Carta a los 'teocons'

Queridos teocons, queridos ateos del Papa: Tengo que comunicaros una mala noticia. Acab¨¢is de sufrir un serio rev¨¦s, propinado precisamente por la persona a la que reconoc¨¦is como vuestro l¨ªder. Tambi¨¦n en Europa est¨¢is emprendiendo el camino de la derrota que vuestros hermanos americanos, los neocons, han experimentado al intentar aplicar, en un arrebato de soberbia, sus descabelladas teor¨ªas sobre la transformaci¨®n del mundo. No escond¨¢is la cabeza bajo el ala. Esa noticia no es un invento de los amigos de Zapatero ni una fantas¨ªa de la masoner¨ªa internacional. Antes de que el papa Ratzinger llegara a Ankara, el secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, ya lo adelant¨® a la RAI, la televisi¨®n p¨²blica italiana. Tambi¨¦n hizo lo propio el nuevo jefe de prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi. Estaba todo preparado para que el viaje papal arrojara el primer d¨ªa un espectacular resultado. Fue el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien lo confirm¨® abiertamente sin que nadie le desmintiera, al contrario: el Papa apoya los esfuerzos de Turqu¨ªa para entrar en la Uni¨®n Europea.

El espaldarazo vaticano al Gobierno de Ankara llega en un momento especial y dif¨ªcil para Erdogan, el mismo d¨ªa en que la Comisi¨®n Europea propone congelar las negociaciones de adhesi¨®n de Turqu¨ªa en 8 de los 35 cap¨ªtulos abiertos, todos los que afectan al conflicto que mantiene Ankara con Chipre, cuya parte greco chipriota ingres¨® en la UE sin haber resuelto el contencioso con la parte turco chipriota. La rectificaci¨®n del Papa corrige lo que hab¨ªa dicho, hace apenas dos a?os, cuando todav¨ªa era cardenal, al diario franc¨¦s Le Figaro: "Turqu¨ªa siempre ha representado en el curso de la historia un continente diferente, en contraste permanente con Europa". "Convertir en id¨¦nticos los dos continentes ser¨ªa un error", a?adi¨®, por lo que Turqu¨ªa "podr¨ªa intentar asociarse en un continente cultural con sus vecinos ¨¢rabes y convertirse en dirigente de una cultura con su propia identidad".

La barquilla teol¨®gica de ese gran intelectual cat¨®lico que es el papa Ratzinger se ha visto sometida en dos ocasiones en los ¨²ltimos dos meses a los r¨¢pidos violentos del r¨ªo de la pol¨ªtica mundial, es decir, de la historia. La primera ocasi¨®n, con motivo de un discurso acad¨¦mico mal medido, en Ratisbona, del que se pod¨ªa deducir una identificaci¨®n entre islam y violencia y una superioridad del catolicismo sobre el islamismo, en virtud de una supuesta exclusividad sobre la herencia racionalista griega. Y ahora, este viaje espinoso, al pa¨ªs que est¨¢ situado justo sobre la falla de San Andr¨¦s que muchos imaginan entre cristiandad e islam. En ambas hemos podido contemplar, para vuestra sorpresa, seguidores del neoconservadurismo cat¨®lico, y ateos que cre¨¦is en la superioridad del cristianismo sobre cualquier otra creencia, c¨®mo el Papa hombre de Estado, pol¨ªtico y diplom¨¢tico tomaba las riendas y pon¨ªa la teolog¨ªa al servicio de la vida y de la gente, y no lo contrario como le exig¨ªan las mentes dogm¨¢ticas.

La rectificaci¨®n es un servicio a Turqu¨ªa, no hay duda. El pa¨ªs otomano est¨¢ en una encrucijada de su historia, en la que la aspiraci¨®n europea puede quedar truncada y obligarle a un giro hacia Ir¨¢n o hacia Rusia. Su evoluci¨®n hacia la modernidad democr¨¢tica, la consolidaci¨®n de su laicismo y su prosperidad est¨¢n en juego. Pero tambi¨¦n, la estabilidad de la regi¨®n, en la que tiene un papel muy positivo la Rep¨²blica fundada por Ataturk, as¨ª como la eventualidad de un islam compatible con las libertades individuales, el Estado de derecho y la democracia parlamentaria. Todos los reformistas ¨¢rabes miran hacia Turqu¨ªa, donde se experimenta la posibilidad de un islam moderno. Pero la rectificaci¨®n es tambi¨¦n un servicio a Europa, donde el islam debe sortear las trampas de los fundamentalistas y sus esquejes terroristas. El mensaje que difunden tanto los teocons de Roma como los de Estambul, los ateos del Papa o los laicos nacionalistas turcos, es el mismo: Europa es s¨®lo cristiana y ahormar a Turqu¨ªa a las exigencias de la UE significa deformar su identidad. Todo esto ha quedado felizmente desmentido por el Papa, que como muchos humanos suele acertar cuando rectifica. Atentamente.