El cirujano que admira las c¨¦lulas
Mikel S¨¢nchez ha revolucionado la cirug¨ªa con sus innovaciones en la artroscopia y el uso de plasma rico en factores de crecimiento
La trayectoria vital de Mikel S¨¢nchez (Vitoria, 1955) es, cuando menos, singular. Cuando los ni?os de su generaci¨®n viv¨ªan la plomiza tranquilidad de los a?os sesenta en la Espa?a de Franco, aquel adolescente de 13 a?os part¨ªa precipitadamente hacia Burdeos (Francia), acompa?ado de sus padres y sus cinco hermanos. "Mi padre hab¨ªa sido refugiado pol¨ªtico. Militaba en el PNV y le detuvieron en 1967, en una de las redadas masivas de aquella ¨¦poca", recuerda. Sali¨® de prisi¨®n un a?o m¨¢s tarde y, al ver que le ped¨ªan 15 a?os de c¨¢rcel, decidi¨® exiliarse con toda la familia a Burdeos.
En la ciudad francesa Mikel S¨¢nchez acab¨® el Bachiller y se matricul¨® en Medicina, una decisi¨®n que caus¨® cierta sorpresa en un entorno familiar vinculado a la arquitectura. "Desde los quince a?os, ten¨ªa clara esta orientaci¨®n profesional. Me intrigaba c¨®mo est¨¢bamos hechos por dentro". A pesar de la distancia, manten¨ªa su vinculaci¨®n con Vitoria adonde regresaba todos los veranos. De aquella ¨¦poca procede su amistad con Eduardo Anitua, el m¨¦dico estomat¨®logo al que conoci¨® haciendo pr¨¢cticas en el Hospital Santiago y con el que ha trabajado en el impulso de la t¨¦cnica que utiliza el denominado "plasma rico en factores de crecimiento" para regenerar hueso y tejidos tras intervenciones de traumatolog¨ªa.
Las conversaciones entre ambos fueron fraguando la colaboraci¨®n: si S¨¢nchez le hablaba a Anitua de su inter¨¦s por desarrollar nuevos instrumentales en la artroscopia (el campo en el que trabajaba como traumat¨®logo), el estomat¨®logo le contaba sus avances con el factor de crecimiento y su aplicaci¨®n en su disciplina. "Hasta que tuve un caso de una paciente mayor, que ten¨ªa una necrosis que no acababa de cicatrizar. Entonces, me acord¨¦ del tratamiento de Anitua, lo aplicamos y san¨® a una velocidad sorprendente".
A partir de ese momento, comenz¨® un pique investigador impresionante. De los factores de crecimiento se hab¨ªa comenzado a hablar en los a?os 50 en Estados Unidos; pero eran prote¨ªnas fabricadas. Luego hubo otro equipo norteamericano que empez¨® a trabajar utilizando sangre del propio paciente, pero lo hac¨ªan con leucocitos y plaquetas en conjunto. "Fue Eduardo Anitua el que vio la importancia de separar las plaquetas del resto [de los componentes sangu¨ªneos]. En ese momento, se forma el equipo con un grupo de hemat¨®logos de la Universidad de Burdeos y la bi¨®loga Isabel Ant¨ªa. Y al a?o siguiente, entro yo", cuenta el cirujano alav¨¦s, destacando el trabajo de todo el equipo.
Pero su fama como profesional del detalle preced¨ªa a este nuevo campo de investigaci¨®n. Mikel S¨¢nchez ya era conocido por su cuidado en las operaciones de traumatolog¨ªa, donde hab¨ªa revolucionado muchas pr¨¢cticas gracias a su inter¨¦s por el instrumental, que le llev¨® a trabajar, siendo muy joven, con la Universidad de Leeds. "Ten¨ªan la teor¨ªa de que era m¨¢s ingeniero que m¨¦dico". Recuerda que su primer dise?o surgi¨® en una reuni¨®n familiar: "Cuando empec¨¦ con la artroscopia, vi la necesidad de inventar un aparato que nos guiara en la operaci¨®n de los ligamentos cruzados, que hasta entonces era muy agresiva. Y despu¨¦s de una comida, dibujando en la sobremesa, surgi¨® el aparato. Yo era muy joven y lo patentaron los de la Universidad de Leeds. Eso s¨ª, me incluyeron en la autor¨ªa. Por ah¨ª, tengo una carta de la Reina de Inglaterra que lo reconoce".
S¨¢nchez daba la espalda a la cirug¨ªa tradicional al apostar por la artroscopia y empe?arse en mejorar esta t¨¦cnica menos agresiva. "Cuando empez¨® la artroscropia, los cirujanos viejos dec¨ªan: 'Para qu¨¦ te vas a asomar a una ventana, cuando puedes abrir la puerta'. Esa era la filosof¨ªa quir¨²rgica imperante", comenta. S¨¢nchez echaba abajo la imagen tradicional del cirujano armado de sierra y berbiqu¨ª. "Eduardo Anitua me machac¨® para que fu¨¦ramos menos agresivos cuando hac¨ªamos agujeros, que quem¨¢bamos las c¨¦lulas que estabas alimentando con factores de crecimiento para desarrollarlas".
El siguiente paso fue la recuperaci¨®n de los ligamentos cruzados, que vino de la aplicaci¨®n del plasma rico en factores de crecimiento. "Hasta no hace mucho, era muy dif¨ªcil que los deportistas volvieran a jugar como antes. Ahora lo dif¨ªcil es lo contrario", se?ala. Primero se aplic¨® a los tendones, luego a los m¨²sculos. Ahora investiga con la artrosis. "El siguiente paso, el tejido nervioso, luego el coraz¨®n. Est¨¢ siendo todo emocionante. No sabemos nada de nosotros mismos, pero no hay que olvidar que celularmente somos iguales a la estrella de mar y la lagartija, que regeneran algunos de sus miembros. Nos hace falta otro Julio Verne para saber ad¨®nde se puede llegar. Todo est¨¢ en la programaci¨®n de una c¨¦lula", dice.
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