Un molino
Saca uno el pie de casa unos d¨ªas y cuando regresa a este querido pa¨ªs de hermandad y cortes¨ªa se encuentra con la lindeza que me env¨ªa el se?or Savater en su tribuna, V¨ªctimas, a cuenta de una m¨ªa anterior, Son molinos. Ese insulto, negarme la condici¨®n de persona que piense, por contradecir la opini¨®n del se?or Savater puede satisfacer a una bander¨ªa, a una parroquia de hinchas previamente convencida, pero a m¨ª me reafirma en lo que all¨ª expuse. El se?or Savater est¨¢ confundido, no soy su enemigo. Busca enemigos a abatir donde no los hay, s¨®lo soy un molino.
Aunque ¨¦l no lo crea, lamento esa falta de educaci¨®n y ese lenguaje mat¨®n propio de los blogs de la ultraderecha. Las mismas obsesiones, los mismos objetivos a liquidar, el mismo estilo, igual violencia. Pienso y creo que deber¨ªa pararse a reflexionar sobre ello.
Pero, aunque lo pretenda, no temo su ira y mientras pueda seguir¨¦ pensando y atrevi¨¦ndome a decir lo que pienso y, en algunos casos, creo.
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