Una naci¨®n de los derechos humanos
El encuentro del Pen Clube se cierra con homenajes al vino y al compromiso del escritor
No es f¨¢cil conseguir que medio centenar de escritores lleguen a la misma hora a ninguna parte. El incumplimiento de horarios parece algo inseparable del mundo de la literatura. Durante los tres d¨ªas que se ha prolongado el Encontro Internacional de Escritores De pedra e de palabra, la hip¨®tesis del creador contra la dictadura del tiempo ha quedado de sobra confirmada. El debate de despedida enfoc¨® ayer la espinosa cuesti¨®n del compromiso del escritor.
Fue el moderador, Xes¨²s Alonso Montero, quien situ¨® la discusi¨®n. "Hablo comprometido desde el nacionalismo, pero desde el nacionalismo del laicismo y de la libertad de expresi¨®n", afirm¨®. Y como esperaba el p¨²blico de un viejo conocido como Alonso Montero, el profesor tom¨® partido. "Los escritores tienen que pronunciarse sobre las barbaridades del capitalismo", dijo. Y dej¨® la palabra en boca de los ponentes.
M¨¦ndez Ferr¨ªn afirm¨® que todos los a?os deber¨ªan ser el de la memoria hist¨®rica
El escritor mexicano Jos¨¦ Emilio Pacheco, a medio camino entre la modestia y el humor, inici¨® su corta intervenci¨®n cur¨¢ndose en salud. "No s¨¦ por qu¨¦ relacionan escribir poemas con capacidad de teorizar", expuso. Pero no termin¨® sin antes opinar sobre la necesidad de rebeld¨ªa ante el poder que debe caracterizar al escritor en cualquier ¨¦poca.
Tampoco el poeta sueco Lasse S?derberg se atrevi¨® a entrar de lleno en materia. Despu¨¦s de alabar las cualidades gastron¨®micas de Galicia y culparlas de su intervenci¨®n no escrita, ofreci¨® algunos datos sobre los problemas de la libertad de expresi¨®n. "En el a?o 2006 asesinaron a 19 escritores en todo el mundo", asegur¨®. S?derberg confes¨® que no hab¨ªa reflexionado acerca de estos problemas hasta que viaj¨® a la Espa?a franquista. "Buscando libros de Gabriel Celaya o de Blas de Otero, censurados, prohibidos, me di cuenta de que exist¨ªa un problema del que en Suecia no era muy consciente", relat¨®. Disinti¨® de Pacheco al comentar que la obra de un escritor ya no mete miedo a los poderosos, sino que "los deja indiferentes".
Para el poeta anfitri¨®n Xavier Seoane, lo pol¨ªtico se ha rendido a lo econ¨®mico. Cit¨® al sirio Adonis cuando record¨® "como se ha transformado el conocimiento en cadenas". Seoane, que en la actualidad prepara un libro "en defensa de las humanidades", revel¨® que el 50% del conocimiento cient¨ªfico "est¨¢ relacionado con la industria y el desarrollo de armamento".
Cerr¨® la mesa Ana Mar¨ªa Matute. "Yo escribo, pero hablo mal y poco", comenz¨® la escritora barcelonesa. Matute cont¨® que en su obra hab¨ªa padecido la "gran censura espa?ola". Y termin¨® declarando su concepci¨®n de la literatura como libertad.
De pedra e de palabra clausur¨® su primera edici¨®n con las palabras de Xos¨¦ lu¨ªs M¨¦ndez Ferr¨ªn. En su alocuci¨®n habl¨® de que en el PEN Club habita "el esp¨ªritu de fraternidad universal en la mejor tradici¨®n ilustrada de confianza en el hombre y en su libertad". Y a prop¨®sito del Ano da memoria decretado por la Xunta de Galicia, M¨¦ndez Ferr¨ªn lanz¨® una consigna: "Deber¨ªamos estar siempre en el a?o de la memoria, de todos las memorias, para que no se nos infecten las heridas mal cicatrizadas".
El presidente de la organizaci¨®n del Encontro, el PEN Clube de Galicia, asumi¨® en el acto de cierre la responsabilidad "de todo lo que se haya podido hacer mal". Anunci¨® que los participantes en el evento acordaran firmar la Declaraci¨®n de Compostela, en la que se confirma la idoneidad de Santiago como sede de sucesivas ediciones del encuentro De pedra e de palabra.
El verdadero punto y final de la reuni¨®n de escritores se desplaz¨® a la comarca del Saln¨¦s. Los autores venidos de tres continentes rindieron homenaje al albari?o con un recital po¨¦tico, visitaron bodegas y la Casa-Museo de Valle-Incl¨¢n. El mexicano Jos¨¦ Emilio Pacheco aseguraba no haber dormido perfilando su poema en honor al vino.
A la hora de cuadrar cuentas de su visita a Galicia, seguramente la mayor¨ªa de los asistentes se inclinar¨¢n por las virtudes dionis¨ªacas del pa¨ªs. El escritor guineano Juliao Soares de Sousa lo ten¨ªa claro. Y comentaba divertido: "Galicia es el pa¨ªs perfecto, buena bebida, buena comida; s¨®lo echo en falta un poco m¨¢s de sol". Una visi¨®n m¨¢s cr¨ªtica del lugar de acogida era la defendida por la joven poeta y periodista portuguesa Filipa Leal. "En Oporto planean un tren de alta velocidad a Madrid y, sin embargo, para llegar a Galicia no hay posibilidades de transporte p¨²blico", protestaba.
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