Pol¨ªtica y econom¨ªa, temperaturas distintas
Hace unas semanas, durante el IX Congreso Nacional de la Empresa Familiar, se pidi¨® a los empresarios que valorasen de 0 a 9 la situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola. La nota media obtenida fue un preocupante 2, no muy lejano de lo que en la antigua jerga estudiantil se denominaba "muy deficiente". Analizando la encuesta de forma aislada podr¨ªa entenderse que, efectivamente, entre los emprendedores del pa¨ªs -principales responsables de la inversi¨®n y de la creaci¨®n de empleo- predomina la falta de ilusi¨®n y la pesadumbre. Sin embargo, en la misma encuesta se someti¨® tambi¨¦n a examen la situaci¨®n econ¨®mica, obteniendo una calificaci¨®n de notable, lo que obliga a descartar que el pesimismo les est¨¦ invadiendo.
Es normal que los empresarios espa?oles tengan una visi¨®n positiva del presente. Son ya muchos los a?os en los que el PIB, nacional y per c¨¢pita, crece por encima de la UE. Del mismo modo, la evoluci¨®n del empleo, los elevados niveles de gasto en ropa, de inversi¨®n en vivienda -a pesar de su precio- o de gasto en vacaciones indican que el ciudadano de a pie contempla la situaci¨®n con cierta confianza. Incluso la evoluci¨®n que est¨¢ siguiendo la m¨²sica, la arquitectura, la cocina, el deporte o la pintura espa?ola -con ¨¦xitos internacionales sin precedentes- indican una actitud ambiciosa, autocr¨ªtica, pero que no ha ca¨ªdo en un desencanto generalizado. Esta din¨¢mica est¨¢ contribuyendo a que el pa¨ªs tenga una imagen cada vez mejor en el contexto internacional y a que se le cite como un ejemplo a seguir. ?C¨®mo explicar entonces la diferencia de temperatura pol¨ªtica y econ¨®mica?
Durante d¨¦cadas, ambos aspectos siempre hab¨ªan caminado juntos, hasta el punto de que los ejecutivos confiaban su permanencia a unos buenos resultados econ¨®micos, mientras que la oposici¨®n ve¨ªa crecer sus oportunidades de acceso al Gobierno ante los primeros s¨ªntomas de crisis. Pero, tal y como ha quedado patente en Espa?a, en Estados Unidos con las recientes elecciones al Senado o en el Reino Unido -en donde el propio partido en el Gobierno desea un cambio de liderazgo-, cuando un pa¨ªs lograr alargar los momentos ¨¢lgidos del ciclo, la bonanza econ¨®mica deja de ser determinante. A los pol¨ªticos se les empieza a pedir algo m¨¢s. Eso es lo que pone de relieve la encuesta mencionada.
En el caso de Espa?a, la diferencia entre los climas econ¨®mico y pol¨ªtico refleja la opini¨®n sobre un mismo proyecto pero respecto a momentos diferentes: la econom¨ªa es el presente y la pol¨ªtica el futuro. Al presente se ha llegado con las bases que sembr¨® la clase pol¨ªtica que gestion¨® la transici¨®n y sus a?os posteriores, m¨¢s sensible a la necesidad de pactar con los que manten¨ªan posiciones distintas. Adem¨¢s de una generaci¨®n de pol¨ªticos con una formaci¨®n espectacular, el tiempo ha dejado atr¨¢s una forma de hacer pol¨ªtica que, sin ser id¨ªlica, trataba de evitar la confrontaci¨®n y la ruptura.
Durante aquellos a?os, los partidos pol¨ªticos se enfrentaban a un problema com¨²n, una democracia inexperta, que resolvieron apropiadamente. Sin embargo, tal y como explicaba recientemente el ex presidente del Gobierno, el se?or Felipe Gonz¨¢lez, ten¨ªan una ventaja: hab¨ªa que poner en marcha una serie de medidas que ya estaban inventadas y funcionando en los principales pa¨ªses del mundo. "S¨®lo" hab¨ªa que adaptarlas y seguirlas con firmeza.
La situaci¨®n actual es distinta. Una democracia consolidada, un pa¨ªs situado entre los m¨¢s avanzados del mundo y que se enfrenta a una serie de retos a los que -como la inmigraci¨®n, la investigaci¨®n, el agua, la educaci¨®n- no existe un patr¨®n claro a seguir. Y es en la b¨²squeda de respuestas a todos ellos donde la pol¨ªtica no est¨¢ sabiendo tener credibilidad.
La confrontaci¨®n de los principales partidos pol¨ªticos ha comportado una falta de contenidos apropiados en los debates. Predominan los descalificativos y los personalismos. Ante esta situaci¨®n, la iniciativa privada se ha puesto al frente de la sociedad por delante de la pol¨ªtica. As¨ª, los estudiantes universitarios que no han recibido una formaci¨®n adecuada en idiomas se han movilizado para participar de forma masiva en el Programa Erasmus. La inmensa mayor¨ªa de las empresas que han decidido salir al exterior, invertir en I+D o adoptar medidas de conciliaci¨®n laboral no lo han hecho incentivadas por unas pol¨ªticas determinadas, sino por su propia iniciativa. ?sta puede ser la raz¨®n del avance de la abstenci¨®n. No el desencanto del ciudadano o la desconfianza de las empresas en las instituciones, sino la sensaci¨®n de que los pol¨ªticos ya no son determinantes en lo que sucede y, por extensi¨®n, no lo ser¨¢n en el futuro.
La difusi¨®n de esta idea entre los ciudadanos tiene graves repercusiones. Implica olvidar la importancia que tuvieron determinadas decisiones pasadas en el bienestar actual y, sobre todo, significa minusvalorar el papel que han de tener las Cortes generales y auton¨®micas cuando las cosas no vayan tan bien. Si esto sucede y si se acepta la Pol¨ªtica -con may¨²sculas- como un elemento de segundo orden, ser¨¢ muy dif¨ªcil salir de cualquier situaci¨®n cr¨ªtica. Entonces s¨ª que podr¨ªa cundir el des¨¢nimo de los ciudadanos, la falta de confianza en las instituciones, la desestructuraci¨®n social y la vuelta a esas posiciones en los rankings mundiales que tanto cost¨® abandonar.
En resumen, para que Espa?a se consolide definitivamente entre los pa¨ªses significativos del mundo necesita una actitud pol¨ªtica diferente. Con intensos debates, s¨ª, pero sobre temas claves, pr¨®ximos a los grandes retos y sin confrontaci¨®n. Las diferencias no pueden convertirse en trincheras insalvables, deben servir para encontrar las mejores soluciones, que nunca suelen estar en uno u otro lado. De esta forma, cuando el ciclo econ¨®mico alcance cotas m¨¢s bajas no se ver¨¢ condicionado por la abstenci¨®n y un clima pol¨ªtico g¨¦lido; todo lo contrario, tendr¨¢ el apoyo necesario para volver a la situaci¨®n que vivimos desde hace m¨¢s de una d¨¦cada.
Fernando Casado es director del Instituto de la Empresa Familiar y catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Empresa.
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