Esta ciudad crispada
La cerveza, esa rubia al alcance del pueblo, est¨¢ cara en Madrid y lo estar¨¢ m¨¢s desde primeros de a?o. El factor econ¨®mico aleja a la gente de las tabernas de barrio. Pero hay otras circunstancias que propician la desbandada. Si un soci¨®logo analizara lo que se dice en los bares, llegar¨ªa a la conclusi¨®n de que Madrid es xen¨®foba y dista mucho de ser cosmopolita, asignatura pendiente para la capital de Espa?a. Los comentarios y broncas de cantina est¨¢n propiciados a menudo por individuos que desprecian cosas tan elementales como la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos. El m¨¢s est¨²pido e ignorante se permite gritar como energ¨²meno barbaridades que a veces dan miedo. Estos tipos, a su modo, crean opini¨®n y votos entre los c¨¢ndidos, como la televisi¨®n basura.
El ramalazo ultramontano surge galopante en las retransmisiones futbol¨ªsticas, sobre todo si est¨¢ jugando el Bar?a. Pero es que en Madrid hay muchos seguidores azulgrana y otros tantos que disfrutan con Ronaldinho y lo desear¨ªan para su equipo. Bueno, pues hay maromos que, durante toda la retransmisi¨®n, berrean sin cesar mugidos vergonzantes de cariz pol¨ªtico, comentarios escatol¨®gicos, insultos indescriptibles y desatinos de juzgado de guardia a grito pelado contra las m¨¢s altas instancias del Estado. Acaban espantando a ciudadanos razonables, que optan por abandonar el local para no partirles la boca y dejarlos mudos.
Durante la retransmisi¨®n del ¨²ltimo partido del Bar?a, ocurri¨® un percance notable entre un seguidor del equipo y una ciudadana enamorada de Franco. Fue en un bar de Prosperidad. Ella, locuaz como un loro, lanzaba anatemas contra el pueblo catal¨¢n. ?l, al borde de la c¨®lera, susurr¨®:
-Se?ora, un respeto. Aunque bejarano, yo soy del Bar?a.
-?Es usted un polaco!
-?Y usted, una marciana desventurada!
-?Usted no es espa?ol!
-Se?ora, me est¨¢ faltando.
-?Yo no falto a nadie!
-Usted no falta. ?Usted sobra!
Ma?ana cumple 48 a?os el alcalde, que tambi¨¦n est¨¢ algo crispado mirando a san Sebasti¨¢n y a la Esperanza. Felicidades.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.