La Sala Militar aduce "falta de credibilidad" de los testigos del 'caso Delgado y Granados'
Los dos magistrados disidentes dicen que la Sala "se aparta de la b¨²squeda de la verdad"
La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo que ha denegado, por tres votos a dos, la autorizaci¨®n para revisar la condena a muerte de los anarquistas Joaqu¨ªn Delgado y Francisco Granados argumenta en su resoluci¨®n que las declaraciones de otros dos anarquistas que, 30 a?os despu¨¦s, confesaron ser autores de los hechos "no nos ofrecen credibilidad" ni han aportado "prueba real alguna" de su participaci¨®n en los hechos. Los dos magistrados disidentes afirman que la Sala encuentra contradicciones "donde no las hay", y que negar credibilidad a los testigos supone "apartarse de la b¨²squeda de la verdad".
El auto que deniega por segunda vez la autorizaci¨®n para la revisi¨®n -el Tribunal Constitucional revoc¨® el primero-, analiza las declaraciones de los anarquistas Antonio Mart¨ªn Bellido y Sergio Hern¨¢ndez, que confesaron ser autores de las dos bombas colocadas el 29 de julio de 1963 en la Direcci¨®n General de Seguridad y en la Delegaci¨®n de Sindicatos, as¨ª como las del responsable de ordenar los atentados, Octavio Alberola, y concluye que "no cabe apreciar en ellas el car¨¢cter indubitado que pudiera llegar a evidenciar el error de la sentencia" del consejo de guerra que conden¨® a muerte a Delgado y Granados.
Seg¨²n el presidente de la Sala, ?ngel Calder¨®n, y los magistrados Agust¨ªn Corrales y Javier Juliani, ¨¦ste ¨²ltimo ponente del auto, "ni sus relatos, considerados individualmente o en su conjunto, pueden reputarse veros¨ªmiles" ni tampoco se ha aportado "prueba real alguna que pudiera acreditar m¨ªnimamente la participaci¨®n material de los se?ores Mart¨ªn Bellido y Hern¨¢ndez en los hechos".
Frente al primer argumento, los magistrados discrepantes ?ngel Juanes Peces y Jos¨¦ Luis Calvo Cabello, afirman en un voto particular que "no encuentran razones para rechazar que Bellido y Hern¨¢ndez hayan pretendido con sus declaraciones reparar una injusticia".
Estos dos magistrados rechazan la valoraci¨®n de la mayor¨ªa de que una confesi¨®n hecha m¨¢s de 30 a?os despu¨¦s de los hechos "evidentemente arroja una sombra de duda sobre la fiabilidad de sus testimonios". Para los magistrados disidentes, si ese dato mermaba la credibilidad de los dos testigos, los de la mayor¨ªa "debieron exponer las razones de ello" en vez de limitarse a hacer ese aserto. Y si creyeron que los testigos hab¨ªan incurrido en contradicciones, debieron "citarlos nuevamente para que dieran las explicaciones oportunas", pero "negar credibilidad a los testigos porque existan ciertas contradicciones, que no se refieren al n¨²cleo de los relatos y podr¨ªan ser consecuencia del tiempo transcurrido supone, a nuestro juicio, apartase de la b¨²squeda de la verdad".
No fue un juicio justo
Los magistrados disidentes agregan que los condenados a la pena de muerte "no tuvieron un juicio justo" porque fueron juzgados por un ¨®rgano "dependiente y parcial" y porque el proceso fue "la negaci¨®n de toda garant¨ªa".
"En ning¨²n lugar de la sentencia el consejo de guerra expone las pruebas en que se bas¨® para declarar que Delgado y Granados fueron los autores del delito". Los acusados negaron haber sido los autores y Granados incluso declar¨® que si la pena de muerte que ped¨ªa el fiscal era por la maleta y su contenido para atentar contra Franco, estaba de acuerdo, pero si era por el acto terrorista de la Direcci¨®n General de Seguridad, no era cierto que ¨¦l colocase el artefacto y si lo declar¨® fue por las torturas que durante seis d¨ªas le hizo la polic¨ªa. Juanes y Calvo concluyen que "la prueba encontrada por la mayor¨ªa de la Sala no merece tal calificaci¨®n".
Los disidentes tambi¨¦n responden puntualmente a las contradicciones apreciadas por sus compa?eros: no es inequ¨ªvoco que Bellido dijera que hab¨ªan descartado la calle Carretas para preparar el atentado, porque m¨¢s bien parece que la descartaron "para huir".
Aseguran que el testimonio de Octavio Alberola, el dirigente anarquista organizador de los atentados de Defensa Interior, "fue sincero y cre¨ªble en todo momento" y que Granados y Delgado ten¨ªan instrucciones de atentar contra el general Franco, raz¨®n por la que no pod¨ªan implicarse en ninguna otra acci¨®n.
En cuanto a que el testigo Sergio Hern¨¢ndez no ofrezca muchos datos de c¨®mo coloc¨® el artefacto dentro de la Direcci¨®n General de Seguridad, los dos jueces ironizan: "No es dif¨ªcil pensar que actu¨® con rapidez, sin mucho tiempo para retener c¨®mo era la oficina de pasaportes, a fin de que no se fijaran en ¨¦l".
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