El rey Midas del 'hip-hop'
Jay-Z ha pasado en 10 a?os de peque?o camello a vender 34 millones de discos y eclipsar a la plutocracia musical
Debe de quedar poco que tachar en la "lista de cosas que hacer antes de morir" de Jay-Z. Ha trapicheado con drogas. Ha vendido m¨¢s de 34 millones de unidades de los 14 discos que ha publicado hasta la fecha, al menos tres de los cuales se consideran cl¨¢sicos indiscutibles del rap. Es propietario de una marca de ropa, de un pu?ado de clubes nocturnos y de parte de un equipo de baloncesto y una embotelladora de vodka.
Una l¨ªnea de zapatillas y otra de relojes suizos de alta gama llevan su nombre. Cada noche duda si dormir en su apartamento de 1.000 metros cuadrados de Manhattan, el ¨¢tico frente a Central Park, o en la casa de Nueva Jersey. Lo importante es que descanse, porque al despertar, decide sobre el futuro del hip-hop desde el despacho en forma de L del piso 29 del edificio de la discogr¨¢fica Universal en Nueva York. En la puerta dice: "Presidente de Def Jam Records".
No necesita escribir juegos de palabras y met¨¢foras, las escupe sin esfuerzo ante el micr¨®fono
Tiene una fortuna de 200 millones de euros, m¨¢s que David Bowie, aunque menos que Paul McCartney
"Es el pez m¨¢s gordo en el acuario del 'rap', lleno de peces gordos", asegura el escritor Tour¨¦
Su nuevo disco, que se public¨® el pasado martes, se llama, c¨®mo no, 'La venida del reino'
"Es un honor que beba nuestro champ¨¢n", dijo el presidente de Armand de Brignac
Su novia, Beyonc¨¦ Knowles, estrella del pop, joven y rica como ¨¦l, lo adora. Y su contable, seguramente tambi¨¦n. Jay-Z, bautizado Shawn Carter hace 37 a?os en Brooklyn, recibe desde enero de 2005 y como ejecutivo de Def Jam, seguramente la discogr¨¢fica m¨¢s importante del rap, un sueldo declarado de 10 millones de d¨®lares anuales (7,79 millones de euros). En total, se le calcula una fortuna de 250 millones. M¨¢s que David Bowie (178), pero menos que Paul McCartney (1.059).
No est¨¢ mal, si se piensa que en septiembre se cumplieron 10 a?os desde su llegada al negocio. Y que, cuando Bowie y McCartney llevaban d¨¦cadas en lo m¨¢s alto, Jay-Z todav¨ªa trapicheaba en Marcy Projects (Nueva York), uno de las colonias de protecci¨®n oficial m¨¢s infames de Estados Unidos.
"Es el pez m¨¢s gordo en el acuario del rap, que, como ning¨²n otro, est¨¢ lleno de peces gordos", escribe en un correo electr¨®nico Tour¨¦, periodista y escritor negro, colaborador de la edici¨®n estadounidense de Rolling Stone y la CNN y viejo conocido de Jay-Z. Esta misma opini¨®n pareci¨® compartida por la edici¨®n de fin de semana del diario econ¨®mico Financial Times que dedic¨® recientemente al rapero la portada y dos de sus p¨¢ginas color salm¨®n bajo el rotundo t¨ªtulo: "Jay-Z, consejero delegado del hip-hop".
En ellas aparec¨ªa una foto de nuestro hombre, impecablemente trajeado, para acompa?ar un texto en el que se glosaban, como es habitual que proceda la publicaci¨®n con los grandes de las finanzas, los triunfos pasados y el influyente futuro que se abre ante ¨¦l desde que anunci¨® su vuelta al hip-hop tan s¨®lo tres a?os despu¨¦s de amenazar con su retirada de la m¨²sica. El nuevo disco, que se public¨® el martes, se llama, como no pod¨ªa ser de otro modo, Kingdom come (La venida del reino).
Con todas sus excepcionalidades, la de Jay-Z es una historia que dice mucho del estilo musical
[nacido hace poco m¨¢s de 30 a?os y que mueve anualmente 10.000 millones de d¨®lares, seg¨²n Forbes] y de su poder de influencia.
Tambi¨¦n de un modelo de triunfo muy com¨²n en ¨¦l. Para las estrellas del hip-hop comercial no son suficientes los logros art¨ªsticos. Emprendedores en el sentido m¨¢s callejero del t¨¦rmino, ¨¢vidos buscadores del sue?o americano, no desaprovechan las oportunidades. Sobre todo si vienen en forma de l¨ªneas de negocio (desde la cl¨¢sica marca de ropa hasta los perfumes o la producci¨®n cinematogr¨¢fica) que puedan explotar al m¨¢ximo vali¨¦ndose de su enorme influencia en la cultura global.
En el caso de Jay-Z, lo que quiz¨¢ sorprenda m¨¢s es la parte de la ecuaci¨®n referida a los logros art¨ªsticos. Ya con el primer disco, The reasonable doubt (1996), se convirti¨® en uno de los mejores mc's (rimadores) de su generaci¨®n (una votaci¨®n reciente de la cadena musical MTV fue m¨¢s all¨¢ al considerarlo el mejor de todos los tiempos).
Su leyenda, que se fue agrandando con los a?os y los ¨¢lbumes, habla de un tipo que no necesita escribir los juegos de palabras, met¨¢foras, referencias y sorprendentes inflexiones que componen su arte. Simplemente las escupe sin esfuerzo una vez ante el micr¨®fono. "Posee una rara habilidad para expresar en clave de hip-hop est¨¢tico la clase de fantas¨ªas del estilo de vida urbano que provocan un placer similar al gospel", declar¨® la respetada escritora inglesa Zadie Smith a Rolling Stone. "Sus rimas no tratan sobre la vida so?ada de los afroamericanos de las grandes ciudades, sino sobre sus verdaderas experiencias vividas".
Y luego est¨¢, claro, su faceta de exitoso ejecutivo discogr¨¢fico. Del tipo que cre¨® su propio sello (Roc-a-Fella) para m¨¢s tarde ser reclamado para dirigir la divisi¨®n rapera de una todopoderosa multinacional. En estos menesteres y tras un comienzo algo torpe al frente de Def Jam, goza ahora de varios ¨¦xitos. El m¨¢s sonado quiz¨¢ haya sido la reconciliaci¨®n y posterior fichaje por el sello del rapero neoyorquino Nas, que durante a?os fue su gran enemigo, con el que intercambi¨® insultos y amenazas en letras de canciones y declaraciones en la prensa (el tipo de disputa que en la jerga se conoce como beef). La firma de la paz, que cont¨® con una puesta en escena teatral (durante un concierto en diciembre pasado), dar¨¢ como resultado un nuevo disco de Nas, uno de los ¨¢lbumes, previsto para finales de 2006, m¨¢s esperados (y seguramente vendidos) de los ¨²ltimos tiempos.
Mientras tanto, Jay-Z ha tenido tiempo para dar los ¨²ltimos retoques a su nuevo ¨¢lbum, que contiene comentarios pol¨ªticos a la era de Bush y a su actuaci¨®n tras el hurac¨¢n Katrina, colaboraciones de Chris Martin, cantante de Coldplay, y Beyonc¨¦, su prometida. La prensa ya se deshizo en elogios al primer single (Show me what you got, con homenaje a los m¨ªticos Public Enemy incluido), y a los conciertos que el rapero ha dado en Europa como anticipo de lo que se avecina.
Espect¨¢culos en los que, como siempre sucedi¨® en los camerinos de Jay-Z, ha corrido abundantemente el champ¨¢n. Pero esta vez no de la marca Cristal, la etiqueta por excelencia de los raperos con aspiraciones de ¨¦xito. ?sta ha ca¨ªdo en desgracia desde que su director ejecutivo insinu¨® en The Economist que la marca no se sent¨ªa c¨®moda con el fervor que el hip-hop expresaba continuamente por sus burbujas en v¨ªdeos musicales y letras de canciones.
Desde entonces, Jay-Z, ofendido, boicotea Cristal. Su champ¨¢n preferido es ahora Armand de Brignac. Y su presidente, Brett Berish, uno de sus nuevos mejores amigos. "Es un honor ver a alguien de la talla de Jay-Z bebiendo Armand en su nuevo videoclip", declar¨® Berish en un comunicado. "Alguien que ha demostrado para todo en su vida los mayores est¨¢ndares y el mejor gusto".
Y, por descontado, se pudo leer, entre l¨ªneas, tanto poder e influencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.