Claude Jade, estrella fugaz, actriz constante
La "noviecilla del cine franc¨¦s" triunf¨® s¨®lidamente en el teatro
Claude Jade fue la novia, esposa y ex esposa de Antoine Doinel, el ¨¢lter ego cinematogr¨¢fico de Fran?ois Truffaut. En 1968, con Baisers vol¨¦s, en 1970 con Domicile conjugal y por fin en 1978 en L'amour en fuite endos¨® esas tres personalidades que hicieron que la prensa de la ¨¦poca hablase de ella como de "la noviecilla del cine franc¨¦s". La verdad es que Claude Jade -su verdadero nombre era Claude Jarr¨¦- hab¨ªa nacido en Dijon, en 1948, hija de profesores. Antes de cumplir los 18 ya debuta en el teatro y es vi¨¦ndola en una pieza de Pirandello que Truffaut la elige para que debute en el cine.
Pero Baisers vol¨¦s no es s¨®lo su primera pel¨ªcula sino tambi¨¦n su primer gran amor. La jovencita, que acaba de cumplir los veinte, es seducida por un cineasta que ya hace tiempo que ha cumplido los treinta, tiene tras s¨ª seis largometrajes, centenas de art¨ªculos asesinos y una agitada vida sentimental. Ese invierno y primavera de 1968 es para Truffaut el de su combate en defensa de Henri Langlois al frente de la Cinemath¨¦que fran?aise, el de su participaci¨®n militante para conseguir la suspensi¨®n del festival de Cannes, el de su participaci¨®n en una manifestaci¨®n de estudiantes en la que se corea el lema "Todos somos jud¨ªos alemanes" y el del descubrimiento de la verdadera identidad de su aut¨¦ntico padre, Roland L¨¨vy, un hombre que fue rechazado por la familia de su madre precisamente por ser jud¨ªo. Entremedio de ese caos personal y pol¨ªtico, Truffaut pide a Claude Jade que se case con ¨¦l y dos meses m¨¢s tarde le comunica que ha cambiado de parecer y que de boda nada, monada.
Mientras Jade descubr¨ªa que el amor era m¨¢s fuerte que el cine, Truffaut constataba lo contrario y decid¨ªa por fin que prefer¨ªa el cine a la vida. Eso no le impidi¨® seguir con sus pr¨¢cticas de depredador del universo femenino, sustituyendo a Jade por Catherine Deneuve y a ¨¦sta por otras hasta llegar a una suerte de equilibrio sentimental junto a Fanny Ardant. En un primer momento la carrera de Jade pareci¨® bien encarrilada pues a Truffaut le sucedi¨® Hitchcock con Topaz (1969) pero luego, como si de una venganza se tratase, la actriz rod¨® una veintena larga de pel¨ªculas dignas de enfurecer a los cr¨ªticos que inventaron la nouvelle vague: a un filme malo le suced¨ªa otro peor, a uno anodino otro que se olvidaba antes de acabarse la proyecci¨®n. Las otras dos apariciones en cintas de Truffaut transpiran la mala conciencia del cineasta, que quiere acabar con Doinel y, sobre todo, con esa chica a la que la pol¨ªtica y el cine han dejado compuesta y sin novio.
En el teatro -de la mano de Sacha Guitry, Jean Giradoux, Henry de Montherlant, Jules Romains, Jean Racine, James Joyce, Michel Vinaver o Alfred de Musset, por s¨®lo citar los m¨¢s conocidos- su trabajo se desarrolla de otra manera, s¨®lida, segura, competente. Ah¨ª no hay decepci¨®n aunque tampoco haya glamour y fama. Hace dos a?os Claude Jade public¨® unas memorias en las que explicaba c¨®mo los Baisers vol¨¦s (besos robados) se hab¨ªan convertido en Baisers envol¨¦s (besos desaparecidos), una sensible evocaci¨®n de una juventud y una p¨¦rdida de la inocencia vividas vertiginosamente. Claude Jade muri¨® el pasado viernes, v¨ªctima de un c¨¢ncer contra el que hab¨ªa seguido luchando desde los escenarios hasta hace muy pocos meses. Ten¨ªa 58 a?os.
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