Medicina del deporte: un futuro amenazado
El Ministerio de Sanidad y Consumo quiere suprimir la especialidad de Medicina de la Educaci¨®n F¨ªsica y del Deporte mediante un real decreto por el que se determinan y clasifican las especialidades m¨¦dicas. Es inadmisible que las organizaciones de los profesionales afectados hayan conocido tan sangrante medida con una premura y circunstancias condicionadas por la falta de transparencia ministerial. No se puede tomar semejante decisi¨®n insensata sin conocer la realidad de nuestra especialidad y sin escuchar las alegaciones de los afectados. No duden que la respuesta al procedimiento seguido ser¨¢ un posicionamiento un¨¢nime de lucha por nuestra especialidad m¨¦dica.
Resulta sorprendente que el viernes finalizara el plazo de presentaci¨®n de alegaciones a dicho decreto, justo al d¨ªa siguiente de la aprobaci¨®n por el Congreso de los Diputados de la aclamada Ley org¨¢nica de protecci¨®n de la salud y de lucha contra el dopaje en el deporte. El Gobierno espa?ol, a trav¨¦s de su secretario de Estado para el Deporte, hizo un esfuerzo extraordinario para sacar adelante una ley mod¨¦lica que aborda dos aspectos primordiales como son la lucha contra el dopaje y, lo que es mucho m¨¢s importante desde nuestro punto de vista, la protecci¨®n de la salud del deportista.
La protecci¨®n de la salud del deportista establece la realizaci¨®n de reconocimientos m¨¦dico-deportivos, tanto para descubrir patolog¨ªas potencialmente letales como para diagnosticar aquellas que, sin representar un riesgo de muerte, s¨ª que con su adecuado manejo y tratamiento permiten una pr¨¢ctica deportiva con menos problemas, con mayor confort y con mayor rendimiento deportivo. Tambi¨¦n se prev¨¦ la implantaci¨®n de una tarjeta sanitaria del deportista que recoge los datos m¨¦dicos espec¨ªficos de inter¨¦s, los controles y su seguimiento, adem¨¢s de contemplar la asistencia m¨¦dico-sanitaria en las diversas actividades deportivas.
El Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia, a trav¨¦s del Consejo Superior de Deportes, tiene muy claro la asunci¨®n de todas estas funciones, pero ahora nos preguntamos si el Ministerio de Sanidad, con la propuesta de supresi¨®n de la especialidad de Medicina del Deporte, tiene previsto qui¨¦n va a asumir la realizaci¨®n de los cientos de miles de reconocimientos m¨¦dico-deportivos de los deportistas espa?oles, qui¨¦n se va a responsabilizar de la emisi¨®n de los certificados de aptitud para la pr¨¢ctica deportiva, qui¨¦n va realizar las pruebas de esfuerzo para valoraci¨®n funcional que se precisan para una prescripci¨®n de ejercicio para mejora de la salud y para el manejo de diversas enfermedades, qui¨¦n va a efectuar el seguimiento m¨¦dico espec¨ªfico del deportista, qui¨¦n va a realizar las exploraciones necesarias para ayudar a programar el entrenamiento de infinidad de deportistas, qui¨¦n va a asumir todo el trabajo m¨¦dico que hay que afrontar como consecuencia de la adecuaci¨®n de la lucha contra el dopaje a las directrices internacionales, por citar s¨®lo algunas de las funciones que realiza el especialista en Medicina del Deporte gracias a sus conocimientos y a su formaci¨®n y experiencia espec¨ªficas.
La realidad es que nuestro pa¨ªs necesita un n¨²mero creciente de especialistas en Medicina de la Educaci¨®n F¨ªsica y del Deporte y lo cierto es que ¨¦ste es el momento para tomar la decisi¨®n de convertir la formaci¨®n del residente en Medicina del Deporte en hospitalaria, como lo que es, una especialidad m¨¦dica m¨¢s que, aunque joven, se encuentra perfectamente asentada en una sociedad desarrollada que tiene que asumir el cuidado de una cantidad enorme de poblaci¨®n practicante de deporte.
No sabemos a qui¨¦n favorece esta propuesta. Lo que s¨ª sabemos es a qui¨¦n perjudica y de qu¨¦ manera. En primer lugar, el perjuicio es para los especialistas en Medicina del Deporte y para los que tienen la voluntad de serlo. ?ste es un decreto de supresi¨®n, casi de exterminaci¨®n. Pero a quien tambi¨¦n perjudica de una forma irreparable es al colectivo de m¨¢s de 12 millones de espa?oles que practican deporte, la inmensa mayor¨ªa de ellos sin intenci¨®n de competir, de cuya existencia hemos tenido conocimiento gracias a la encuesta de h¨¢bitos deportivos de los espa?oles, realizada por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas con el patrocinio del Consejo Superior de Deportes. Adem¨¢s el estudio ofrece el dato important¨ªsimo de que s¨®lo el 14% de practicantes de deporte lo hace con fines de competici¨®n y el 82% lo practica para divertirse y sin preocuparse de competir.
En este colectivo se encuentran los cientos de miles de usuarios de actividades deportivas relacionadas con la salud, que saben que el deporte, practicado en circunstancias adecuadas sirve para mejorar la salud, seg¨²n lo expresa el 99% de la poblaci¨®n, y tambi¨¦n para mejorar la independencia de los mayores, colectivo cada vez m¨¢s numeroso en Espa?a.
Cabe preguntar al Ministerio de Sanidad: ?se ha preguntado qu¨¦ m¨¦dicos se hacen cargo del cuidado de estos deportistas? ?O acaso no sabe que esto ya lo est¨¢n haciendo de una forma cada vez m¨¢s efectiva y numerosa los profesionales de esa especialidad de Medicina del Deporte que se quiere suprimir? Estos profesionales tienen claro que de la misma manera que no se les puede quitar el presente, no se va a poder suprimirnos de un plumazo ni su pasado ni su futuro.
Pedro Manonelles Marqueta es secretario general de la Federaci¨®n Espa?ola de Medicina del Deporte (Femede). ?ngel Mart¨ªn Pastor es presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Especialistas de Medicina de la Educaci¨®n F¨ªsica y del Deporte (Fedamefyde).
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