver, visita al castillo
Sobreponi¨¦ndose a los pinares, la redondeada efigie del castillo de Bellver asoma con una gravidez soberbia. Dos s¨¢bados al mes (cita previa en el 971 73 06 57), la torre del homenaje abre sus mazmorras y un audiovisual recrea la vida de los presos.
3 Homenaje a Andy Warhol
Lienzos de muralla renacentista dan cabida en Es Baluard a obras de arte vinculadas de alguna manera con el archipi¨¦lago. Entre el 1 y el 13 del mes que viene, las salas temporales presentan del gur¨² del pop-art, Andy Warhol, piezas originales como las inspiradas en Marilyn Monroe o Liza Minnelli. En realidad es un homenaje adelantado al 20? aniversario de su muerte, en 1987. Sentarse en la terraza del bar es encontrar una panor¨¢mica oxigenante sobre la bah¨ªa. Un detalle interesante: las audiogu¨ªas se incluyen en el precio de la entrada.
4 El tormento de Munch
Hasta el 7 de enero, la cita con la Fundaci¨® La Caixa resulta ineludible por cuanto brinda una ocasi¨®n ¨²nica de sumergirse en el atormentado expresionismo de Edvard Munch. De no haberse programado con anterioridad al robo en 2004 de El grito y la Madonna (recuperados hace un mes), la colaboraci¨®n del Museo Munch de Oslo hubiera sido de todo punto impensable. La selecci¨®n del noruego sublime consta de 63 obras, 20 de ellas pinturas y el resto dibujos y grabados. El continente de la muestra no es otro que el Gran Hotel modernista salido de la cabeza de Dom¨¨nech i Montaner, edificio que es cosa de verse iluminado por la noche.
5 De las fiestas a Tinguely
Lo monumental provoca lo monumental. La refinada arquitectura g¨®tica civil de la lonja no tiene equivalente en las Baleares. Hasta el 26 de enero acompa?ar¨¢n al columnario, en forma de palmeras, escenograf¨ªas y paneles explicativos de 250 fiestas populares de las islas. Por su parte, el centro cultural Sa Nostra prepara la exhibici¨®n de obras surgidas de La utop¨ªa cin¨¦tica, con ilusiones ¨®pticas de Vassarely o Tinguely.
6 Galer¨ªas y ferias
Entre el abanico de opciones de esta explosi¨®n de artes pl¨¢sticas hay que a?adir la treintena de galer¨ªas de arte, as¨ª como los centros culturales. Entre ¨¦stos, el Espai Ramon Llull, que acoge hasta el 8 enero una selecci¨®n fotogr¨¢fica de Palma (1931-1936). Diciembre tambi¨¦n es un mes agraciado para el turismo ferial, puesto que del 2 al 10 se celebrar¨¢ Baleart, la Feria de Artesan¨ªa de las Baleares.
7 Estreno en la catedral
Miquel Barcel¨® ha a?adido su nombre al de Gaud¨ª en la catedral. Y ya se especula con la gran fiesta que tendr¨¢ lugar previsiblemente en febrero, cuando caiga el negro tel¨®n que oculta la capilla del Sant¨ªssim. El tormento y el ¨¦xtasis. Por fin, tras muchas dilaciones, se desvelar¨¢ la interpretaci¨®n fant¨¢stica en terracota que el de Felanitx alumbr¨® en torno al milagro de los panes y los peces.
8 El palacete de Joan March
Como es conocido, el apellido March est¨¢ asociado al mecenazgo. Se cuenta que Joan March fue rechazado como socio del C¨ªrculo Mallorqu¨ªn. Despechado, mand¨® levantar a su costado el palacete historicista que hoy alberga el Palau March Museu. En el exterior, las esculturas de Gargallo, Rodin y Moore; dentro, el regio bel¨¦n napolitano. Tan mim¨¦ticos en la exactitud son los detalles belen¨ªsticos, que se ha tomado como fuente antropol¨®gica del siglo XVIII.
En la misma sede del Museu d'Art Espanyol Contemporani, la Fundaci¨® Juan March rinde homenaje a las Im¨¢genes de luz de Gary Hill. Todo un acontecimiento. Hill forma parte destacada de una generaci¨®n de videoartistas, alterna en sus propuestas im¨¢genes electr¨®nicas y palabras, en este caso de Heidegger.
9 ?'Cappuccino' o chocolate?
En la misma calle de la fundaci¨®n, Sant Miquel, la estupenda red mallorquina de cafeter¨ªas Cappuccino sirve en el patio de un palacio dieciochesco mocachinos (caf¨¦ con bola de helado de chocolate) y tartas de merengue y lim¨®n.
Chocolater¨ªas como la de Can Joan de S'Aigo (Can San?, 10; cierra los martes), de una antig¨¹edad y decoraci¨®n venerables, forman parte de la historia y vida de Ciutat, como les gusta a los palmesanos referirse a su patria chica. El mural y la l¨¢mpara de Gordiola generan en el viandante una sensaci¨®n placentera, que se ve acrecentada mojando ensaimadas y paladeando quartos embatumats (merengue sobre una base de bizcocho y recubierto de una fina capa de chocolate).
10 Patios y esculturas
En el casco hist¨®rico persiste una fuerte sensaci¨®n de vida pasada que trata de sobrevivir. Lo que respetaron las guerras constituye hoy un muestrario sorprendente de palacios con patios sublimes y callejuelas sin encintado de aceras, pero con aldabas para golpear a caballo. Y no s¨®lo luce el sabor medieval en las fachadas. Seg¨²n el cronista de la ciudad, Bartolom¨¦ Bestard, "en Palma, a¨²n hoy d¨ªa, quedan casas del antiguo patriciado urbano en las que uno puede seguir la descripci¨®n de su interior mediante inventarios notariales del siglo XVII, y es que en esas estancias parece que el tiempo no haya transcurrido". Los ba?os ¨¢rabes, el Museu de Mallorca, el palacio de la Almudaina, patios de la talla de Can Oleza (Morey, 9) o Can Sureda (Savell¨¤, 4). Tambi¨¦n la juder¨ªa de los xuetas que novel¨® Carme Riera en las p¨¢ginas de En el ¨²ltimo azul. O el Ayuntamiento, con el banco p¨¦treo bautizado Sino fos... (Si no fuera por...), expresi¨®n con la que los jubilados que lo disfrutan encabezan invariablemente sus frases.
Las ubicuas esculturas son tambi¨¦n elementos se?alizadores de la trama urbana. As¨ª, el Monument de Mir¨® y la Nancy de su amigo Calder. Su marco, el Huerto del rey, que ejerce tambi¨¦n como digno escenario del Hondero balear, rememorando las guerras p¨²nicas, cuando los honderos se alistaban como mercenarios por su destreza en agujerear barcos.
11 Compras y paseos
Quien desee ejercitar el shopping puede dirigir sus pasos a la calle Gerrer¨ªa, donde se concentran tiendas especializadas en artesan¨ªa. Mercadillos navide?os se instalan el pr¨®ximo d¨ªa 16 en la plaza Mayor y en la plaza de Espa?a. No tanto las fotograf¨ªas cuanto ir a una ensaimada pegado es el signo de haber viajado a Palma. Numerosos hornos se encargan de propagar el culto a la pasta enrollada y azucarada, y en todos muestran su regocijo al saber que tanto ensaimadas como sobrasadas han sido indultadas de la lista negra del equipaje de mano en los aviones. Las ensaimadas rellenas del Forn dels Paners (Bonaire, 4) son de m¨¢xima calidad. Despedimos la zona hist¨®rica empu?ando un helado -de algarroba, de higos...- de una gelater¨ªa, Can Miquel (Sant Jaume III, 6), de referencia internacional.
El mar adquiere en oto?o tonos sugerentes, cuando no rebeldes. En cuanto sopla el poniente, nada como dirigirse a Ca'n Pastilla para ver en la playa de Palma a los windsurfistas y kitesurfistas tratando de dominar sus tablas sobre olas de derecha.
12 Noches refrescantes
La oferta es totalmente diversa, tambi¨¦n por la noche. Del Jazz Voyeur (Apuntadors, 5) a El Garito, en la d¨¢rsena de Can Barbar¨¢, plat¨® de El verdugo de Berlanga. En este caf¨¦-club suena m¨²sica minimal y tecno de Detroit los jueves, cl¨¢sicos del house y disco los viernes, y sesiones de dj's internacionales los s¨¢bados. Sin duda, Cultura Club (paseo Mar¨ªtimo, 28) se ha revelado como el local indie y multidisciplinar por excelencia. En su programaci¨®n incorpora, por ejemplo, conciertos ac¨²sticos o semielectr¨®nicos los jueves y s¨¢bados. La noche puede seguirse con un puntito canalla en el bar Flexas (Llotgeta, 12), cuya socia, La Terremoto de Alcorc¨®n, garantiza petardeo con pedigr¨ª.
GU?A PR?CTICA
Dormir- Convent de la Missi¨® (971 22 73 47; www.conventdelamissio.com). Missi¨®, 7. Palma. Convento del siglo XVII, hoy dotado con jacuzzi, sauna y sol¨¢rium japon¨¦s. Habitaci¨®n doble, 193 euros.- Hotel Almudaina (971 72 73 40; www.hotelalmudaina.com). Avenida de Jaume III. Palma. Con desayuno, 93.Comer- Can Carlos (971 71 38 69). Aigua, 5. Palma. Cocina mallorquina elaborada. En su carta, rodaballo con arr¨°s negre y cordero lechal relleno de setas. Reservar. Unos 40 euros.- Es Baluard (971 71 96 09). Porta de Santa Catalina, 9. Palma. Ensalada de sora (at¨²n seco) marinado con vinagreta de tremp¨® e higos. Cerrado domingos. Men¨² degustaci¨®n, 50 euros.Informaci¨®n- Aparcar: en el Parc de la Mar, primer parking seg¨²n se llega desde el aeropuerto; se alquilan bicicletas sin coste alguno.- Oficina de turismo de Palma (902 10 23 65; www.palmademallorca.es). Entre los itinerarios guiados que ofrece la oficina de turismo (10 euros) destaca el que recorre los belenes navide?os. El bel¨¦n de mayor antig¨¹edad en la isla se expone junto a la imagen de la Crucifixi¨®n m¨¢s importante de Palma, en la iglesia de la Sang.
PORTOP?, ESCENOGRAF?A FARERA
RESULTA sorprendente el olvido en que est¨¢ sumido el faro de Portop¨ª, el m¨¢s antiguo en funcionamiento tras la torre de H¨¦rcules coru?esa y La Linterna de G¨¦nova. En el siglo XVII, los estampidos de los ca?ones del fuerte de San Carlos reventaban los cristales de la linterna, lo que motiv¨® el traslado de la luz a la torre. Cuadrangular y de organizaci¨®n bipartita, la torre (original en su base del siglo XIII) se levanta 38 metros. El primer cuerpo dispone de matac¨¢n ornamental y pretil almenado, y por la escalera de caracol (165 escalones) se alcanza la terraza. La exposici¨®n permanente ilustra un mundo de se?alizaciones y l¨¢mparas. Al margen de su utilidad, los cristales esmerilados adquieren en la remodelada vivienda del farero la fascinaci¨®n de las obras de arte. Otra sala traza la historia del combustible e informa sobre otras luces baleares. Por ejemplo, la del faro de Llebeig, en Sa Dragonera, que se enciende y flota, como el resto de ¨®pticas de gran tama?o, sobre mercurio l¨ªquido.- Visitas guiadas y gratuitas los jueves, previa cita (971 22 81 55).
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