Van Nistelrooy valida el manual de Capello

Capello dej¨® huella profunda en Montju?c, donde su manual resisti¨® lo que no pudo el Madrid de los dos ¨²ltimos a?os ni el fant¨¢stico Sevilla hace un par de semanas. Frente a un equipo en estado de gracia como el Espanyol, que llevaba once jornadas sin perder y que hab¨ªa puesto de moda el tridente formado por Tamudo, Luis Garc¨ªa y De la Pe?a, se sali¨® con la suya. Si lo consigui¨® se lo debe tanto a la letal pegada de Van Nistelrooy y a la clase magistral que imparti¨® Guti en la segunda parte, como al dispositivo con el que obnubil¨® a De la Pe?a y desactiv¨® por completo su conexi¨®n con Tamudo y Luis Garc¨ªa.

Una vez m¨¢s, no fue brillante el juego del Madrid, pero fue tan efectivo que no import¨® siquiera que perdiera el concurso de Cannavaro apenas iniciada la segunda parte. Para entonces, Van Nistelrooy ya hab¨ªa aprovechado un servicio de Guti para retratar a Torrej¨®n y batir a Kameni. Cuatro minutos despu¨¦s, la incomprensible decisi¨®n del juez de l¨ªnea, que vio manos donde s¨®lo hubo un balonazo en la cabeza del italiano, no supuso mayor problema para el Madrid pese a quedar diezmado, sin su Bal¨®n de Oro. Es m¨¢s, dispuso de sus mejores ocasiones inmediatamente despu¨¦s de la expulsi¨®n. Iba por delante en el marcador y Capello ya no tuvo mayor empacho en sacar a escena todo el cat¨¢logo de defensas y los acontecimientos le salieron a pedir de boca. El Espanyol despleg¨® su panoplia ofensiva pero, cortocircuitado De la Pe?a, lo hizo sin la intensidad ni las variantes precisas para rasgar el manual de Capello, tanto m¨¢s efectivo cuanto m¨¢s se espesa el juego y permite actuar a verlas venir a quien lo interpreta.

El t¨¦cnico italiano apost¨® de entrada por un abanico muy abierto con Reyes y Robinho en las bandas. Enganch¨® a Guti por delante de Emerson y sacrific¨® una de las vueltas del cerrojo dejando a Diarra en el banquillo junto a Ronaldo. El Espanyol no estuvo tan afilado como ante el Sevilla. De la Pe?a tuvo que retrasarse unos metros m¨¢s de lo habitual para arrancar el juego. El equipo al completo se mostr¨® muy predispuesto al repliegue voluntario y eso benefici¨® a sus defensas que no tuvieron que soportar embestidas punzantes ni unos contra uno desequilibrantes. Zabaleta y Chica sol¨ªan tener guardaespaldas cuando se jugaban el bigote ante Robinho y Reyes.

El Espanyol sac¨® algunas jugadas con rapidez y oblig¨® a trabajar en cuentagotas pero a fondo a Casillas, que actu¨® de portero y de defensa escoba a la vez. De la Pe?a suele ponerlas a la espalda de la defensa y cuando Sergio Ramos y Cannavaro fueron sobrepasados, se antoj¨® decisiva la velocidad y el juego de pies de Casillas. As¨ª evit¨® que Tamudo subrayara su nombre con may¨²sculas tras un pase al hueco, esta vez de Moha. Casillas de nuevo abort¨® lo inapelable en la en¨¦sima falta botada por De la Pe?a desde la frontal con destino a Jarque.

El Madrid se puso en marcha como un motor diesel. Triangul¨® corto y lento en el centro del campo. Les cost¨® a Emerson, Guti y Ra¨²l encontrar v¨ªas por donde hacer correr la bola. Van Nistelrooy se pas¨® medio partido de espectador. Pero incluso en esa fase abri¨® el percutor gan¨¢ndole la espalda a Torrej¨®n en un centro de Ra¨²l. Rectific¨® como una centella el central del Espanyol, de lo contrario el delantero holand¨¦s hubiera decidido antes de lo que lo hizo.

El Madrid cambi¨® de revoluciones en el inicio del segundo tiempo. Subi¨® l¨ªneas y el toque de corneta caus¨® efectos inmediatos sobre su juego. Guti lo agradeci¨®. Cerca del balc¨®n del ¨¢rea, su comp¨¢s caus¨® estragos. Le dio el pase del gol a Van Nistelrooy, enganch¨® un tirazo que sac¨® a relucir la mejor versi¨®n de Kameni, aprovision¨® a Reyes, que tambi¨¦n prob¨® remate y, una vez diezmado su equipo, fue de los que mayor sensaci¨®n ofensiva ofreci¨®. Era lo que necesitaba el Madrid para no quedar encerrado totalmente en su caj¨®n.

Capello apret¨® todos los broches una vez qued¨® fuera del partido Cannavaro. Retir¨® a Robinho y recurri¨® a otro central, Mej¨ªa. A falta de 20 minutos para el final, relev¨® a Reyes y dio cancha a otro medio defensivo, Diarra. Van Nistelrooy se qued¨® m¨¢s solo que la una. Valverde actu¨® en sentido inverso. Meti¨® en el meollo a Pandiani y a Coro, con lo cual su equipo pod¨ªa contar hasta cinco jugadores claramente ofensivos. De poco le sirvi¨®. El Madrid se agrup¨® bien atr¨¢s y apenas concedi¨® una ocasi¨®n en un trallazo de Pandiani que repeli¨® Casillas. La otra oportunidad la abort¨® Roberto Carlos, muy presto en el cruce sobre Coro tras una buena asistencia de Tamudo. Pero el Madrid dio la sensaci¨®n en todo momento de controlar el juego con oficio, la virtud que m¨¢s se le pudo observar en Montju?c, Guti y Van Nistelrooy aparte.