El Papa ofrece al islam convivencia en Europa, pero con renuncia a la violencia
Benedicto XVI invit¨® a cristianos y musulmanes a "encontrar juntos el camino de la paz"
Benedicto XVI invit¨® ayer a cristianos y musulmanes a "encontrar juntos el camino de la paz". El Papa pronunci¨® estas palabras tras visitar la extraordinaria Mezquita Azul de Estambul, en la que rez¨® durante unos momentos en compa?¨ªa del Gran Muft¨ª de la ciudad. En la jornada m¨¢s densa de su viaje a Turqu¨ªa, que concluye hoy, Benedicto XVI ofreci¨® al islam di¨¢logo y convivencia en Europa, pero plante¨® tambi¨¦n condiciones para ello: renuncia a todo tipo de violencia y respeto a la libertad de religi¨®n.
Pese a la mano tendida al islam, la identidad cristiana es irrenunciable para el Vaticano
Con el centro de Estambul cerrado al tr¨¢fico (lo que, al menos por unas horas, no contribuy¨® a la buena voluntad de la ciudadan¨ªa local musulmana) y tomado por la polic¨ªa, Benedicto XVI se desplaz¨® a primera hora de la tarde hasta Santa Sof¨ªa, que fue catedral cristiana, luego mezquita y es hoy, desde 1935, museo.
El Pont¨ªfice no cometi¨® el desliz de Pablo VI, que en su visita en 1965 rez¨® en un edificio convertido en s¨ªmbolo de la laicidad del moderno Estado turco: ayer, por el contrario, Joseph Ratzinger se comport¨® como si fuera un turista, atendiendo las explicaciones del director del museo y aprobando la belleza del lugar, que un tiempo fue el "Vaticano de Oriente".
Luego pas¨® a la cercana Mezquita Azul, quiz¨¢ el templo musulm¨¢n m¨¢s bello del mundo. Se descalz¨® a la entrada, cumpliendo el precepto musulm¨¢n, y rez¨® en silencio junto al Gran Muft¨ª de la ciudad.
El padre Federico Lombardi, portavoz oficioso del Vaticano, recalc¨® m¨¢s tarde que el Papa hab¨ªa "sin duda, dirigido su pensamiento a Dios", para que el gesto quedara claro. Fue una forma de subrayar que cristianos y musulmanes compart¨ªan un mismo Dios y una misma tradici¨®n b¨ªblica, lo que constitu¨ªa una base para el entendimiento.
"Esta visita nos ayudar¨¢ a encontrar juntos el camino de la paz, por el bien de la humanidad", dijo el Pont¨ªfice romano al Gran Muft¨ª y a los imanes que le rodeaban. Tambi¨¦n les invit¨® a rezar "por la hermandad de todos los hombres". Y obsequi¨® al Gran Muft¨ª de Estambul con una pintura en tabla que representaba cuatro palomas, s¨ªmbolo de paz.
La oferta de di¨¢logo y entendimiento entre cristianos y musulmanes fue reiterada y muy clara, pero no incondicional. Por la ma?ana, en una declaraci¨®n conjunta con el Patriarca ortodoxo, hab¨ªa establecido que las buenas relaciones en el mundo y en Europa pasaban necesariamente por la renuncia a la violencia ("el asesinato de inocentes en nombre de Dios ofende a Dios") y por el respeto a las minor¨ªas cristianas en los pa¨ªses isl¨¢micos. Ese respeto a la libertad religiosa constitu¨ªa, seg¨²n Benedicto XVI, una exigencia b¨¢sica para la integraci¨®n de Turqu¨ªa en la Uni¨®n Europea.
El documento citado conten¨ªa un p¨¢rrafo esencial en ese sentido, de gran complejidad porque subrayaba tambi¨¦n que, pese a la mano tendida (Benedicto XVI considera realmente al islam un aliado potencial en la lucha contra el laicismo y el nihilismo), la identidad cristiana de Europa era irrenunciable para el Vaticano.
"Hemos valorado", dec¨ªa ese pasaje, "el camino hacia la formaci¨®n de la Uni¨®n Europea. Los actores de esa gran iniciativa no dejar¨¢n de tomar en consideraci¨®n todos los aspectos que afectan a la persona humana y sus derechos inalienables, sobre todo la libertad religiosa, testimonio y garante del respeto a todas las otras libertades".
"En cualquier iniciativa de unificaci¨®n", continuaba el documento, "las minor¨ªas deben ser protegidas, con sus tradiciones culturales y su especificidad religiosa. En Europa, cat¨®licos y ortodoxos, aun permaneciendo abiertos a las otras religiones y a la contribuci¨®n que prestan a la cultura, deben unir sus esfuerzos para preservar las ra¨ªces, las tradiciones y los valores cristianos".
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