El desmontaje del monstruo
Una de las tuneladoras de la M-30, de 4.200 toneladas de peso, viaja estos d¨ªas pieza a pieza hasta un almac¨¦n de Cuenca
Cada d¨ªa, desde hace un mes, salen de un gigantesco pozo de la calle de Fern¨¢ndez Shaw, junto a la plaza del Conde de Casal, dos camiones con destino a un almac¨¦n de Barajas de Melo, en Cuenca. Van cargados hasta arriba con los restos de Tizona, la tuneladora m¨¢s grande del mundo -junto a su gemela Dulcinea-, un monstruo de acero y hormig¨®n de 4.200 toneladas. A finales de octubre Tizona termin¨® su trabajo: horadar el subsuelo para construir, a medias con Dulcinea, una de las obras m¨¢s complejas y caras (740 millones) de la M-30, el doble t¨²nel sur. Y ahora tiene que ser desmontada pieza a pieza y trasladada al silo, donde dormir¨¢ el sue?o de los justos hasta que otra megaobra la reclame.
El traslado de 'Tizona' requiere el trabajo de 100 obreros y 250 camiones
"Estamos m¨¢s o menos a mitad del desmontaje. Lo m¨¢s complicado es despiezar el escudo -la cabeza de la tuneladora-, que pesa 3.200 toneladas, y eso lo terminaremos a finales de este mes. Luego habr¨¢ que hacer lo mismo con los siete enormes vagones que forman el cuerpo de la m¨¢quina. Todo estar¨¢ desmontado, y el pozo vac¨ªo, a finales de enero", explica Jorge Presa, jefe de obra del by-pass o t¨²nel sur.
El trabajo lo hace un centenar de obreros, en turnos de 30, que cortan con sopletes el gusano de metal -Tizona mide unos 150 metros de cabeza a cola- y luego van desmontando y cargando los pedazos en los camiones, con la ayuda de cuatro gr¨²as gigantes de 45 metros de altura. ?sas son las que ven estos d¨ªas quienes circulan por la M-30 cerca del cruce con la A-3; pero los conductores llevan dos a?os sufriendo en sus ruedas el cambio radical de cara de la carretera de circunvalaci¨®n.
Primero fue el peligroso rally en el que se convirti¨® el arco este de la M-30 a principios de 2005, cuando la v¨ªa adquiri¨® durante meses un aspecto serpenteante, con curvas inesperadas cada 50 metros, por mor de la mara?a de desv¨ªos que el Ayuntamiento implant¨® para empezar las obras del pozo de ataque de la tuneladora; luego la carretera volvi¨® a enderezarse un poco, pero la zona se llen¨® de m¨¢quinas, y la llegada de Tizona fue la guinda. "Esa fase ha sido la m¨¢s aparatosa, ahora ya estamos de retirada", cuenta Presa con indisimulado alivio.
Aunque el t¨²nel -4,2 kil¨®metros entre el paseo de la Chopera, al oeste, y la conexi¨®n con la A-3, al este- ya est¨¢ excavado, falta terminarlo: hay que acabar las dos calzadas -una para los veh¨ªculos y otra, por debajo, para emergencias-, instalar los servicios de electricidad y ventilaci¨®n, y poner toda la se?alizaci¨®n. El compromiso electoral del alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, es tenerlo listo antes de los comicios de mayo. "Si todo sigue al ritmo actual, los coches estar¨¢n circulando por el t¨²nel a finales de marzo", asegura el jefe de obra.
Para cuando eso ocurra, Tizona ya llevar¨¢ unos meses hibernando en Cuenca, hecha pedazos. Tard¨® menos de siete meses en excavar el t¨²nel, pero para sacarla del pozo hacen falta otros tres meses y 250 viajes en cami¨®n. Los obreros han cortado ya "varios gajos del escudo", y se disponen a atacar el rodamiento, el coraz¨®n de Tizona -un coraz¨®n de esos que, se podr¨ªa decir, no caben en el pecho, porque pesa 250 toneladas-. Despu¨¦s ser¨¢ el turno de los vagones: siete carros de 20 metros de largo y tres pisos de alto. Y, por fin, la tuneladora dejar¨¢ el camino expedito a los veh¨ªculos de cuatro y dos ruedas. "Queda muy poco", advierte Presa.
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