Rajoy propone 14 retoques a la Constituci¨®n para corregir el "Estado residual" de Zapatero

Si hace poco m¨¢s de un a?o Mariano Rajoy sali¨® a la calle con miles de personas a defender la "naci¨®n espa?ola" frente al nuevo Estatuto catal¨¢n, ayer convirti¨® a su partido en el defensor del Estado. El l¨ªder del PP propuso hasta 14 retoques parciales de la Constituci¨®n -un tab¨² para el PP hasta hace pocos meses- para evitar que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero convierta el Estado en "residual", seg¨²n explic¨®. Sin embargo, el PP, temeroso de lanzar una imagen centralista a pocos meses de las elecciones auton¨®micas, aclar¨® que no se trata de recuperar competencias ni modificar el coraz¨®n de la Constituci¨®n.

Rajoy fij¨® ayer la posici¨®n de su partido en el debate sobre el modelo de Estado con un discurso de fondo, muy cr¨ªtico con los nacionalistas y con la izquierda que, seg¨²n dice, ha asumido su discurso. El jefe de la oposici¨®n evit¨® cualquier estridencia para centrarse en el contenido de la reforma que propone. Rajoy, obligado por sus resultados electorales a buscar votos en el campo contrario si quiere ganar, hizo suyo un concepto tradicional de la izquierda y siempre presente en los discursos del ex vicepresidente Alfonso Guerra: la necesidad de un Estado fuerte como garant¨ªa de la solidaridad y la defensa de los m¨¢s d¨¦biles.

"La ¨²nica garant¨ªa s¨®lida para nuestra igualdad es que no la hemos situado bajo el amparo de esta o de aquella parroquia, sino de toda la comunidad espa?ola, de toda la naci¨®n. La ¨²nica instancia que protege mis derechos, la ¨²nica que defiende el inter¨¦s general, es el Estado", insisti¨®. Claro que a ese concepto de la igualdad, tradicional de la izquierda, Rajoy le a?ade el de la libertad.

El l¨ªder de la oposici¨®n dibuj¨® un panorama sombr¨ªo del "Estado residual" hacia el que camina Zapatero -una expresi¨®n del socialista Pasqual Maragall que el PP aprovecha siempre que puede-, pero las reformas que propuso para corregirlo, seg¨²n aclar¨®, no son radicales. A pocos meses de las elecciones auton¨®micas, y en pleno proceso de reformas estatutarias en las que sus barones est¨¢n reclamando mayores competencias para sus comunidades, los estrategas del PP no ven conveniente presentar una reforma radical de la Constituci¨®n o una recuperaci¨®n de competencias por parte de la administraci¨®n central.

"Hay cosas para las que ser¨¢ necesario retocar el texto constitucional. No proponemos una reforma en profundidad de la Constituci¨®n, de las que exigen un procedimiento agravado. Pienso en ajustes parciales. No proponemos cambios que lesionen el Estado de las Autonom¨ªas ni que perjudiquen los intereses de ninguna regi¨®n. Respetamos el proceso de descentralizaci¨®n consolidado", explic¨®.

Tambi¨¦n lanz¨® una andanada de fondo contra el nacionalismo: sostuvo que el af¨¢n de concordia de la Transici¨®n permiti¨® un sistema electoral ventajoso para ellos, lo que les ha otorgado una influencia "muy por encima de su implantaci¨®n real en el electorado".

Tampoco ahorr¨® cr¨ªticas a Zapatero -incluso dud¨® de que la Constituci¨®n de 1978 se hubiera podido aprobar si ¨¦l hubiese sido el l¨ªder del PSOE en ese momento- y entr¨® as¨ª en una aparente contradicci¨®n. Llam¨® varias veces al consenso para pactar estas reformas, pero concluy¨® que ¨¦ste es imposible con Zapatero. ?Soluci¨®n? Que el PP gane las elecciones y luego pacte con el PSOE, claro.