Recuperar el tiempo perdido
Francia fue el primer pa¨ªs en intuir la importancia de la vestimenta. Para cuando estall¨® la Revoluci¨®n Francesa (1789) ya hab¨ªan acu?ado el t¨¦rmino "ir a la moda", como expresi¨®n de lo externo, tambi¨¦n para diferenciarse de los usos y costumbres en el vestir de la naci¨®n que hasta entonces hab¨ªa sido la potencia, y por derivaci¨®n el espejo donde se miraba el mundo, hablamos de Espa?a. Despu¨¦s, los italianos se pusieron las pilas. No por nada Italia ostenta el liderazgo en la gesti¨®n de la industria textil, en el terreno empresarial y del merchandising. Pero tambi¨¦n son los grandes estudiosos del lenguaje y de la semi¨®tica del vestido. Y llegaron los anglosajones y abarcaron todos los campos.
De todo lo contado se deriva que en cualquiera de estos pa¨ªses existe una amplia y rigurosa bibliograf¨ªa sobre cualquier asunto relacionado con el apabullante mundo de la moda. Si quieren ejemplos ah¨ª est¨¢n El h¨¢bito hace al monje (2005), de Umberto Eco, o la ya cl¨¢sica
Historia del traje (1967), de Fran?ois Boucher. ?Y qu¨¦ fue de Espa?a? Pues que aunque nos duela sigue en su particular traves¨ªa del desierto. Esperemos que por poco tiempo. De momento, la editorial Gustavo Gili ha puesto una pica y se ha lanzado a publicar libros de lo que nos ocupa, muy cuidados como es habitual en esa casa. Claro que de momento lo que hace es traducir libros editados en otros pa¨ªses.
Inmaculada Urrea, profesora de historia de la indumentaria, sociolog¨ªa y comunicaci¨®n de la moda en el Instituto Europeo de Dise?o, entre otros centros, y colaboradora en diversas revistas, es la directora de esta nueva colecci¨®n que se estren¨® en 2005 con tres libros. Y este a?o acaba de lanzar otros tres: 50 respuestas sobre la moda, de Fr¨¦d¨¦ric Monneyron; La moda del siglo XIX en detalle, de Lucy Johnston, y La belleza del siglo (Los c¨¢nones femeninos en el siglo XX), de Dorothy Schefer.
Urrea achaca la gran ausencia de libros especializados en el vestir al divorcio entre los dise?adores y la industria. Habr¨ªa que a?adir que un pa¨ªs cuanto m¨¢s pobre, menos culto. Pero ella insiste en que lo f¨¢cil es ser creativo y hacer locuras. Vamos, que lo que hay que hacer es ser comercial, algo que los italianos lo llevan incorporado en sus genes.
En 50 respuestas sobre la moda trata esta disciplina desde todos los puntos de vista, econ¨®mico, hist¨®rico, sociol¨®gico... incluso desde el psicoan¨¢lisis que se centr¨® sobre todo en el fetichismo. Y se plantea tambi¨¦n cuestiones que hoy est¨¢n en plena vigencia: hasta qu¨¦ punto la adopci¨®n de una prenda puede modificar un comportamiento o determinar una personalidad. Inevitablemente nos acordamos de los conflictos sobre llevar o no velo, burka
..., pero tambi¨¦n hasta qu¨¦ punto el estado de ¨¢nimo nos dispone a llevar una u otra prenda.
El libro La belleza del siglo nos lleva al terreno opuesto. Por qu¨¦ no decir al de la frivolidad en el sentido l¨²dico, no en el consabido peyorativo. Es un placer pasar sus 400 p¨¢ginas con grandes fotograf¨ªas en blanco y negro y en color. Sus im¨¢genes y textos (m¨¢s bien cortos) entran de lleno en todas las caras de la moda: desde la publicidad, los iconos de diversas ¨¦pocas, los dise?os de los envases de perfumes; y la moda en las princesas, divas, fashion victims, estrellas del rock..., que ilustran la fascinaci¨®n de todos los tiempos por la belleza.
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