"Ir¨¢n es gobernado por una minor¨ªa que se impone por la fuerza"
"Una minor¨ªa no se puede imponer por la fuerza a la mayor¨ªa, como nuestro Gobierno. Creo que no est¨¢n en mayor¨ªa, pero usan la fuerza y el dinero de los ciudadanos iran¨ªes para mantenerse en el poder", denuncia Mohsen Kadivar, un cl¨¦rigo disidente iran¨ª que llena salas de conferencias y cuyos libros se venden como rosquillas. En un momento en que los reformistas laicos est¨¢n de capa ca¨ªda, Kadivar (Fassa, 1959) sigue siendo una amenaza al liderazgo religioso porque ¨¦l tambi¨¦n lleva turbante. Critica desde dentro del sistema y con sus mismas armas.
"El Profeta o el im¨¢n Al¨ª dieron m¨¢s libertad a la gente. Permit¨ªan que les criticaran, pero nosotros no podemos criticar ni al l¨ªder, ni al presidente, ni al rector de la universidad", afirma durante una larga conversaci¨®n en la biblioteca de la huseiniya Ershad, el oratorio chi¨ª donde el influyente fil¨®sofo prerrevolucionario Al¨ª Shariati pronunciaba sus discursos. Me cita all¨ª porque no puede recibir visitantes extranjeros en su despacho de la Universidad Tarbiat Modarres, donde ense?a filosof¨ªa.
"Muchos j¨®venes quieren cambiar la sociedad de golpe, pero deben ser pacientes"
"La tradici¨®n religiosa en mi pa¨ªs es tan importante que no podemos ignorarla"
Con una docena de libros y un centenar de art¨ªculos publicados, a¨²n levanta controversias por sus cr¨ªticas al l¨ªder supremo, Al¨ª Jamenei, s¨ªmbolo del sistema pol¨ªtico iran¨ª. Por ese motivo, fue el primer intelectual religioso encarcelado cuando, tras el triunfo de Mohamed Jatam¨ª en las presidenciales de 1997, los conservadores iniciaron una campa?a contra el movimiento prorreforma. Algunos analistas opinan que las perspectivas de un cambio en Ir¨¢n dependen de j¨®venes cl¨¦rigos como ¨¦l que reten a los revolucionarios originales que ahora tienen entre 60 y 70 a?os.
"Nuestra Constituci¨®n coloca m¨¢s del 70% del poder en manos del l¨ªder supremo, que no es elegido de forma democr¨¢tica, ni est¨¢ bajo el control de los ciudadanos. As¨ª que cuando no le gusta una determinada corriente de la sociedad, tiene el derecho de veto", recuerda. Aunque el presidente y el Parlamento se eligen de forma democr¨¢tica, los candidatos son preseleccionados por el Consejo de Guardianes, que est¨¢ designado por el l¨ªder supremo. "En consecuencia", opina, "en muchas ocasiones, las elecciones en Ir¨¢n no son justas ni democr¨¢ticas".
Kadivar estima que los candidatos que aprueba el Consejo de Guardianes "representan menos del 50% de las corrientes que se dan en la sociedad". Y pone un ejemplo. Para la Asamblea de Expertos que va a elegirse el pr¨®ximo viernes "no tenemos ning¨²n candidato reformista", dice. Adem¨¢s, subraya la contradicci¨®n que supone que un ¨®rgano designado por el l¨ªder (el Consejo de Guardianes) decida qu¨¦ candidatos pueden ser miembros de la Asamblea que, en teor¨ªa, tiene que controlarle.
Admite que esas limitaciones pol¨ªticas han desanimado a los iran¨ªes, pero tampoco excusa el comportamiento de los reformistas. "Jatam¨ª y sus hombres fracasaron. Durante sus dos mandatos se increment¨® el nivel de democracia, pero no lo suficiente", manifiesta. Entre los logros, destaca que ahora "si [los conservadores] quieren pararnos, a los reformistas, necesitan acudir a los tribunales, no como antes, que recurr¨ªan a los servicios de seguridad, nos golpeaban, disparaban y mataban [con impunidad]".
"Muchos j¨®venes quieren cambiar la sociedad de golpe, pero deben ser pacientes porque los cambios sociales llevan tiempo. Hace 100 a?os luchamos por la democracia, la justicia y la libertad. Fue nuestra primera revoluci¨®n, la revoluci¨®n constitucional. Ahora hemos logrado algo de aquello, pero no suficiente. Tenemos capacidad para conseguir m¨¢s", se?ala.
No obstante, duda de que en las pr¨®ximas elecciones los reformistas puedan ganar la baza a los fundamentalistas. "Es una minor¨ªa muy activa y tampoco nosotros somos mayor¨ªa. La mayor¨ªa en esta sociedad es una mayor¨ªa silenciosa. Si podemos hacerles activos como hicimos al principio de Jatam¨ª hace nueve a?os, podremos contrarrestar a los fundamentalistas, pero de momento no creo que sea posible", lamenta.
Entre los problemas para conseguirlo destaca que "los partidos no son fuertes. Una democracia necesita partidos, sociedad civil, ONG... Pero han destruido los partidos, las ONG. La democracia tambi¨¦n significa peri¨®dicos y revistas libres". Desecha las cr¨ªticas de los fundamentalistas que consideran que ¨¦sos son conceptos occidentales. "Aparecieron primero en Occidente, pero ahora ya no son occidentales, sino universales. Incluso si fueran occidentales, no son malos. No todo lo que se establece por primera vez en Occidente debemos descartarlo", defiende sin complejos.
Doctorado en Filosof¨ªa Isl¨¢mica y Teolog¨ªa, fue alumno de Husein Al¨ª Montazeri, el disidente de m¨¢s alto rango en el estamento clerical iran¨ª que vive en Qom bajo arresto domiciliario. Como ¨¦l, est¨¢ convencido de que el islam no est¨¢ amenazado por el pensamiento occidental. "Creo que islam y democracia son compatibles, pero eso no significa que todas las interpretaciones del islam sean compatibles con todas las formas de democracia", asegura.
Para ello cita tres requisitos. El primero es que todos los ciudadanos sean iguales, lo que no sucede en Ir¨¢n, donde "la Constituci¨®n establece que s¨®lo los cl¨¦rigos pueden ser l¨ªder supremo, jefe del poder judicial o miembros de tal consejo o asamblea". El segundo, diferenciar entre la ley y las normas religiosas. "Podemos usar nuestras normas religiosas para escribir la ley, pero eso no convierte esa ley en inamovible, porque frente a ella somos ciudadanos, no fieles creyentes", explica. Y finalmente, que "si se requiere la interpretaci¨®n de una norma religiosa, debemos referirnos a la interpretaci¨®n de los expertos religiosos apoyados por la mayor¨ªa de la poblaci¨®n".
?Y si la mayor¨ªa no quisiera un Gobierno religioso? "Es su derecho", responde. Sin embargo, parece convencido de que la Rep¨²blica Isl¨¢mica no se encuentra a¨²n en ese estadio. "La tradici¨®n religiosa en Ir¨¢n es tan importante que no podemos ignorarla", concluye.
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