Llueve en la Torre de H¨¦rcules
Goteras y filtraciones degradan el emblem¨¢tico faro de A Coru?a
Grietas en las ancestrales piedras, filtraciones de agua que en algunos muros pasan de gotera a cascada y cables el¨¦ctricos que lanzan chispas acompa?an al visitante en su ascensi¨®n al mirador de la Torre de H¨¦rcules. El faro en funcionamiento m¨¢s antiguo del mundo y emblema de A Coru?a sufre un lento deterioro sin que las autoridades estatales y municipales que comparten las competencias de su gesti¨®n se decidan a actuar.
De momento, s¨®lo hay sobre la mesa promesas de hacer informes sobre una degradaci¨®n que avanza, imparable y agravada en la ¨²ltima semana por la intensidad de las lluvias.
El viento sopla con fuerza en la peque?a colina sobre la que se asienta la Torre, frente al mar abierto. Es s¨¢bado por la ma?ana del puente de la Constituci¨®n y aunque por cuarto d¨ªa consecutivo hay alerta de temporal, con predicciones de vientos que superan los cien kil¨®metros por hora, hay afluencia de visitantes para subir las 234 escaleras que llevan hasta el mirador del faro que ofrece, al aire libre, una de las mejores vistas de A Coru?a. Llueve fuera, pero tambi¨¦n dentro.
Las filtraciones de agua son visibles desde la entrada al monumento, en su base interna donde las excavaciones muestran restos con m¨¢s de 2.000 a?os de antig¨¹edad. Entre las piedras, corre la lluvia, hay hasta verd¨ªn y cuando fuera arrecia el temporal, los viejos muros se convierten en peque?as cascadas y aparecen improvisadas lagunas. Caen goterones incluso varias horas despu¨¦s de escampar.
La situaci¨®n es peor en las estrechas escaleras que suben al mirador del faro, que un largo elenco de instituciones de A Coru?a promueven para que sea declarado Patrimonio de la Humanidad. Varios tramos est¨¢n literalmente empapados.
Los tubos de bronce que albergan el cableado el¨¦ctrico de la ancestral se?al mar¨ªtima desti?en oxido sobre los muros. Por ellos tambi¨¦n corre el agua. Los marcos de piedra de varias de las caracter¨ªsticas ventanas de la Torre est¨¢n agrietados. Falta incluso la esquina de algunos, por cuyos agujeros, del tama?o de un pu?o, se cuela el viento y la lluvia. Ya se desprendieron en muchos tramos trozos de los viejos muros de piedra y caliza.
Fue la asociaci¨®n de vecinos de Atochas-Monte Alto-Torre de H¨¦rcules la que dio la voz de alarma. Al principio, sin mucho ¨¦xito. La Autoridad Portuaria, que gestiona el faro de competencia estatal, y el Ayuntamiento de A Coru?a, que tiene la concesi¨®n para la explotaci¨®n tur¨ªstica del emblema de la ciudad, abierto al p¨²blico desde junio de 1996, se limitaron en un primer momento a prometer enviar t¨¦cnicos para hacer un balance de la situaci¨®n. No hab¨ªa acuerdo sobre cu¨¢l es la administraci¨®n competente en la conservaci¨®n del monumento.
No obstante, se produjo esta semana un peque?o avance tras lograr el colectivo vecinal que responsables de la Autoridad Portuaria comprobaran con sus propios ojos la situaci¨®n. Prometieron "hacerse cargo del problema con independencia de qui¨¦n tenga las competencias y realizar un detallado informe t¨¦cnico de la degradaci¨®n", asegura el presidente de la asociaci¨®n, David Pena.
Los responsables municipales, tras enviar hace unas semanas, antes de los temporales, a personal de la empresa Emalcsa para unas labores de mantenimiento que resultaron in¨²tiles ante la gran cantidad de filtraciones, recibir¨¢n el mi¨¦rcoles a la asociaci¨®n de vecinos.
Su presidente, David Pena, esgrime la indefensi¨®n de su colectivo. "Es el patrimonio m¨¢s emblem¨¢tico de la ciudad y no se pueden lavar las manos sobre su deterioro mientras venden el envoltorio", critica. Sus alegaciones para que los presupuestos municipales de 2007 incluyeran una partida para la rehabilitaci¨®n de la Torre de H¨¦rcules siguen sin respuesta. Las rejas oxidadas de la peque?a tienda de recuerdos que est¨¢ en el lateral del monumento, en un bajo aquejado tambi¨¦n por las goteras, siguen cerradas a cal y canto, con un cartel que anuncia reformas nunca iniciadas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.