Putin busca alianzas
El presidente de Rusia se muestra m¨¢s inquieto por las legislativas de 2007 y las presidenciales de 2008 que por el 'caso Litvinenko'
La saga sobre el asesinato en Londres del ex esp¨ªa Alexander Litvinenko, narrada como una novela de espionaje de la guerra fr¨ªa por los medios rusos, no hace mella en la vida del pa¨ªs. Los ciudadanos de a pie, curtidos en las vivencias extremas de las ¨²ltimas d¨¦cadas, siguen las peripecias de los empresarios ex esp¨ªas sin sorprenderse. La ¨¦lite pol¨ªtica, por su parte, est¨¢ menos inquieta por el rastro del polonio 210 que por su propio futuro, aunque no es de excluir que lo primero acabe afectando a lo segundo.
La campa?a para los comicios parlamentarios de 2007 y los presidenciales de 2008 se anima. El presidente Vlad¨ªmir Putin reuni¨® a una decena de pol¨ªticos esta semana en su residencia de Novo-Ogarevo, en las afueras de Mosc¨². Por la selecci¨®n de los invitados, la convocatoria no ten¨ªa precedentes desde el inicio de la actual legislatura en 2004. Adem¨¢s de dirigentes de partidos representados en la Duma Estatal (Parlamento) o particularmente favorecidos, como el ex entrenador de yudo del presidente, Vasili Shestakov, l¨ªder de una min¨²scula formaci¨®n socialdem¨®crata, el Kremlin hab¨ªa citado tambi¨¦n a Nikita Belij, de la Uni¨®n de Fuerzas de Derechas (UFD), y Grigori Yavlinski, de Y¨¢bloko.
Otra Rusia surge como oposici¨®n radical a Putin y es tratada como un peligro para el Estado
La oposici¨®n cree que la gente hace justicia por su propia mano ante la ineficacia del Estado
UFD y Y¨¢bloko eran los dos partidos de corte occidental m¨¢s estructurados de la ¨¦poca de Bor¨ªs Yeltsin. Sin embargo, en las Legislativas de 2003 no lograron situarse en el Parlamento, en parte por haber sido asociados negativamente con las reformas de los noventa, y en parte por las manipulaciones informativas del Kremlin, que utiliz¨® la televisi¨®n estatal en beneficio de Rusia Unida (RU), con mayor¨ªa absoluta en la Duma.
Al sentar a su mesa a Yavlinski y Belij, Putin indicaba que estos pol¨ªticos cr¨ªticos, pero pacientes y moderados, est¨¢n hasta cierto punto bajo su protecci¨®n. Con este respaldo, Belij y Yavlinski podr¨¢n contar seguramente con una mayor benevolencia de las cadenas televisivas. No puede esperar lo mismo el movimiento Otra Rusia, un conglomerado de distintas fuerzas en torno al ex jefe de Gobierno Mija¨ªl Kasi¨¢nov, el ajedrecista Gary Kasp¨¢rov y el diputado independiente Vlad¨ªmir Rizhkov. La Otra Rusia, que cuenta con personajes tan diversos como el comunista V¨ªktor Amp¨ªlov o el escritor Eduard Lim¨®nov, ha surgido como una oposici¨®n radical a Putin, y el Kremlin la trata como si fuera un peligro para el Estado; es decir, como si fueran extremistas de acuerdo con la amplia interpretaci¨®n del t¨¦rmino, fijada por una ley aprobada este a?o en el Parlamento.
Las autoridades de Mosc¨² han prohibido a la Otra Rusia organizar una marcha de protesta el pr¨®ximo s¨¢bado y en provincias, y los l¨ªderes del movimiento son boicoteados por las autoridades locales y acosados de forma sistem¨¢tica por los militantes de varias asociaciones juveniles, de las que son cultivadas como un instrumento pol¨ªtico por el Kremlin.
La nueva y pol¨¦mica legislaci¨®n sobre el "extremismo" considera como tales no s¨®lo a quienes incitan a la violencia o aventan odios ¨¦tnicos, sino tambi¨¦n a quienes "ofenden la dignidad nacional", "amenazan la seguridad de Rusia", calumnian a sus funcionarios o son responsables de "des¨®rdenes" y "actos de gamberrismo".
En Novo Ogarevo, Putin quiso debatir sobre la "fr¨¢gil frontera" entre el extremismo y los planteamientos radicales en ¨¦poca electoral. El presidente, sin embargo, se vio confrontado con una interpretaci¨®n del extremismo distinta de la del Kremlin, cuando Grigori Yavlinski le ech¨® en cara que las instituciones del Estado fomentan ese fen¨®meno. Yavlinski acus¨® de extremismo a los que restringen la democracia, caen en la corrupci¨®n, mezclan el servicio p¨²blico con los negocios particulares, imponen la censura informativa y manipulan las elecciones. "La imposibilidad de encontrar justicia en los representantes del Estado, de resolver los conflictos de acuerdo con la ley, genera reacciones extremas, entre ellas los asesinatos en asuntos de reparto de la propiedad", se?al¨® Yavlinski, seg¨²n el cual "en 12 semanas se han cometido 16 asesinatos de personas conocidas en todo el pa¨ªs".
El pol¨ªtico inst¨® a Putin a aclarar la muerte de Yuri Schekochijin, un periodista y diputado que investigaba temas relacionados con el Servicio Federal de Seguridad y con la Fiscal¨ªa. Schekochijin muri¨® en 2003 en circunstancias, que al l¨ªder de Y¨¢bloko le recuerdan las de Litvinenko en Londres. "Los extremistas m¨¢s terribles son aquellos que se benefician de esta situaci¨®n, porque llevan a Rusia al aislamiento, al descr¨¦dito y a la destrucci¨®n", sentenci¨® Yavlinski.
Putin argument¨® que era dif¨ªcil descubrir a los culpables de los asesinatos y mucho m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa encontrar a quienes los han encargado. Como ejemplo de esta impotencia, se refiri¨® a la muerte de la diputada Galina Starov¨®itova, ocurrida en 1998, en San Petersburgo. Adem¨¢s, el presidente se mostr¨® descontento por el resultado de los juicios a cargo de jurados, dispuestos seg¨²n ¨¦l, a absolver a los asesinos.
En la reuni¨®n con los l¨ªderes pol¨ªticos, Putin iba acompa?ado de Vladislav Surkov, el vicejefe de su Administraci¨®n y el art¨ªfice del concepto de "democracia soberana", con el que el Kremlin justifica su propia manera de hacer las cosas sin guiarse por los criterios de otros. Surkov, que hab¨ªa trabajado con el magnate Mija¨ªl Jodorkovski en el pasado, se considera miembro del "estamento creativo" de intelectuales que hoy trabajan por "expresar la fuerza y los m¨¦ritos del pueblo ruso".
El ide¨®logo contrapone el "estamento creativo" a los "impostores" financiados por los enemigos de Rusia, siempre al acecho para privarla del control de sus enormes riquezas, seg¨²n escrib¨ªa en un reciente art¨ªculo en la revista Expert. Surkov identifica a Putin con la democracia en Rusia y considera que este pa¨ªs tiene hoy una "oportunidad ¨²nica" de romper con un pasado que oscila entre la Revoluci¨®n y la reacci¨®n. Con Putin, Rusia ha superado, seg¨²n ¨¦l, la miseria, el separatismo, el abatimiento social, la destrucci¨®n legal, la desintegraci¨®n del ej¨¦rcito y del aparato estatal.
Rusia Unida ha dado al art¨ªculo de su ide¨®logo el rango de documento program¨¢tico y lo ha colgado en su p¨¢gina de Internet. Los dirigentes de RU lo discuten como si fuera la palabra del profeta, pero en Internet, el debate es m¨¢s irreverente y menos hip¨®crita. Para el polit¨®logo Dmitri Olshanski, Surkov expresa el deseo de la "modesta y agradable mafia del Kremlin" de nombrar ella misma sus sucesores sin interferencias externas y el miedo a perder una posici¨®n de privilegio. El escritor Dmitri Bykov lo considera como una manifestaci¨®n del "vac¨ªo", "banalidad" y "narcisismo" que caracteriza a los ide¨®logos del Kremlin.
'Tres ballenas' esperando el arp¨®n
Un total de 50.000 transgresiones de la ley cometidas por distintos funcionarios de la Administraci¨®n y 600 procesos penales incoados son el balance de las inspecciones realizadas por la Fiscal¨ªa en distintos departamentos administraci¨®n del Estado, seg¨²n el fiscal general, Yuri Chaika.El fiscal, que sustituy¨® a Dimitri Ust¨ªnov en junio pasado, dio estos datos el 7 de diciembre al presentar al Gobierno su primer informe especial sobre la corrupci¨®n.A lo largo de los ¨²ltimos a?os, la lucha contra este c¨¢ncer ha experimentado flujos y reflujos seg¨²n la coyuntura pol¨ªtica, pero rara vez ha producido resultados radicales. Chaika tiene una oportunidad de poner a prueba su seriedad en dos grandes asuntos pendientes. El primero tiene que ver con las supuestas compras fraudulentas del Fondo de Pensiones, una instituci¨®n dirigida en el pasado por el actual ministro de Sanidad, Mija¨ªl Zur¨¢bov.El otro es una historia de contrabando (con muertos incluidos) denominada Tres ballenas, debido a la empresa importadora de muebles que se convirti¨® en el centro de una pugna entre distintos sectores vinculados a los servicios de Aduanas y al Servicio Federal de Seguridad.El diputado y periodista Yuri Schekochijin estaba investigando el asunto de las Tres Ballenas cuando muri¨® en 2003 de una s¨²bita enfermedad, oficialmente una reacci¨®n al¨¦rgica, pocos d¨ªas antes de volar a EE UU para tratar el asunto con el FBI. Como diputado, hab¨ªa insistido en que la Fiscal¨ªa de Rusia investigara el asunto, que, seg¨²n ¨¦l, no s¨®lo estaba relacionado con el contrabando de muebles, sino de lavado de dinero a trav¨¦s del Bank of New York y tambi¨¦n de posible contrabando de armas.La Fiscal¨ªa se neg¨® a abrir una investigaci¨®n sobre la muerte de Schekochijin, y la cl¨ªnica donde falleci¨® no quiso entregar el expediente m¨¦dico del muerto a su hijo para hacer una investigaci¨®n independiente. Seg¨²n N¨®vaya Gazeta, el diario donde trabajaba el diputado, algunos de los m¨¦dicos que trataron al paciente se refirieron a un envenenamiento.
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