Fran?oise Hardy regresa con una exaltada defensa de Julio Iglesias
Fran?oise Hardy (Par¨ªs, 1944) se convirti¨® en la novia deseada de todos los adolescentes y j¨®venes europeos en 1962 al cantar Tous les gar?ons et les filles. Extremadamente bella y moderna, de voz susurrante, sencilla y melanc¨®lica, esa jovencita que parec¨ªa incapaz de romper un plato trastorn¨® a los Beatles, a Mick Jagger o Bob Dylan, hizo cine cuando hacer cine a¨²n significaba acceder a un universo m¨ªtico y sigui¨® componiendo buenas canciones. En 1988 pareci¨® dar por acabada su carrera como cantante, pero en 1996 volvi¨® con un ¨¢lbum muy rockero, Le Danger, y ahora, despu¨¦s de colaborar con Iggy Pop o el grupo Blur, nos propone un disco de d¨²os: Parenth¨¨ses.
"El punto de partida es Alain Bashung, que es un artista muy original y al que admiro. Ley¨® que en mi opini¨®n, si hab¨ªa que salvar una sola canci¨®n, la que m¨¢s se lo merec¨ªa es Que reste-t-il de nos amours?, de Charles Trenet, y como ¨¦l es de la misma opini¨®n, me propuso que la cant¨¢semos juntos en un programa de televisi¨®n. A m¨ª lo de la televisi¨®n no me apetec¨ªa pero ahora, cuando la casa de discos me sugiri¨® lo de hacer un ¨¢lbum de d¨²os, pens¨¦ que era el momento de contactar con Bashung", explica Hardy.
La voz grave de Delon
Y ah¨ª est¨¢ la canci¨®n. Luego la suave voz de Fran?oise se encuentra con la muy grave de Alain Delon - "¨¦l no canta, dice un texto, lo que es mucho m¨¢s dif¨ªcil porque eso se puede hacer de mil maneras y hay que elegir la buena mientras que cantar s¨®lo se puede hacer de unas pocas"- o con la de Jacques Dutronc, el padre de su hijo Thomas, que toca la guitarra en el tema y otros varios. "Y tambi¨¦n canto con Julio Iglesias, de quien adoro su voz. Los intelectuales o seudos-intelectuales no quieren admitir que es muy bueno porque tiene ¨¦xito. La primera vez que comprend¨ª que Julio era fant¨¢stico fue cuando le escuch¨¦ cantando Caruso con Lucio Dalla. Luego tambi¨¦n me pone la piel de gallina con Cosas de la vida. Los m¨²sicos de jazz o Henri Salvador, con el que canto Le fou de la reine, tambi¨¦n encuentra que el timbre de voz de Julio es formidable".
La salud es una preocupaci¨®n para Hardy, que me explica haber abandonado su antigua residencia parisiense -una casa de dos plantas con las paredes pintadas de negro pero con un jard¨ªn- por "problemas en las rodillas, las articulaciones". Ahora vive en un barrio de millonarios en un ins¨®lito apartamento subterr¨¢neo en el que toda la luz entra por los ladrillos de cristal del techo. El mundo exterior parece llegar a su ins¨®lito apartamento a trav¨¦s de la radio. "?Claro que sigo los debates pol¨ªticos! Todo lo referente a S¨¦gol¨¨ne Royal me interesa. Es una mujer que me intriga. Es bella, teleg¨¦nica y es muy convincente cuando habla de ecolog¨ªa. En cambio, me inquieta lo que dice sobre la deuda p¨²blica. Sobre cuestiones econ¨®micas parece tan incompetente como Mitterrand, pero el personaje no tiene su espesor". En cualquier caso, dice, "la pol¨ªtica no cambiar¨¢ mientras las personas no cambiemos".
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