Las pastillas vuelven a la noche
Mientras las estad¨ªsticas fijan su atenci¨®n en la coca¨ªna, revive cada fin de semana la relaci¨®n juvenil con las drogas de dise?o
?ltimamente, el ambiente masivo de las fiestas juveniles est¨¢ relacionado con el m¨¢ximo impacto. La madrugada del domingo 3 de diciembre, un joven mor¨ªa de parada cardiorrespiratoria en el aparcamiento de una discoteca de El Perell¨®. La semana anterior, un reportaje televisivo de Cuatro mostraba acongojantes escenas de excesos de droga alrededor de salas de Madrid y de Valencia. Hoy, hasta se puede o¨ªr hablar, como en los clubes m¨¢s duros de Ibiza, de la pr¨¢ctica eventual de encuentros sexuales en grupo -incluso, a cambio de conseguir sustancias ilegales- en aparcamientos de discotecas. "Las drogas de ahora te ponen loco", dice ?ngel, de algo m¨¢s de 20 a?os, que sale por clubes masivos. Seg¨²n la sex¨®loga y psic¨®loga Esperanza Casals, "la tendencia creciente entre j¨®venes es unir el sexo a la diversi¨®n m¨¢s que a lo sentimental, y la droga suele actuar como un desinhibidor clave". Sobre todo los combinados de pastillas, algo que hab¨ªa disminuido como pr¨¢ctica hedonista joven y que ahora gana terreno. La c¨¢psula o pastilla Nexus o 2-cb, una especie de prolongaci¨®n de la mezcalina cortada con anfetamina, puede ocasionar -aparte de todo tipo de trastornos- extra?os efectos afrodis¨ªacos, sobre todo si se mezcla con MDMA, la esencia del ¨¦xtasis. Unos ¨¦xtasis que, como en la segunda mitad de los 80, y despu¨¦s de un baj¨®n de su consumo en aras de la coca¨ªna -al consumo de la cual Espa?a se sit¨²a en cabeza internacional-, se venden ahora otra vez como droga clave para post-adolescentes al uso. Todo, pese a que es conocido que su ingesta excesiva ha provocado un buen n¨²mero de muertes en Espa?a y Europa. El ¨¦xtasis -que ya no tiene tanto un efecto de euforia evanescente como de golpe anfetam¨ªnico- vuelve a la palestra no s¨®lo en formato de polvo cristalino -lo que se conoce como cristal, a 30 euros medio gramo-, sino en su viejo formato pastilla, que hoy puede costar incluso s¨®lo dos o tres euros.
"La tendencia es unir el sexo a la diversi¨®n, y la droga act¨²a como un desinhibidor clave"
"Durante unos a?os, el ¨¦xtasis se criminaliz¨® mucho socialmente, y el consumo recreativo se desvi¨® m¨¢s hacia otras sustancias", indica Gabriel Tejerina, de Controla Club, una entidad valenciana que ha alertado anticipadamente sobre diferentes pautas de consumo de todo tipo de drogas, "pero hoy vuelve a estar presente". De hecho, la generaci¨®n actual no se preocupa especialmente de la pureza qu¨ªmica, sino de lo intenso que le puedan resultar los efectos de lo que toma. As¨ª, una de las pastillas m¨¢s en boga en clubes -y que se vende como ¨¦xtasis sin serlo- es la que se conoce como tibur¨®n, una droga sint¨¦tica cuyo principal componente es el M-CPP, de efecto antidepresivo. Es mucho m¨¢s potente que el MDMA. En cierto punto, su efecto paraliza, algo que llev¨® a pensar a la Agencia Antidroga de Madrid que no tendr¨ªa ¨¦xito. Pero se han equivocado. Como otros lo han hecho respecto a drogas hace poco proscritas en el ambiente discotequero, y que hoy se mueven a m¨¢s, como el LSD y la ketamina. Esta ¨²ltima es un anest¨¦sico muy peligroso que, para su tr¨¢fico, suele comprarse en la India -es f¨¢cil adquirirlo all¨ª- y en Valencia se transforma en polvo para aspirar por la nariz. Ahora est¨¢ ligada a algunas escenas musicales electr¨®nicas, como la del sonido drum'n'bass o la del minimal techno, y, desde luego, ya no se consume s¨®lo en las rave o fiestas ilegales. En cuanto al LSD o tripi, hoy se combina con todo lo imaginable, desligado de cualquier evocaci¨®n hippie. Lo pr¨®ximo: la conversi¨®n del polvo anfetam¨ªnico speed en cristal meth, droga de moda en Inglaterra que hace que uno est¨¦ d¨ªas enteros sin dormir con el coraz¨®n al borde de explotar (cosa que a veces ocurre).
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