Les habla el pasajero

Hace siete a?os hice un viaje a Londres en una l¨ªnea de bajo coste que, en aquellos tiempos, era algo pr¨¢cticamente desconocido en Espa?a.

De hecho, cuando compr¨¦ los billetes con mes y medio de antelaci¨®n y por Internet, tuve que confiar en que al llegar a un min¨²sculo mostrador del aeropuerto de mi ciudad me iban a dar una tarjeta de embarque presentando simplemente mi DNI.

Aparte del precio, 20.000 pesetas de 1999 por ir y volver de Londres, me sorprendi¨® que el avi¨®n era razonablemente c¨®modo, totalmente puntual y que si te ped¨ªas algo te costaba una libra. Al llegar a Londres descubr¨ª que la misma compa?¨ªa en la que yo volaba all¨ª no ten¨ªa un peque?o mostrador dif¨ªcil de encontrar, sino grandes paneles publicitarios y una infraestructura que, en el a?o 2006, ya tiene en Madrid junto a otras compa?¨ªas del mismo tipo.

Lo que sucede con empresas como Air Madrid no tiene justificaci¨®n porque es reiterativo: volar a un precio razonable es una opci¨®n; volar con m¨¢s comodidades, tambi¨¦n; pero que no nos vendan la moto de que ambas cosas son incompatibles. Que recuerden que la gente que coge aviones lo que hace es viajar, con todo lo que eso abre los ojos.

Lo que nunca estar¨¢ justificado es permitir que determinadas compa?¨ªas cometan retrasos y negligencias continuas, sean o no de bajo coste, y que las grandes l¨ªneas a¨¦reas sigan asustando con la seguridad de los vuelos mientras crean filiales de precio reducido. Les ha hablado un pasajero. Disfruten del vuelo.