"La cultura es el espacio para buscarse fuera de las armas"
Sergio Fajardo, alcalde de Medell¨ªn, explica la f¨®rmula que ha cambiado su ciudad: cultura y educaci¨®n contra violencia
Lo primero que sorprende de la ciudad de Medellin es su vitalidad. Es una ciudad amable y c¨¢lida, pero a esa sensaci¨®n contribuyen m¨¢s sus habitantes, los paisas, que la caliente temperatura del valle en la que est¨¢ enclavada.
Circundada por monta?as de un verde s¨®lo posible en Colombia, la ciudad sube por sus laderas de forma desordenada y suburbial. El centro de la ciudad est¨¢ tomado por las obras de uno de sus hijos m¨¢s ilustres, Fernando Botero, que dan nombre a la Plaza de las Esculturas -son m¨¢s de veinte- donde se encuentra el Museo de Antioquia y el parque Bol¨ªvar que alberga la escultura ecuestre del libertador. Hasta aqu¨ª se trata de una ciudad m¨¢s, pero hablamos de Medell¨ªn, conocida en el mundo entero por ser la capital del narcotr¨¢fico y por unos ¨ªndices de violencia que hasta hace pocos a?os daban v¨¦rtigo. Su alcalde es Sergio Fajardo, un matem¨¢ticode 50 a?os, que nunca se hab¨ªa dedicado a la pol¨ªtica hasta que en 2002, se decidi¨® a transformar las terribles condiciones de vida de su ciudad natal.Mont¨® una plataforma c¨ªvica integrada por profesionales y se lanz¨® al ruedo pol¨ªtico como independiente. Y le han salido bien las cosas. Fajardo, gan¨® la alcald¨ªa en el a?o 2003 y hoy la ciudad ha recuperado un perfil saludable. Su propuesta es revolucionaria: Cultura y educaci¨®n para combatir la violencia. Para ello ha dedicado el 40 por ciento del presupuesto municipal y cuando el 31 de diciembre de 2007 finalice su mandato, la ciudad contar¨¢ con cinco nuevos parques-biblioteca y 10 nuevos colegios p¨²blicos que contribuir¨¢n no s¨®lo al conocimiento sino a la comunicaci¨®n y la convivencia. Cuando se le pregunta si su lema se resume en vivir es convivir, declara: "Nuestro af¨¢n es recuperar valores para transformarlos y para convivir como ciudadanos". A su llegada a la alcald¨ªa Fajardo ya se hab¨ªa recorrido toda la ciudad a pie y mirado a los ojos a cada uno de sus habit¨¢ntes: "Lea nuestro programa, les dec¨ªa, y si le convence v¨®teme" Pero el panorama no era f¨¢cil, en una ciudad cuyos problemas parec¨ªan inabordables: "Los problemas son los que afectan a toda la sociedad latinoamericana y es que son sociedades profundamente desiguales y en nuestro caso, adem¨¢s, se dan unas condiciones de violencia ¨²nicas. Intentamos dar respuesta en forma simult¨¢nea a esas dos situaciones. Nuestra propuesta es Medell¨ªn es la m¨¢s educada, la educaci¨®n como motor de la transformaci¨®n social. Luego est¨¢ la tarea de relacionarnos con el resto del mundo que nos conoce por la violencia y ahora nos va a reconocer por la forma c¨®mo la transformemos".
"Hemos avanzado a favor de la presencia leg¨ªtima de los poderes del Estado"
"Se puede tener poder para destruir, pero no hay poder que obligue a ser alegres, la alegr¨ªa no se decreta"
"Nuestra propuesta es: 'Medell¨ªn la m¨¢s educada', la educaci¨®n como motor de la transformaci¨®n social"
"La gente pensaba que yo no pod¨ªa manejar una ciudad y para insultarme me llamaban profesor"
Su equipo, una serie de profesionales con los que cre¨® un movimiento c¨ªvico independiente, se puso a trabajar con ¨¦l con una pasi¨®n y entrega casi rom¨¢nticas: "No estamos en contra de nadie, pero tenemos una propuesta de ciudad con unos principios y una forma de actuar y se trata de encontrarnos ah¨ª. Cuando est¨¢bamos en campa?a la gente pensaba que yo no pod¨ªa manejar una ciudad y para insultarme me llamaban profesor. Partimos del sector acad¨¦mico, de la cultura, de la ciencia... Cuando me dicen que yo ya me he convertido en un pol¨ªtico contesto que s¨ª, pero del siglo XXI".
Y ¨¦l mismo y su equipo son los primeros sorprendidos. Aunque estaban convencidos de que la cultura era el ant¨ªdoto contra la violencia no imaginaban que la gente saliera de su encierro tan r¨¢pido: "En la cultura est¨¢ el espacio para encontrarnos por fuera de las armas. La mayor¨ªa de las personas que est¨¢n en ese c¨ªrculo no est¨¢n motivadas por pasiones econ¨®micas o por la pasi¨®n del poder. La violencia hace que la gente se encierre en sus casas con rejas y en el terreno de la vida de la ciudad se reducen los movimientos. Construir una cultura es una forma de ser y de reconocernos entre nosotros" afirma con una convicci¨®n que a estas alturas ya tiene una comprobaci¨®n emp¨ªrica.
Atractivo, con aspecto juvenil y un discurso seductor, Fajardo se ha implicado de tal forma que ha creado un estilo propio de gobierno. No lleva especiales medidas de seguridad, cuando viaja lo hace en clase turista y rechaza cualquier privilegio derivado de su cargo: "Me recorr¨ª la ciudad a pie, en todos los barrios. Soy un privilegiado de esta sociedad, mi padre es un arquitecto exitoso y yo escog¨ª ser un acad¨¦mico, un matem¨¢tico. Mi realizaci¨®n no est¨¢ alrededor del poder en el sentido tradicional, no me gustan los privilegios, vengo del mundo de la ciencia, donde para probar un teorema no importa la riqueza que tienes o lo bonito que eres sino tu capacidad intelectual". Y ha sido precisamente su formaci¨®n como cient¨ªfico -trabaj¨® durante a?os en Estados Unidos- la que le ha ayudado a planificar el gobierno de su ciudad: "Desde que empezamos en la Administraci¨®n hicimos unos mapas para estudiar los diferentes sectores, dentro de uno de nuestros principios: planear para no improvisar. Lider¨¦ personalmente toda la construcci¨®n de esta propuesta. Vamos a construir 10 nuevos colegios, all¨ª donde est¨¢n las mayores necesidades educativas de la ciudad, y vamos a poner tambi¨¦n una gran cantidad de recursos para adecuar los colegios que est¨¢n deteriorados. Para m¨ª ¨¦se es el poder y la coherencia". Esos barrios donde se est¨¢n haciendo las intervenciones urban¨ªsticas m¨¢s importantes eran barrios malditos, considerados salvajes porque nadie se atrev¨ªa a transitarlos, ni siquiera la polic¨ªa que s¨®lo patrullaba desde el cielo. Con unos ¨ªndices de homicidios que superaban los 300 muertos por cada 100.000 habitantes a comienzos de los a?os noventa, Medell¨ªn era la consagraci¨®n de la violencia. Ahora el ¨ªndice ha descendido a 28 homicidios. ?De d¨®nde viene este descenso? " Aqu¨ª y esto tiene que ver con la pol¨ªtica del gobierno nacional, decidieron abrir un proceso de paz con los grupos paramilitares que ten¨ªan una presencia muy fuerte en Medell¨ªn asociados al narcotr¨¢fico, una historia dolorosa en nuestro pa¨ªs, en nuestra regi¨®n y en concreto en Medell¨ªn. En diciembre del a?o 2003 nos entregan a 888 hombres de grupos paramilitares que entran en un proceso de desmovilizaci¨®n y hacemos la reinserci¨®n" Y construyeron un modelo que el resto del pa¨ªs todav¨ªa hoy no tiene y que est¨¢n exportando a medio mundo. Fajardo explica la f¨®rmula: "Sabemos qui¨¦nes son y hacemos un seguimiento individualizado. La mayor¨ªa de las personas que est¨¢n en esa destrucci¨®n tienen unas carencias afectivas muy profundas y empezamos un proyecto educativo, no cometimos el error de conformarnos con darles trabajo,es previo un proceso de formaci¨®n. Los hay que siguen cometiendo delitos, pero la gran mayor¨ªa no, aunque el proceso es dificil¨ªsimo". Una sociedad estratificada en bandas juveniles, narcotraficantes y paramilitares donde parec¨ªa imposible restablecer una m¨ªnima armon¨ªa, hoy ha variado sustancialmente: "En todas las sociedades del mundo hay delincuencia, insiste Fajardo, pero a nosotros se nos mezcl¨® con las milicias, que era la guerrilla en el terreno urbano, despu¨¦s lleg¨® el narcotr¨¢fico que capt¨® a muchos de esos j¨®venes y los puso en el terreno de la confrontaci¨®n. El narcotr¨¢fico siempre est¨¢ asociado con violencia. Luego los paramilitares, que son una mezcla de narcotr¨¢fico, intereses y autodefensas. Ahora ya no son tantas las diferencias, todo est¨¢ junto, pero de lo que estoy seguro es que ha disminuido sensiblemente. Hemos avanzado a favor de la presencia leg¨ªtima de los poderes del Estado".
Y si se pasea por la ciudad hay multitud de indicadores que corroboran sus palabras. No s¨®lo por la tranquilidad de las calles, sino por el esp¨ªritu c¨ªvico que se respira. En un paseo en metro por los barrios m¨¢s deprimidos se vuelve espectacular su limpieza. Tambi¨¦n el metrocable, el metro a¨¦reo que conecta los barrios altos con el valle: " La disminuci¨®n del n¨²mero de homicidios es enorme. Estamos construyendo un mensaje de esperanza y la ciudadan¨ªa est¨¢ sintonizando con nuestro plan. Creo que hay un c¨ªrculo virtuoso de transformaci¨®n c¨ªvica y de creciente respeto. Eso no lo mide nadie, porque no puede medir. Ernesto Cardenal estuvo aqu¨ª en nuestro festival de poes¨ªa que es ¨²nico, lleva 15 a?os celebr¨¢ndose incluso en las ¨¦pocas de m¨¢s violencia, y le pregunt¨¦ qu¨¦ le hab¨ªa impresionado m¨¢s de Medell¨ªn. Me contest¨®: 'Yo no he sentido esta alegr¨ªa en ninguna parte del mundo'. Se puede tener poder para destruir, pero no hay poder en el mundo que obligue a la gente a ser alegres, la alegr¨ªa no se decreta". En diciembre de 2007 terminar¨¢ su mandato, pero en otras ciudades colombianas, en Bogot¨¢ o en Cartagena de Indias, todo el mundo hablaba de Fajardo como futurible presidencial, tal es la popularidad y el carisma de este alcalde, preguntado por su ese futuro responde: "Nunca estuvo en mis planes ser alcalde de Medell¨ªn y nunca he pensado ser presidente de Colombia. Soy un cient¨ªfico y no dejar¨¦ de serlo, aunque tambi¨¦n tengo esa parte de realismo m¨¢gico, si no, no estar¨ªa de alcalde. S¨¦ que tengo que hacer muy bien lo que estoy haciendo y nunca me desconcentro. Ahora tengo una popularidad que nunca imagin¨¦ y eso genera simpat¨ªa por la ciudad, y al tiempo una cantidad de enemigos porque temen que alguien les quite el poder. Yo detesto esa parte de la pol¨ªtica". Una experiencia ¨²nica la de este alcalde que ha tenido que supeditar toda su vida personal en favor de lo colectivo pero le ha compensado la experiencio: "El privilegio que he tenido en la vida es hacer lo que quiero y cuando uno hace lo que quiere lo hace con el alma, con toda mi capacidad y toda mi energ¨ªa. Es muy emocionante ver que los sue?os que tuve se est¨¢n haciendo realidad y para m¨ª ¨¦sa es la forma de vivir. M¨¢s contento no puedo estar. Sufrir, sufro, pero eso es parte de la vida"
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