La nueva RTVE
Coincidiendo con su medio siglo de existencia, la radiotelevisi¨®n p¨²blica aborda un proceso de renovaci¨®n, siempre prometido y a la vez aplazado desde la consolidaci¨®n del sistema democr¨¢tico en Espa?a. La situaci¨®n del Ente hab¨ªa llegado a ser insostenible durante los ¨²ltimos a?os, tanto en su aspecto financiero, objeto de severas advertencias por parte de la Comisi¨®n Europea, como en lo referente a su condici¨®n de servicio p¨²blico, con abrumadora frecuencia mediatizado por los intereses del Ejecutivo de turno. El Gobierno de Zapatero ha sido fiel a su compromiso electoral, trazando una n¨ªtida frontera entre lo que han sido hasta ahora la radio y la televisi¨®n del Estado y lo que podr¨¢n ser en el futuro.
La nueva Corporaci¨®n aparece aligerada del lastre que supon¨ªa una deuda colosal, aumentada a?o tras a?o por problemas estructurales, que iban desde el severo descenso de la producci¨®n propia hasta la sobredimensi¨®n de medios t¨¦cnicos y de personal. La SEPI, de la que depend¨ªa el Ente, ha conseguido resolver con ¨¦xito la liquidaci¨®n del viejo dise?o y la dif¨ªcil negociaci¨®n sindical imprescindibles para abordar cualquier proyecto de reforma. A partir de este momento, los nuevos gestores gozan de las ventajas de comenzar de cero, pero tambi¨¦n pesa sobre ellos la responsabilidad de hacer que la radiotelevisi¨®n p¨²blica sea un servicio viable.
El nombramiento del presidente y del Consejo de la nueva Corporaci¨®n sale de la esfera de atribuciones del Ejecutivo y pasa al Parlamento. El acuerdo entre las fuerzas pol¨ªticas para designar al primer equipo directivo constituye un buen comienzo, sobre todo tomando en consideraci¨®n la ingente tarea que le aguarda. Adem¨¢s de la gesti¨®n empresarial, RTVE se enfrenta a la necesidad de definir nuevos contenidos, en momentos de sostenida p¨¦rdida de audiencia y cuando la televisi¨®n basura se ha convertido en fen¨®meno general. Si compatibilizar audiencia y calidad es un objetivo que todos los medios deben asumir como propios, en el caso de la radiotelevisi¨®n p¨²blica constituye, adem¨¢s, su ¨²nica y poderosa raz¨®n de ser.
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