La v¨ªa osetia
Uno de los momentos m¨¢s brillantes de la historia de la televisi¨®n nacionalista vasca tuvo lugar cuando el refer¨¦ndum independentista de Montenegro, que tanto entusiasm¨® entre los nuestros. La periodista de la ETB que narraba el asunto parec¨ªa al borde del paroxismo. Desde aqu¨ª, el presentador, como quien pescaba al vuelo una idea estramb¨®tica, espet¨® m¨¢s o menos lo siguiente, con una mezcla de asombro e incredulidad: "?Pero c¨®mo?, ?que no se van a realizar otros refer¨¦ndums en Europa?". Memorable. La ilusi¨®n del interfecto (y de los suyos) consistir¨ªa en plebiscitos continuos, un s¨¢bado s¨ª y otro tambi¨¦n. Creen que as¨ª se arreglar¨ªa todo.
Por eso extra?a el silencio con que los vascos han acogido al ¨²ltimo refer¨¦ndum por la independencia. Lo celebr¨® Osetia del Sur el 13 de noviembre y aqu¨ª ha pasado sin pena ni gloria, pese a que se dir¨ªa no pod¨ªa escap¨¢rsenos un acontecimiento de tal cariz. Pues as¨ª ha sido: no hemos enviado comisi¨®n gubernamental, ni observadores -para aprender y que cuando nos toque estemos ya avezados-, ni un periodista. Nada. Nada de nada. Y eso que, por lo que se ver¨¢, del refer¨¦ndum en cuesti¨®n se podr¨ªan derivar valiosas lecciones para nuestro caso. La v¨ªa osetia para la liberaci¨®n de pueblos tiene su miga.
?Qu¨¦ hay de malo a que en un pueblo haya dos 'lehendakaris' y tambi¨¦n dos futuros posibles a debate?
Por eso extra?a el silencio con el que los vascos han acogido el ¨²ltimo refer¨¦ndum de Osetia del Sur
Pero primero la cuesti¨®n crucial. ?Por qu¨¦ los vascos, pueblo con identidad amante de los refer¨¦ndums por la independencia, les han dado la espalda a los osetios? Quiz¨¢s tenga alguna relaci¨®n con el hecho de que los osetios del sur quieran independizarse... de Georgia nada menos. Con Georgia hemos topado, pueblo amigo de Euskal Herria de toda la vida. El apego naci¨® de las afinidades ling¨¹¨ªsticas y lo expresa el hermanamiento entre Bilbao y Tblisi, a cuyo alcalde se le llev¨® a correr la Korrika -nada menos-, uno de los m¨¢s tiernos momentos de nuestro pasado reciente. Se consideran los georgianos hermanos nuestros, cuasi vascos, tienen en la universidad una c¨¢tedra de euskera y han rodado una pel¨ªcula titulada Basketi (habr¨ªa que verla), que es como traducen all¨ª Euskal Herria. Adem¨¢s, dicen que son gente alegre y que les gusta la buena mesa, la m¨²sica y el baile y son grandes pastores de ovejas. Y por si fuera poco, encontraron all¨ª el pasado a?o el cr¨¢neo del hom¨ªnido sin dientes m¨¢s antiguo del mundo (se ignora por qu¨¦ perdi¨® los dientes, hace 1,8 millones de a?os), lo que siempre ha de conmover al Pueblo con identidad m¨¢s antiguo de Europa. Todo encaja y ha ido llevando de forma natural a las profundas relaciones entre Georgia y Euskal Herria (Basketi). ?C¨®mo estar¨¢n las cosas que si uno entraba en el ibarretxe.com de la ¨²ltima campa?a electoral el segundo mensaje que encontraba era de una georgiana de nombre Tamara, que empezaba: "Estimadi Lehendakari jauna, ZORIONAK", para felicitarle como doctor honoris causa ?por la universidad de Tbilisi! Y aprovechaba el viaje para desearle suerte en las elecciones "de toda mi familia y mis compatriotas desde Georgia. Agur". A primera vista, pues, los georgianos parecen buena gente.
Pues bien: estos georgianos nos han salido ranas en cuesti¨®n del respeto a los derechos de los pueblos con identidad. Llevan fatal lo del independentismo osetio. Mucho amigos de los vascos y hacer pel¨ªculas sobre nosotros, pero a la hora de la verdad no quieren saber nada de los derechos de los pueblos, quitando el suyo. La cuesti¨®n debe preocuparnos. Si las cosas est¨¢n as¨ª y los georgianos no quieren ni o¨ªr de pueblos con ansias de libertad (al menos, de los que les caen a mano; con los de lejos no tiene m¨¦rito), ?no les sentar¨ªa mal lo que les dijo el lehendakari al recoger el doctorado, que no hay "libertad sin respeto a los derechos humanos y sin el respeto a los diferentes pueblos de la tierra"?, ?no lo interpretar¨ªan como una indirecta o una intromisi¨®n en los asuntos internos? Quiz¨¢s les supo a cuerno quemado la apuesta del lehendakari por "el di¨¢logo y el entendimiento entre los pueblos, culturas, religiones y cosmovisiones", pues no gustan de dialogar y entenderse con los de casa.
Quiz¨¢s contribuya a la capa de silencio que aqu¨ª se ha echado sobre este refer¨¦ndum el que, en realidad, los osetios pretenden formar parte de Rusia. Vamos, como si cuando Basketi sea independiente va Alabeti y quiere autodeterminarse para unirse a Espa?a. Hasta ah¨ª pod¨ªamos llegar.
Quitando esos peque?os detalles, lo de Osetia del Sur tiene su miga y algunos aspectos que convendr¨ªa estudiar para el futuro de Basketi. Como llevan funcionando al margen de nuestros amigos los georgianos m¨¢s de diez a?os, la enjundia del plebiscito era que votaban para decidir que les reconociese la comunidad internacional. Ejercer la soberan¨ªa para decidir qu¨¦ tienen que hacer los dem¨¢s parece interesante para la cosa vasca.
No son muchos los osetios del sur, pero ?qu¨¦ hay de malo en ser peque?os; es que acaso el tama?o importa y da y quita derechos? Y tienen procedimientos pol¨ªticos singulares. Acudi¨® a las urnas el 95,2% del censo (unos 55.0000) y vot¨® que s¨ª el 99% nada menos: est¨¢ gente es un bloque sin fisuras. Claro est¨¢ que no dejaban votar a los ciudadanos que no son osetios ni a los que consideran traidores, es decir, a los que no iban a votar que s¨ª. Es una idea no carente de inter¨¦s, para que cuando nos toque. Lo malo es que a los otros (a los maketos, para entendernos) no les gusta lo que hay. Organizaron un refer¨¦ndum paralelo y, como hac¨ªan los osetios osetios, eleg¨ªan su lehendakari. Seg¨²n algunas fuentes, participaron en este plebiscito 42.000 electores y la propuesta de seguir en Georgia, con autonom¨ªa, obtuvo el 90% de apoyos.
Hubo doble votaci¨®n y hay doble lehendakari, lo que proporciona alguna idea luminosa. ?Qu¨¦ hay de malo en que un pueblo tenga dos lehendakaris y dos futuros? Que cada cual sea lo que quiera ser.
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